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1) AGATHA CHRISTIE,,,EL MISTERIO DE SANS SOUCI,,,EDIT.MOLINO,,,230 PAGINAS,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

2) ANTONHY BURGESS,,,LLUEVE EN ROMA,,,EDIT.EMECE,,,230 PAGINAS,,,IMPRESO EN 1977,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

3) CHARLES BERLITZ,,,EL TRIANGULO DE LAS BERMUDAS,,,EDIT.PLAZA Y JANES,,,

249 PAGINAS,,,IMPRESO EN 1982,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.- SH

4) ERLE STANLEY GARDNER,,,EL CIEGO Y EL MURCIELAGO,,,EDIT.MOLINO,,,223 PAGINAS,,,IMPRESO EN ESPANIA EN 1948,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

5) FARID SHAKER,,,EL AGENTE DE EL CAIRO,,,EDIT.PLAZA Y JANES,,,245 PAGINAS,,,IMPRESO EN PARIS,,,FRANCIA,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

6) PATRICK SUSKIND,,,EL PERFUME,,,HISTORIA DE UN ASESINO,,,EDIT.SEIX BARRAL,,,239 PAGINAS,,,IMPRESO EN ESPANIA,,,POLICIAL,,,20.-SH

7) FRANK G. SLAUGHTER,,,HOSPITAL GENERAL DEL ESTE,,,EDIT,PLAZA Y JANES,,,316 PAGINAS,,,IMPRESO EN BARCELONA,,,ESPANIA,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

8) FREDERICK FORSYTH,,,EL DIA DEL CHACAL,,,EDIT.EMECE,,,400 PAGINAS,,,IMPRESO EN BUENOS AIRES,,,ESPIONAJE POLICIAL,,,20.-SH

9) EDUARDO GUDINIO KIEFFER,,,SERA POR ESO QUE LA QUIERO TANTO( BUENOS AIRES) EDIT.EMECE,,,244 PAGINAS,,,ANIORANZAS PORTENIAS,,,20.-SH

10) SALOMON ROSENBERG,,,RABI MEIR Y BRURIA,,,EDIT.CANDELABRO,,,366 PAGINAS,,,PURA SENSIBILIDAD JUDIA,,,40.-SH

11)  EL HOLOCAUSTO DOS DECADAS DESPUES…RECORDANDO A NUESTROS HEROES Y MARTIRES.

EDITADO POR LA COMISION DE CULTURA DEL COMITE CENTRAL ISRAELITA DE MEXICO…AÑO 1963…63 PAGINAS…60.-SH

12)  LEIVY SMOLAR…PARA QUE NUNCA OLVIDEMOS…PUBLICADO POR EL DISTRITO 23 DE LA BENE BRIT INTERNACIONAL DE COLOMBIA…62 PAGINAS…

60.-SH

13) MAREK EDELMAN…COMANDANTE DE LA REBELION DEL GHETTO DE VARSOVIA…TESTIMONIOS…EL GUETO LUCHA…EDIT.MILA DE BUENOS AIRES…79 PAGINAS…70.-SH

14) RAYMOND CARTER,,,DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE AMOR,,,EDIT.ANAGRAMA,,,157 PAGINAS…40.-SH

15) SIMON WIESENTHAL…JUSTICIA, NO VENGANZA…AUTOBIOGRAFIA…EDIT.DIANA DE MEXICO…

443 PAGINAS…IMPERDIBLE…150.-SH

16) MARIO VARGAS LLOSA,,,PANTALEON Y LAS VISITADORAS,,,EDIT.SEIX BARRAL,,,309 PAGINAS,,,50.-SH

17) NETANEL LORCH…EL FILO DE LA ESPADA…EDIT. AURORA…419 PAGINAS…EL FILO DE LA ESPADA ES EL LIBRO BASE SOBRE LA HISTORIA DE LOS COMIENZOS DEL ESTADO DE ISRAEL.DESCRIBE EN FOMA SUCESIVA,ACTUALIZADA Y CONCISA LOS SUCESOS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA DEL AÑO 1948 Y AUNQUE SE CONCENTRA EN EL DESARROLLO OPERATIVO

INTEGRA TAMBIEN LOS PROCESOS DIPLOMATICOS Y POLITICOS QUE LA ACOMPAÑARON…80.-SH

18) THEODOR HERZL…PAGINAS ESCOGIDAS…EDITORIAL ISRAEL…AÑO 1940/5700…LOS JUDIOS QUE LO QUIERAN TENDRAN SU ESTADO. HEMOS DE VIVIR, POR FIN, COMO HOMBRES LIBRES EN NUESTRO PROPIO TERRUÑO Y HEMOS DE MORIR SERENAMENTE EN NUESTRA PATRIA.

EL MUNDO SE LIBERTA CON NUESTRA LIBERTAD, SE ENRIQUECE CON NUESTRA RIQUEZA Y SE ENGRANDECE CON NUESTRA GRANDEZA.

Y LO QUE ALLI ENSAYAMOS EN BENEFICIO NUESTRO OBRARA, PODEROSA Y FELIZMENTE EN PROVECHO DE LA HUMANIDAD ENTERA…500 PAGINAS…250.-SH

19) THEODOR HERZL…EL ESTADO JUDIO…PROLOGO DE CHAIM WEIZMANN…EDITADO EN WASHINGTON EN 1946…112 PAGINAS…JOYA PARA BIBLIOFOLOS…TAPAS BLANDAS…150.-SH

20) THEODOR HERZL…EL ESTADO JUDIO…EDITADO EN JERUSALEM EN CONMEMORACION DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE HERZL…PRIMERA EDICION EN CASTELLANO EN JERUSALEM..

TAPAS DURAS…PREFACIO DE DAVID BEN GURION…128 PAGINAS…150.-SH

21) ACKERMAN Y JAHODA…PSICOANALISIS DEL ANTISEMITISMO…BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO…AÑO 1962…235 PAGINAS…50.-SH

22) J.PARKES…ANTISEMITISMO…BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO…AÑO 1965…285 PAGINAS…50.-SH

23) JULIAN MARIAS…ISRAEL,UNA RESURRECCION…COLECION ESQUEMAS…EIDT.COLUMBA…AÑO 1968…64 PAGINAS, SIN UNA LETRA DEMAS…TODO ORO…

70.-SH

24) GABIELA LOTERSZTAIN…LOS JUDIOS BAJO EL TERROR…ARGENTINA 1976-1983…EJERCITAR LA MEMORIA EDITORES…ABRIL 2008…294 PAGINAS…LA HISTORIA JUDIA EN EL MUNDO SIGUE ASOMBRANDO A LOS ESTUDIOSOS QUE SE PREGUNTAN COMO PUDO SOBREVIVIR UN PUEBLO EN CONDICIONES TAN TERRIBLES.Y LA RESPUESTA SIEMPRE ES LA MISMA: EL ARMA FUNDAMENTAL FUE LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS MISMOS JUDIOS.

? EXISTIO ESA SOLIDARIDAD EN EL CASO ARGENTINO, CUANDO CENTENARES, QUIZA MILES DE JOVENES JUDEO-ARGENTINOS ENCONTRABAN LA TORTURA Y LUEGO LA MUERTE EN LOS CAMPOS DE LA DICTADURA ? Y CUANDO ESTABA CLARO,ADEMAS, QUE SU CONDICION DE JUDIOS FUE UNA CAUSA SIGNIFICATIVA EN LA FORMA PARTICULARMENTE BRUTAL QUE ASUMIA SU TORTURA Y EN OCASIONES LA DECISION DE QUITARLES LA VIDA ?…100.-SH

25) ROBERT MISRAHI…LA CONDICION REFLEXIVA DEL HOMBRE JUDIO…EDIT.RAICES…242 PAGINAS…70.-SH

26) PIERRE VAN PAASSEN…JERUSALEM LLAMA!!!!!EDIT.ACERVO…301 PAGINAS…80/-SH

27) JAIM WEIZMANN…FORJADOR DEL RENACIMIENTO JUDIO…CENTENARIO DE WEIZMANN …

1874-1974…BIBLOTECA SIONISTA.JERUSALEM…50.-SH

28) SIONISMO…ANTOLOGIA DEL TRABAJOS FUNDAMENTALES PARA EL CONOCIMIENTO DEL MOVIMIENTO RENACENTISTA JUDIO DE: AJAD HAAM…TEODOR HERZL…MAX NORDAU…M.M.USSISCHKIN…J.N.BIALIK…EDITADO POR EDITORIAL TRIBUNA.MEXICO 1939..

JOYA PARA COLECCIONISTAS…175 PAGINAS…150.-SH

29) CECIL ROTH…HISTORIA DE LOS MARRANOS…EDIT.ISRAEL…323 PAGINAS…EDITADOEN  EL AÑO 1940…TAPAS DURAS…CLASICO SOBRE EL TEMA…AGOTADO EN EL MUNDO…200.-SH

30) BAIGENT Y LEIGH…EL ESCANDALO DE LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO…LAS REVELACIONES QUE HACEN TEMBLAR AL VATICANO…ENIGMAS DEL CRISTIANISMO…EDIT.ROCA…269 PAGINAS…50.-SH

31) JOSEF KASTEIN…EL FALSO MESIAS…SABBETAI ZEVI…NOVELA HISTORICA…EDIT.ISRAEL..325 PAGINAS…EDITADO EN BUENOS AIRES EN EL AÑO 1942-5702…100.-SH

32) JOSE A. ITZIGSOHN…TRAS LAS HUELLAS DE ASHKENAZ…EDIT.MILA DE BUENOS AIRES…EDITADO EN 1989…335 PAGINAS…LA HISTORIA DE LOS JUDIOS ASHKENAZIES ES PARTE IMPORTANTE DE LA HISTORIA DEL MUNDO OCCIDENTAL. PARA MUCHAS PERSONAS,INCLUYENDO ENTRE ELLAS A LOS PROPIOS JUDIOS, ESTA ES UNA HISTORIA POCO CONOCIDA Y SUJETA A DISTORSION…100.-SH

33) NISSIM BEHAR…PESAH FIESTA DE LA LIBERTAD…TESTIMONIOS DE SABIOS…LEYES RELATIVAS A PESAH…ACONTECIMIENTOS MILAGAROSOS…HAGADA DE PESAH…EN CARACTERES LATINOS CON TRADUCCION AL CASTELLANO…EDIT.OR HACHAIM…302 PAGINAS…100.-SH

34) RABINO E,BIRNBAUM…MAS ALLA DEL VERSICULO…EDIT.AMISHAV…305 PAGINAS…INTERPRETACIONES Y ANALISIS DE CAPITULOS BIBLICOS EN RELACION A PROBLEMAS Y TEMAS CONTEMPORANEOS…60.-SH

35) RABINO E.BIRNBAUM…LA TORA NO ESTA EN EL CIELO…UNA VENTANA AL INTERIOR DEL JUDAISMO…171 PAGINAS…50.-SH

36) ABRAHAM RENNER…LAS PREGUNTAS DE ABARBANEL…SELECION DE COMENTARIOS SOBRE LA TORA…TAPAS DURAS…EDIC.DE

LUJO…173 PAGINAS…100.SH 

37) WILLIAM GOLDMAN,,,MARATHON MAN,,,EDIT.PLAZA Y JANES,,,250 PAGINAS…LITERATURA MUY BUENA,,,20.-SH

38) GABRIEL GARCIA MARQUEZ,,,RELATO DE UN NAUFRAGO,,,EDIT.TUSQUETS,,,TRES EDICIONES EN UN ANIO.1970,,,50.-SH

39)  ALVARO SOTO GUERRERO,,, CARLOS SIMBOLO DEL TERRORISMO INTERNACIONAL,,,EDIT.DIANA,,,286 PAGINAS,,,IMPRESO EN 1976,,,30.-SH

40) MIGUEL ANGEL ASTURIAS,,,MULATA DE TAL,,,PREMIO NOBEL DE LITERATURA,,,EDIT.LOSADA,,, DE LOS PRIMEROS LIBROS DE ASTURIAS,,,ESPECIAL PARA COLECCIONISTAS,,,IMPRESO EN 1977,,,300 PAGINAS,,,70.-SH

41) EDUARDO MALLEA,,,LA CIUDAD JUNTO AL RIO INMOVIL,,,EDIT.SUDAMERICANA,,,291 PAGINAS,,,LITERATURA MUY BUENA,,,30.-SH

42) J.M.COETZEE,,,DESGRACIA,,,EDIT. CONTEMPORANEA,,,171 PAGINAS,,,LITERATURA FUERTE…20.-SH

43) RICHARD HOOKER…M.A.SH

.,,,EDIT.GRIJALBO,,,424 PAGINAS,,,UN LIBRO QUE SIEMPRE SE QUIERE LEER,,,20.- 

44) JULIE GARWOOD,,,EL PREMIO,,,EDIT.JAVIER VERGARA,,,476 PAGINAS,,,UNA VEZ QUERIA CAPTURARLA, PERO ELLA SOLO SE RENDIA POR AMOR,,,

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45) KARL BRUGGER,,,LA CRONICA DE AKAKOR,AMAZONIA,LIBRO SUPER-LEERLO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!EDIT.POMAIRE,,,270 PAGINAS,,,40.-SH

46) MARTHIN TOMAS,,,LAS MANOS DE CAIN,,,EDIT.MOLINO DE ESPANIA,,,189 PAGINAS,,,40.-SH

47) MICHAEL MARSHALL SMITH,,,CIUDAD,ONLY FORWARD,,,EDIT.GRIJALBO MONDADORI,,,474 PAGINAS,,,40.-SH

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49) MORRIS WEST…LA MASCARA DE LA CORRUPCION,,,EDIT.PLAZA Y JANES,,,277 PAGINAS,,,IMPRESO EN 1975,,,20.-SH

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MUCHAS GRACIAS POR LEER NUESTROS LISTADOS

Reflexiones de Josep Pla en el Israel de 1957

Israel
La integración del país: el hebreo


La resurrección de una lengua
—traducción mecánica de Internostrum

Decíamos en un capítulo anterior que la causa que explica el establecimiento con raíces de los judíos en Israel ha sido la política del agua, es decir, la proyección sobre un país abandonado, erosionado y estéril, de mils de kilómetros de conducciones para hacer llegar el agua hasta dónde el caudal, el dinero y el tiempo han permitido; ya se han obtenido grandes resultados. La zona de Galilea, las llanuras costeras del espacio central, donde se encuentra Tel Aviv, podemos afirmar que tienen resuelta la cuestión del agua. Ahora va llegando a la boca del desierto del Nègueb, portada desde el Iarkon, sito más de cien kilómetros al norte del rodal que se está colonitzando en los momentos presentes. El agua va bajando cabeza al sur y llega ya al desierto, vagamente poblado de tribus de beduinos que divaguen con sus tiendas de telass negras y las caravanas de asnos y camellos. Donde llegan las conducciones y se consigue alguna forma de humus, la tierra empieza a verdear rápidamente. Este trabajo se ha podido hacer, se hace y se seguirá haciendo a base de un esfuerzo enorme. Es la obra del idealismo, del sacrificio del espíritu de Israel. Esta obra equivale a una tensión colectiva que no tiene demasiados precedentes en el ámbito de la tierra. Lo repito: Israel es un país pequeño, pero es una cosa importantísima.

Pero ésta es una explicación material del fenómeno de la nación judía. Es seguro que hay algo más que explica este renacimiento. Israel está poblado hoy por un material humano procedente de sesenta y dos o sesenta y tres países y tres continentes de la Tierra. Todos y cada uno de estos elementos llegaron aquí con sus costumbres ancestrales, a veces muy esfumados, y con sus costumbres superficiales, a veces fortísimas. Traían su manera de ser, hablando casi siempre la lengua de su país de origen de su procedencia inmediata y a veces conociendo el idish. Se creyó indispensable dar un denominador común a la expresividad de esta gente diversísima. Es decir: desde un principio, uno de los peligros más grandes por los que pasó esta nación fue la posibilidad que se convirtiera en una nueva tierra de Babel. Existía el peligro que la población entrara en un confusionismo galimatiásico y que no pudiera dialogar, que no pudiera integrarse y fundirse.

Es notoriamente evidente que, en la formación de este denominador común, la creación del nuevo Estado fue un factor muy positivo. El germen del Estado de Israel fue la Agencia judía Internacional (Jewish Agency). Cuando el Estado fue establecido, los cuadros de este enorme organismo de la diáspora, los directivos de la Agencia judía, pasaron a ser los directivos del Estado incipiente. Así, Weizmann, el célebre químico, fundador de la Agencia en Zurich, fue el primer presidente del Estado de Israel. Ben Gurion, que el 1948 era presidente de la Agencia, pasó a ser el primer presidente del Consejo en cierto modo automáticamente. Moshé Sharet, encargado de las relaciones públicas de la Agencia, aconteció el primer ministro de Asuntos Exteriores, etcétera. El que ha hecho Israel, el que hace Israel y el que hará Israel es la Agencia judía. En este organismo hay el espíritu, la clase dirigente, la pasión, la iniciativa, el dinero ­­­-la fuerza, el impulso y la convicción granítica. La Agencia judía y el Estado de Israel son dos cosas diferentes, pero en realidad son la misma cosa actuando paralelamente y dentro una ensambladura perfecta. La dirección de la Agencia judía surge del Congreso Sionista Internacional, que se reúne una vez cada cuatro años en un lugar u otro de la tierra: el Fondo Nacional Judío, el Movimiento por la Unidad de Israel, no son más que organismos amalgamados y dependientes de la poderosa Agencia judía. El centro general de este organismo se encuentra, naturalmente, en los Estados Unidos.

Ahora bien: cuando los cuadros de la Agencia judía pasaron a convertirse en los del Estado de Israel, se pudieron poner a funcionar enseguida y con gran eficacia, no solamente por su valor intrínseco, sino porque tuvieran la fortuna de heredar la administración dejada por los ingleses al acabar su mandato de Palestina. No es paso tan fácil de crear una administración útil y productiva, puntual e inteligente. Los ingleses dejaron los fundamentos de una excelente administración en este país impregnada del espíritu de las magníficas instituciones publicas de Inglaterra, y el sistema fue heredado por los nuevos gobernantes. Para el Estado incipiente tuvo un valor inapreciable. El impulso estaba dado, las paredes maestras estaban construidas, y no hizo falta sino continuar, seguir, perfeccionar. Israel no tiene constitución escrita… como Inglaterra. Israel es un país basado en el habeas corpus y el respeto legal a la persona humana… como Inglaterra. Israel es un país parlamentario, de equilibrio de poderes y, por lo tanto, de limitación de poderes… como Inglaterra. Israel tiene una administración pública responsable, una estructura judicial, una policía bien pagada, eficiente, no corrompida… como Inglaterra. La moneda inglesa es la libra esterlina.., la moneda israelí es la libra israelí. Todos estos factores decisivos y todo lo que gira alrededor es lo que, a través del mandato en liquidación, heredó Israel del Reino Unido. Considerable herencia.

Añadiré —sin que esto prejuzgue que más adelante hablemos de la cuestión— que la inmensa mayoría de militares que hoy tienen de treinta y cinco a cuarenta y cinco años han servido como oficiales o como soldados en el ejército inglés de la última gran guerra, sobre todo en el VIII ejército del general Montgomery en África, en Italia y en la invasión de la Europa central. El ejército israelí no es, pues, una improvisación: es una fuerza probada y cierta, que posteriormente ha sido perfeccionada de una manera considerable.

En los últimos tiempos del mandato, las relaciones anglo-judías se deterioraron por exceso de equívocos y por la preponderancia de los intereses proárabes y de los de las grandes compañías petrolíferas del Próximo Oriente, en el Foreign Office. Esto llevó a las organizaciones judías clandestinas —la Haganah— a cometer actos de gran violencia contra los ingleses. Las dos fuerzas lucharon enconadamente. No creo, sin embargo, que el pueblo judío esté dominado por el complejo antiinglés. Son dos pueblos que pueden estar momentáneamente separados por los intereses; tienen, sin embargo, ideales lo suficientemente paralelos para comprenderse. En Israel, le han dolido, ciertamente, los errores que atribuyen a Mr. Eden y a Mr. Bevin.Es necesario reconocer, en todo caso, que la posición inglesa era endemoniadamente difícil. Contentar a  todo el mundo es difícil —quizás imposible. Cuando los judíos afirman que los errores aludidos han contribuido a rebajar la influencia inglesa en esta parte del mundo, quizás aciertan. Ya veremos si la potencia americana caerá en las mismas dificultades, cosa difícil teniendo en cuenta la influencia judía en los Estados Unidos.

La disgresión ha sido larga. Nuestra intención, en este capítulo, era de demostrar que la creación del Estado de Israel, como organismo eficiente, contribuyó poderosamente a escamotear, desde el primer momento, el peligro de la torre de Babel. Se considera, sin embargo, que el Estado como factor de integración habría llegado a resultados puramente mecánicos si no se hubiera producido al mismo tiempo la aparición de un factor espiritual decisivo: la resurrección de la lengua hebrea como lengua del país.

El hebreo contra Babel

En el curso de los siglos, la lengua hebraica se fue perdiendo y acabó por morirse, no solamente en la diáspora, sino en el pequeño núcleo judío que continúa viviendo en Palestina, bajo los sucesivos dominadores. Era una lengua más muerta que el latín. Sólo una parte de las autoridades religiosas (el Rabinato), los eruditos judíos (Spinoza sabía la lengua y escribió una gramática) y no judíos, los hebraitzants y algunos poquísimos escritores se mantuvieron fieles a la antigua lengua. Para el pueblo, el hebreo no tenía ni vida, ni significación, ni sentido.

En el momento de la creación del Estado, la situación lingüística era, aproximadamente, como sigue: el hebreo era una lengua muerta. Los judíos diseminados por todo el mundo hablaban, claro está, la lengua de su país de residencia: en Inglaterra, en los Estados Unidos y en Canadá, el inglés; en Francia, el francés; en Rusia, el ruso; en Polonia, el polaco; en Buenos Aires, el argentino, etcétera. Sobre las masas, sin embargo, más o menos itinerantes de la diáspora se habían formado dos enormes manchas lingüísticas que se han mantenido a través de los siglos. Los judíos sitos en el área de las lenguas hermano-eslavas hablaban, además del lenguaje del país de su residencia, el idish, que es el alemán medieval corrompido por la presencia de una gran cantidad de palabras eslavas. Esta manera de hablar era utilizada a groso modo, principalmente, por los judíos ashquenasitas. Los judíos de cabellos negros, morenos y de ojos oscuros, los sefarditas, hablaban, además de la lengua del país de su residencia, el ladino, que es el castellano arcaico corrompido por una gran infiltración de voces italianas, griegas, turcas, árabes, balcániques (rumanas, búlgaras) y de la lengua franca del Mediterráneo, el catalán incluido. No podría decir qué situación de decadencia representa el idish porque no conozco esta lengua. Es el lenguaje de la mayor gran parte de los judíos americanos de Nueva York. Sobre esta lengua hay un movimiento literario, de poesía y de teatro, del más grande interés. El número de periódicos que salen, sobre todo de los EE.UU., en esta lengua es considerable. De todas maneras, hay quien sostiene que el estado de este idioma es confuso, precario, excesivamente limitado a un particularismo estrecho y muy corrompido.

Puedo decir, en cambio, algo sobre el estado en qué se encuentra el ladino, porque estos últimos días he leído todo lo que me ha caído a la mano en este galimatías, sobre todo las dos publicaciones trisemanales que salen en este país: La Verdad y El Tiempo. Estos periódicos me han producido una impresión lastimosa, lamentable. No se trata solamente de una forma expresiva de aluvión, formada por una lengua básica —el castellano de la época de expulsión de los Reyes Católicos— a la cual se han añadido palabras de otras lenguas hasta sumergirla en el caos. Lo que ha desaparecido del ladino es el espíritu básico, la estructura castellana, para ser sustituida por el puro galimatías. Recuerdo que ahora hace cuarenta años, en Salónica, daba gusto oir lo que todavía era posible escuchar de este lenguaje y el sabor que tenía la prensa de aquella ciudad que contenía manifestaciones. Claro está que Salónica era una especie de capital del sefardismo: el grupo era rico, el Gobierno turco tolerante, el Rabinato inteligente y tradicionalista. Actualmente, sin embargo, Salónica, como núcleo importante de la diáspora, ya no existe; 75.000 judíos de Salónica, que hablaban ladino, serían ignominiosamente asesinados por la Gestapo durante la ocupación de Grecia por los ejércitos alemanes. El hecho ha sido un golpe mortal para la vieja lengua que los judíos se llevaron de nuestro país a consecuencia del decreto de expulsión de finales del siglo xv. El ladino que escriben hoy en Israel ha sufrido una degeneración lamentable y constituye una escritura ininteligible y energuménica. Yo, personalmente, soy algo refractario a formular una  profecía; me parece, sin embargo, que este lenguaje tiene muy mala tela en el telar, verosímilmente hablante. Ha entrado en la agonía. Es cuestión de muy pocos años: una generación?, dos? De aquí a un irrisorio número de años, esta manera de hablar, que ha durado siglos, será un simple objeto de vitrina arqueológica, y, quitando algunos, pocos, eruditos, nadie sabrá exactamente en qué ha consistido. Es, de todas las maneras de hablar —y de escribir— perceptibles en Israel, la que ofrece menos dificultades a la penetración del hebreo.

He tratado de saber el número aproximado de personas que, radicadas en este país, tienen mes o menos relación con esta forma de expresión. Un diplomático –los diplomáticos son, a menudo, hiperbólicamente amables– me aseguró que llegaban a 250.000. Un funcionario del ministerio de Educación me aseguró que no llegaban a 100.000. Aun cuando la inmigración del norte de África sobre Israel va en aumento, creo más en la segunda afirmación que en la primera. El ladino ha dejado de tener gusto y sabor, ha perdido claridad y expresividad y, a juzgar por los textos que en los periódicos se escriben, ha perdido mucha fuerza transmisiva. Más que una manera de hacerse entender es un seguido de exabruptes personales, muy limitados pero caprichosos: un guirigall puro y simple.

Nos hemos extendido algo en estas cosas por dar una vaga idea de lo que habría podido representar la diversidad lingüística, del peligro que habría podido tener para la integración de Israel el galimatías de las lenguas. Hoy, sin embargo, el peligro parece muy establecido. Todas las personas, sea cual sea su edad, que por una razón o por otra han pasado por una escuela -aun los inmigrantes que tuvieron que aprender, en una escuela profesional, un oficio-, hablan y escriben el hebreo. Desde que Israel se constituyó como Estado, el hebreo ha sido no solamente la lengua oficial, sino el instrumento de las escuelas. Israel tiene cuatro días -como Estado, se entiende. En este periodo de tiempo ha pasado una determinada cantidad de la población por las escuelas. Así, pues, el número de personas para las cuales el hebreo es la lengua materna aumenta cada día. La solución de dar a este pueblo su lengua propia es, pues, simplemente, una cuestión de tiempo. No tiene la mínima duda que la totalidad de la población ha acogido el restablecimiento de la lengua con un interés verdadero a pesar de las indudables complicaciones y percances que ocasiona aprenderla. El hebreo es un lenguaje endemoniado y difícil: tiene alfabeto propio y se escribe y se lee a la inversa de nuestras lenguas. Nosotros escribimos y leemos de izquierda a derecha; el hebreo se escribe y se lee de derecha a izquierda, de forma que lo que para nosotros es el comienzo, en el hebreo es el final y viceversa.

No hay más que pasear por estas poblaciones y por sus calles y ver los rótulos de tiendas, oficinas y comercios para hacerse una idea del avance del idioma. En las primeras etapas de la realización del sionismo, debió producirse utilizando los signos alfabéticos de los idiomas latinos; después, se pasó por una etapa de rotulación bilingüe, que en la actualidad va a la baja, porque es cada vez más numerosa la cantidad de rótulos escritos puramente en hebreo. Si esta tendencia persiste, el turista no hebraitzante pasará en Israel indudables malos ratos por premura de accesibilidad a la lengua. De todas maneras, es muy verosímil pensar que no se llegará a la inaccesibilidad completa. El pueblo judío tiene una curiosidad tan vasta, tiene intereses tan lejanos y diversos, que siempre mantendrá el plurilingüismo como principio. Por otra parte, la experiencia enseña que las personas que hablan lenguas de proyección limitada son las únicas que dominan las lenguas extranjeras. El bilingüismo es una suerte; el plurilingüismo, una ventaja inmensa. El número de lenguas que se hablan en Israel es desorbitado, y es precisamente por prevenir los excesos de la confusión babélica que han impuesto el hebreo. Todo esto indica -me parece- hasta qué punto ha sido bien recibida la reforma lingüística.

Las contradicciones

De todas maneras, seria un error creer que todo el mundo, en Israel, sabe el hebreo; el problema -decíamos hace un momento- es una cuestión de tiempo. Hace falta dar, pues, tiempo al tiempo. Hay personas radicadas en este país que, por su edad o por la razón que sea, no sabrán mal el hebreo. Hay inmigrantes, llegados estos últimos años, que no han tenido tiempo de aprenderlo. Por eso es por lo que se dan dos fenómenos contradictorios: por un lado, se fomenta en todos los sentidos la lengua nacional; pero, dado que el Gobierno está interesado que la gente siga los incidentes de la marcha del país, en todos los aspectos y día detrás día, alentando de este modo los casos de separación de los intereses generales de la comunidad, está, por esto, deseoso que las noticias lleguen a la gente en cualquier lengua. Es por esta razón que, en este país, acercarse a un quiosco de periódicos, entrar en una librería, es una invitación al acceso a todas las lenguas de la tierra y, por lo tanto, tener una idea de la composición humana real del país.

%[…]

En su primera década de existencia, Israel ha adelantado un gran paso en este sentido. Todos los factores han sido aprovechados por llegar a este objetivo. El resultado ha sido la aparición, en esta parte de la tierra, de un factor nuevo, sobre el cual, diez años atrás, nadie habría apostado ni cinco céntimos —un factor con el cual se debe contar, del cual no se puede prescindir, por ser absolutamente decisivo. Todo el resto es ficción, palabrería, temeridad. Claro está: una parte de la población de Israel tiene un tono cultural y una educación correspondiente a los países de origen, que son los países más punta y los más adelantados, y así los progresos que se han hecho son en cierto modo naturalísimos. Pero es asimismo un hecho que la mayoría actual del país no proviene precisamente de estos ambientes, sino de otros, asiáticos y africanos, muy diferentes. Lo que en definitiva importaba era amalgamar estos factores tan diferentes, integrarlos, unirlos, y esto es lo que se está haciendo.

Aparte de las postulacions hebreas y árabes que aparecen en el país, se toca, aquí, todas las cuerdas de la línea lingüística: periódicos franceses, dos; periódicos alemanes, dos o tres; húngaros, polacos, rumanos, rusos, búlgaros, turcos, revistas en castellano para Sudamérica, aparte de los periódicos escritos en idish y en ladino. He dejado lo mejor para el final. El mejor periódico de Israel escrito en una lengua extranjera es el Jerusalem Post, escrito en inglés, pequeño pero muy bien hecho. Es muy posible que me haya olvidado algún matiz. En todo caso, el lector puede ver que la prensa de Israel cubre —o al menos pretende cubrir— las necesidades de la diversísima población residente.

De aquí a unos cuantos años, cuando la inmensa mayoría de la población tenga el hebreo como lengua materna, la situación actual será considerada insólita y extravagante. En las circunstancias y en la situación presente, ¿se podía actuar, de otra manera? Había que asegurar la entregent entre una población de innumerables procedencias y la sociedad del país, y la comunicación no se podía imaginar más que a base de un poliglotismo periodístico sin límites. Israel es una máquina compleja que cada día crece y se agranda con aportaciones humanas situadas en diferentes estadios de la evolución social y procedentes de los ambientes más diversos. Mientras no llegue el momento que la lengua nacional sea el instrumento general de la comunicación humana, hace falta utilizar todas las variedades lingüísticas para crear la sociedad del país.

No sé si he conseguido subrayar la considerable amplitud de estas cuestiones, que parecen mínimas y tienen un peso decisivo. Es absolutamente obvio, en todo caso, que éste es uno de los problemas más gordos que tiene planteados. Si el agua ha sido el común denominador material de la integración del país, la cuestión lingüística ha sido, en el plan social y espiritual, un factor del mismo sentido.

Una gran aventura

El hebreo era una lengua fósil. Los siglos lo habían anquilosado y lo habían convertido en una herramienta arqueológica, de vitrina de museo. Era un lenguaje esotérico, que sólo los sacerdotes y los eruditos del hebraismo comprendían y manejaban como aquel que observa una colección de mariposas plantadas con una aguja en las estanterías de un museo.

El hebreo había perdido el contacto con la vida moderna, con las realidades de nuestro tiempo, y su léxico respondía a otras épocas. Ha sido, pues, necesario añadir al órgano del idioma muchas palabras de los tiempos modernos, palabras que el pueblo ha ido produciendo o en todo caso aceptando si han nacido de sugestiones personales. El país, claro está, no dispone de ninguna academia, aun cuando tiene gente de auténtica fuerza filológica. Paralelamente, ha sido indispensable eliminar arcaismos y antiguallas carcomidas y muertas. Todo este proceso —me dicen personas que lo han vivido directamente— se ha traído a la práctica con discreción, evitando las explosiones de fogosidad y las pedanterías y ridiculeces a que son tan propicios los problemas gramaticales. Lo cierto es que la gente, el público, se ha interesado por estas cosas y cada día se interesa más. El hebreo tiene una resurrección rápida, y cada día lo habla, lo lee y lo escribe más gente. Además, a los judíos, los gusta enormemente encontrar personas que hablan hebreo. Una de las razones de la grandísima popularidad que tiene en Israel el actual embajador francés, Monsieur Gilbert, es que habla el hebreo con una perfecta fonética. Cuando nuestro excelente profesor Millàs Vallicrosa se levantó a hablar en la Universidad Hebrea de Jerusalén y pronunció su discurso en hebreo, produjo una gran impresión y suscitó una corriente admirativa. Es vertaderamente agradable, yendo por el mundo, encontrarse con hombres del propio país admirados en el extranjero por sus méritos auténticos. En los medios intelectuales de Israel, el profesor Millàs es respetado, seguido y admirado como un grande hebraista.

Uno de los aspectos divertidos de la cuestión del renacimiento del hebreo es que el hecho ha sorprendido e indignado todo aquel mundo de primarios que consideran incorrecto que las personas no hablen su propia lengua. Casi todos los países contienen una cantidad más grande o más pequeña de estos especímenes. «¿Cómo es posible —dicen— que los judíos, que son generalmente tan listos, que tienen tanto sentido práctico, que saben con claridad lo que quieren en cada momento, se dediquen a resucitar una lengua muerta, que nadie comprende, que no tiene ninguna utilidad, pudiendo haber adoptado una lengua que les hubiera permitido volar entre continentes?»

Pero todos ustedes lo ven. A un diplomático israelí a quien decían que tenían que haber implantado el inglés, por razones prácticas, como lengua nacional, le oí decir: «Pero, ¿por qué el inglés y no el chino, que todavía lo habla más gente? ¿Por qué el inglés, si no somos ingleses, sino judíos?». Es evidente: los judíos, que ciertamente son prácticos e inteligentes, se dedican a resucitar una lengua fósil y además muy compleja. Que haremos!… Si lo hacen, es, sin duda, por alguna razón, positiva y convincente, al menos para ellos. De otra manera, no se explicaría. Algo deben esperar. Y lo que esperan está muy claro: cuando los judíos hablen y escriban su lengua, su personalidad será mucho más concreta y auténtica. Dejarán de ser espíritus de imitación, falsificaciones y sucedáneos de otros espíritus —y éste probablemente ha sido el aspecto más dramático de la asimilación en la diáspora— para dar lugar, quizás, a un espíritu más auténtico. En definitiva, la aparición de Israel podría favorecer la germinación y la apertura de nuevos matices originales de la cultura y de la personalidad. La sustancia base, el potencial, en todo caso, existe.

Sea como sea, la historia de la primera década de la existencia del Estado de Israel, tan llena de extraordinarias aventuras, contiene también una aventura lingüística, de gran trascendencia. La resurrección del hebreo equivale a la reconstrucción de la sociedad de Israel, atomitzada y dispersa durante casi dos milenios. El hecho es tan insólito, tan insospechado y sorprendente, que, comprobando in situ estas cosas, a veces parece que se sueña despierto.

Fuente: http://www.lletres.net/pla/israel_e.html

Traducción revisada y corregida por: Silvia Schnessel

Historias de la desesperación

LITERATURA | ‘La penúltima frontera’

Una de las imágenes que ilustran 'La penúltima frontera'. | Cortesía de Global Rythm PressUna de las imágenes que ilustran ‘La penúltima frontera’. | Cortesía de Global Rythm Press 

  • Casos dignos de película de víctimas del fascismo que huyeron a España

Paula Juan | Madrid

Jenny Kehr fue una judía alemana que huyó del nazismo. Su marido falleció en prisión en 1939 dejando a la joven completamente sola con sus dos hijas. Pero, un año después, Kehr fue trasladada, junto a más de 6.500 judíos, a Gurs, un horrible campo de concentración del sur de Francia. De allí consiguió escapar junto a doce hombres, entre los que se encontraba Max, su nuevo amor, al que había conocido en el campo.

Nada más cruzar los Pirineos fueron detenidos. Él fue a parar al campo de concentración de Miranda del Ebro (sólo para hombres). Ella, a la cárcel de mujeres de Barcelona para ser ‘entregada’ a los alemanes que ya habían ocupado Francia. Pero Kehr prefirió poner punto final a su historia y se suicidó (la causa de la muerte en su certificado de defunción es «asfixia por suspensión») en su celda.

Rosa Sala Rose, autora de ‘La penúltima frontera. Fugitivos del nazismo en España’ (Editorial Papel de liar), contactó con las dos hijas que Jenny Kehr tuvo con su marido, Ursula y Marianne. Al comunicarse con ellas -habían logrado escapar a Inglaterra-, advirtió que «tenían una versión muy distinta del trágico final de su madre». De hecho, no supieron de la muerte de su progenitora hasta mediados de 1943.

'La Penúltima frontera'. | Papel de Liar‘La Penúltima frontera’. | Papel de Liar 

Casos como este salen del olvido en ‘La penúltima frontera’, que rescata algunos de «los llamados ‘expedientes de frontera'» del Archivo Histórico de Girona, explica la autora, Licenciada en Filología Alemana y Filología Románica. «Sólo quedaron registradas las personas que fueron arrestadas por paso ilegal de frontera», destaca. «Apenas tenemos datos de quienes lograron esquivar los innumerables controles gracias a la buena suerte o a la ayuda de redes de evasión, por lo que resulta difícil plantear una estadística [de los exiliados a través de los Pirineos]», comenta.

El historiador Josep Calvet, experto en la materia, estima que unos 80.000 refugiados pasaron en total por España durante la Segunda Guerra Mundial, de los cuales 50.000 fueron detenidos por las autoridades franquistas.

En los 23 testimonios que componen el libro, Sala Rose evidencia que los refugiados eran personas de todas las condiciones. El objetivo de la autora era conocer por qué huían, cuáles eran los motivos que les hacían ‘saltar’ la frontera, cuál era su procedencia…. Un profundo reportaje de investigación que le llevó «aproximadamente un año de intenso trabajo».

Uno de los testimonios que más impacto tuvo en la investigadora es el de Karol Radewicz, un joven de 16 años al que le pudo la desesperación. «Tras haber perdido a sus padres en un bombardeo alemán en 1939 atravesó sólo, y sin medios, toda Europa hasta cruzar los Pirineos» , explica Sala Rose.

Karola era mudo, por lo que los guardias civiles que le encontraron deambulando camino de Barcelona no pudieron interrogarlo hasta dos días después, por escrito y en francés. La angustia que supuso para él que lo trasladaran al Hospicio Provincial de Nuestra Señora de la Misericordia en Gerona llegó a tal punto que el administrador escribió al gobernador civil sobre Karol: «Viene manifestando desde hace días sus propósitos de suicidarse, por lo que ha sido necesario, dado su estado de excitación, tenerlo sometido a una constante vigilancia».

En esta carta se adjuntan unas palabras (en francés) del propio Karol: «No puedo quedarme aquí porque para mí el mundo ha terminado y no querría matarme en esta casa porque eso a usted le causaría tristeza». Así, el joven polaco salió «definitivamente por orden gubernativa» del país por Portbou. Y poco más se sabe de la historia de este chico que cruzó «tan secretamente [la frontera] como la había atravesado».

Sala Rose buscaba con este libro «devolver su historia a personas que fueron víctimas de los acontecimientos y que, de otro modo, habrían quedado en el olvido». Y para que todo se recuerde, la autora invita a «quienes puedan aportar datos adicionales sobre todos estos casos» a que se pongan en contacto con ella a través de una dirección de email (historiasdefrontera@gmail.com).

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/11/cultura/1297453676.html

Complot contra América, novela de Philip Roth

 

«Complot contra América», la novela donde Philip Roth incursiona en el pasado condicional.

En su última novela Philip Roth fantasea sobre un triunfo de Lindbergh sobre Roosevelt en 1940, en un ejercicio similar al que hiciera Philip K. Dick en «El hombre del castillo», donde especulaba con el triunfo de los nazis en la segunda Guerra. La crítica ve en «Complot contra América» una advertencia sobre los efectos del aislacionismo.

Publica La Vanguardia en su edición del 13/10/2004

Por Andy Robinson

Profesores de inglés especializados en el pasado condicional -what would have happened if?, ¿qué habría pasado si?- acaban de recibir material didáctico de lujo con la nueva novela del escritor estadounidense Philip Roth, candidato a sus 71 años al Nobel. «The plot against America» (La conspiración contra America) plantea qué habría pasado si Charles Lindbergh (1902-1974) hubiese derrotado a Franklin D. Roosevelt en las elecciones presidenciales del año 1940.

La respuesta, según el autor de la serie «Zuckerman» y de «Yo me casé con un comunista», es que habría pasado algo muy parecido a lo que ya había ocurrido en las calles de Dresde y de Berlín. Escuadrones de la muerte nazis merodeando, en busca de judíos, por las calles de Newark (Nueva Jersey), donde residen los protagonistas de la novela. Afectado, quizas, por el ambiente en EE.UU. de guerra contra el terror, Roth ha abandonado sus temas habituales -represión, sexo e hipocresía de las clases ilustradas de Nueva York y Boston- para indagar en la historia política.

La idea de que EE.UU. pudiera haberse sometido, al igual que el Viejo Continente, a un régimen filonazi, resulta explosiva Philip Roth para muchos norteamericanos e impacta de pleno en la ideología del aislacionismo y excepcionalismo americano. «Roth parece estar provocándonos con la pregunta: ¿crees que las esvásticas son únicamente para otros países? Uno pasa las páginas con asombro y miedo», escribe el escritor Paul Berman.

En una larga critica en The New York Times, Berman compara la novela con «The iron heel» (1908), de Jack London, en la que fantasea sobre una dictadura totalitaria en EE.UU., y con «No puede pasar aquí», escrita por el premio Nobel Sinclair Lewis en 1935 y cuya visión del nazismo americano quizás ayudó a que jamás ocurriese la pesadilla soñada.

Pero mientras las novelas de London y Sinclair tratan de distopías proyectadas en un futuro posible, Roth se incorpora a otro género, la historia alternativa, que ha dado lugar a un sinfín de novelas baratas sobre ficticias invasiones nazis del Reino Unido, pero poco más.

En el caso de la nueva novela de Roth, todo lo que ocurre antes de la convención republicana de junio de 1940 es -en la medida que la memoria de Roth lo permite- historia verídica.

La familia residente en un barrio judío de Newark se llama Roth. El padre es vendedor de seguros de Met Life, al igual que el padre del autor. Hasta el número de la calle es el mismo que el de la casa de los Roth. Son ciertas también las simpatías pronazis de Lindbergh, héroe americano, adorado por el pueblo no sólo por que fue el primero en sobrevolar sin escalas el Atlántico, sino también por su digno comportamiento, cuando su hijo, de 19 meses, fue secuestrado y asesinado.

Lindbergh visitó en 1938 la Alemania nazi, calificó a Hitler como un «gran hombre» y fue condecorado por Hermann Göring. Tras vivir unos años en Londres regresó a EE.UU. en 1939, mientras la guerra estallaba en el Viejo Continente, y defendió una política de no intervención, cuestionando los motivos de «otras gentes» favorables a que EE.UU. entrase en una guerra que «pretende llevar a nuestra país a la destrucción». Una referencia no demasiado camuflada a los judíos.

En un momento en el que las protestas y advertencias tremendistas contra los supuestos rebrotes de antisemitismo en Europa vuelven a nutrir el excepcionalismo norteamericano, la novela de Roth es una buen antídoto. Pero, como escribe Joan Acocella en The New Yorker, la relevancia del libro «puede que no sea sólo la cuestión judía», sino algo más amplio. «El estado de guerra permanente contra el terror puede haber figurado con el mismo peso que la Segunda Guerra Mundial en la gestación de la novela de Roth«, sostiene.

 

Fuente: http://www.escueladeletras.com/actualidadliteraria/complot-contra-america-la-novela-donde-phili/1252

Las historias jamás contadas de los mártires de Israel

Por primera vez en un libro, los retratos de las víctimas del odio islamista. Jóvenes y ancianos, hombres y mujeres. Abatidos en el autobús, en el bar, en el mercado. Asesinados por la única «culpa» de ser judíos

por Sandro Magister

ROMA, 7 de noviembre de 2009 – Hoy los judíos de todo el mundo conmemoran a sus mártires de la «noche de los cristales», es decir las víctimas del pogromo nazista de la noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, en Alemania.

De aquella masacre y de tremendo exterminio de judíos que le siguió, obra del Reich, hoy se hace memoria universal y penitencial.

No ocurre lo mismo en Europa y en Occidente, por las otras numerosas víctimas judías que caen desde hace años en Israel, víctimas del terrorismo musulmán.

Cada vez que alguno de ellos es asesinado entra y sale rápido de las noticias. Termina inmerso en el indistinto de la «cuestión palestina», leída por muchos como producto de la «culpa» de Israel.

Mientras tanto, una de cada trescientas familias israelíes ya ha sido golpeada por un atentado. Las acciones terroristas se cuentan por miles. Los atentados suicidas con blanco son más de 150 y cada atentado realizado la policía israelí calcula haber evitado otros nueve. En total, hoy los muertos son 1723, de los cuales 378 son mujeres. Los heridos son más de diez mil.

A la distracción de la mirada occidental y cristiana frente a este sucederse continuo de víctimas, golpeadas sistemáticamente en lo cotidiano, en los autobuses, en las cafés, en los mercados, en casa, reacciona un libro que por primera vez cuenta sus historias. Nos dice finalmente quienes son.

El libro salió hace un mes en Italia y pronto será traducido en Nueva York y Londres. Lleva por título «No dejaremos de danzar». Y por subtítulo: «Las historias jamás contadas de los mártires de Israel».

El autor, Giulio Meotti, ya es conocido por los lectores de http://www.chiesa por dos de sus reportajes de gran resonancia: sobre la ciudad más islamizada de Europa, Rótterdam, y sobre los «jóvenes de las colinas», los colonos israelíes de la última generación.

Es último libro suyo se inicia con un prefacio del filósofo inglés Roger Scruton y con una carta de Robert Redeker, el escritor francés que vive en una localidad secreta desde que fue amenazado de muerte por islamistas fanáticos.

A continuación un extracto del primer capítulo.

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Los desaparecidos de Israel

por Giulio Meotti

Tomado de «No dejaremos de danzar», pp. 26-36

¿Por qué este libro? Porqué no había ni siquiera una historia de los muertos de Israel. Ha sido escrito sin ningún prejuicio contra los palestinos, es un relato movido por el amor por un gran pueblo y su maravillosa y trágica aventura en el corazón del Medio Oriente y a lo largo de todo el siglo XX. Cada proyecto de exterminio de una entera clase de seres humanos, desde Srebrenica a Ruanda, ha tenido su mejor narrativa. A Israel no parece que se le conceda, siempre se ha debido limpiar de prisa la sangre de los judíos de la historia. Judíos asesinados por ser judíos y cuyas historias han sido tragadas en la desagradable y amoral equivalencia entre israelíes y palestinos, que no explica nada de aquel conflicto y más aún lo entorpece hasta anularlo. El libro quiere salvar del olvido este inmenso yacimiento de dolor, suscitando respeto por los muertos y amor por los vivos. […]

El más bello regalo, en estos cuatro años de investigaciones, me lo ha hecho los israelíes que han abierto su mundo martirizado a mi solicitud de ayuda, se quedaron desnudos con el propio dolor. Yo tocaba su puerta, un extraño, un no judío, un extranjero. Pero me han tendido todos una mano y han hablado de sus seres queridos por primera vez. […]

Decidí relatar algunas grandes historias israelíes vivificadas por el idealismo, por el dolor, por el sacrificio, por la casualidad, por el amor, por el miedo, por la fe, por la libertad. Y por la esperanza de que, no obstante todo este silencio, Israel al final venza. […] Hay personas increíbles como la obstetriz Tzofia, que perdió al padre rabino, a la madre y a un hermanito, pero hoy ayuda a las mujeres árabes a dar a luz a sus niños. […] Está el copista de Torah, Yitro que se convirtió al judaísmo y cuyo hijo fue raptado y ajusticiado por Hamas. Está Elisheva, proveniente de una familia de pioneros agricultores que perdió todo en Auschwitz y una hija encinta en el noveno mes a manos de terroristas despiadados, porque «quería vivir el ideal judío». […] En Tzipi mataron a puñaladas al padre rabino y donde un tiempo estaba su habitación hoy existe una importante escuela religiosa. Ruti y David perdieron respectivamente al esposo y al hermano, un gran médico humanista que se ocupaba de todos, árabes y judíos. Está el rabino Elyashiv, a quien le arrebataron un hijo seminarista pero que sigue creyendo que «en la vida todo da fuerzas al fuerte y debilita al débil». Luego está Sheila, que habla siempre de la llegada del Mesías y de cómo su marido cuidaba de los niños Down. Menashe perdió a su padre, a su madre, hermano y abuelo en una noche de terror, pero sigue creyendo en el derecho a vivir donde Abraham plantó su tienda. […] Elaine perdió un hijo durante la cena de shabath y por más de un año no ha cocinado ni emitido sonido alguno. Están los amigos de Ro’i Klein, escudo humano que voló en una mina recitando el Shema’ Israel y salvando la vida de los compañeros de brigada. Yehudit perdió a su hija demasiado rápido, regresando del matrimonio junto a su marido. También a Uri, que hizo alyha desde Francia, le arrebataron a la hija, que era una voluntaria entre los pobres.

Orly vivió feliz en una camper, pero su hijo no se puso a tiempo la kippah sobre la cabeza antes de ser asesinado. Está Tehila, una de aquellas mujeres temerosas pero modernas que llenan los asentamientos, esposa de un idealista que «vivía la tierra», amaba los arbustos rojos y celestes de las flores de Samaria. […].  Está también el maravilloso Yossi, su hijo sacrificó la propia vida para salvar la de los amigos y cada viernes iba a distribuir dones religiosos a los que pasaban. Rina había creado una perla en el desierto egipcio, se creía una pionera y vio que le arrebataron un hijo junto con su esposa encinta. […] Está Chaya, que abrazó el judaísmo junto con su esposo, la conversión para ellos «era como casarse con Dios». […] Todas estas historias nos hablan de este Estado único en el mundo, nacido de una ideología laica decimonónica como el sionismo, que sobre las cenizas del Holocausto reunió sobre su tierra de origen un pueblo exiliado dos mil años antes y exterminado por más de la mitad. Historias que nos hablan del coraje, de la desesperación, de la fe, de la defensa de la propia casa buscando, aunque si a veces se yerra, mantener la «pureza de las armas» en el único ejército que permite desobedecer a una orden inhumana. […]

La historia de estas víctimas judías no es solamente una historia de héroes. Es casi siempre gente indefensa. […] El Centro de Estudios de Antiterrorismo de Herzliya, el más importante instituto de análisis en Israel, ha calculado que solamente el 25 por ciento de las víctimas israelíes eran militares. La mayoría eran y son judíos vestidos de civil. Entre los israelíes, las mujeres constituyen el 40 por ciento de las víctimas totales. Los europeos creen que Israel es el fuerte, la patria y la guarnición en armas que tiene de su parte el control del territorio, la tecnología, el dinero, el saber consolidado, la capacidad de usar la fuerza, la amistad y la alianza con los Estados Unidos. Y que contra ello se yergue la opresora debilidad de un pueblo que reivindica sus derechos, dispuesto al martirio para obtenerlos. Pero no es así. Las historias de estos nuevos «desaparecidos» lo demuestran.

Los israelíes han demostrado amar la vida más de cuanto temen la muerte. Los terroristas han asesinado cientos entre profesores y estudiantes, pero las escuelas no han cerrado nunca. Han matado médicos y pacientes, pero los hospitales siempre han funcionado. Han masacrado ejército y policía, pero la lista de quien se ofrece voluntario no ha disminuido nunca. Han acribillado los autobuses de fieles, pero los peregrinos siguen llegando a Judea y Samaria. Han causado masacres en los matrimonios y han obligado a las jóvenes parejas a casarse en bunkers bajo tierra. Pero la vida siempre ha vencido sobre la muerte. Como cuando en la fiesta nocturna en el Sea Market Restaurant de Tel Aviv, Irit Rahamim festejaba el adiós al celibato. Cuando el terrorista comienza a disparar y a lanzar granadas sobre la multitud, Irit se tiró al suelo, y bajo la mesa llama a su esposo y le dice que lo ama. Entre los gritos. Y la muerte.

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El libro:

Giulio Meotti, «Non smetteremo di danzare. Le storie mai raccontate dei martiri di Israele», Lindau, Torino, 2009, pp. 360, euro 24,00.

González Ruano y los judíos masacrados

Rosa Sala Rose: González Ruano y los judíos masacrados.

 

miércoles 3 de noviembre de 2010

González Ruano y los judíos masacrados

José Carlos LlopNo hace mucho que José Carlos Llop, bajo el título de París: suite 1940, le dedicó una indagación maravillosa a los «años oscuros» del famoso escritor y dandy español César González Ruano en París durante la Segunda Guerra Mundial. A medio camino entre la novela y el ensayo, con una sutileza admirable, esta obra de Llop se adentra en las lagunas que se abren premeditadamente en las memorias de Ruano como pozos oscuros. «Ese misterio sobre el que [Ruano] merodeará una y otra vez en sus libros, como un zorro que no se decide a atacar el gallinero».

París: Suite 1940
El misterio principal: ¿de qué vivía Ruano? El escritor había abandonado su corresponsalía del ABC en Berlín para instalarse en París. Una vez allí, harto de la pluma, había decidido dejar de escribir. Y aun así, nunca llevó un tren de vida tan lujoso como en aquellos años en los que vivió de fiesta en fiesta en pleno centro de una Europa agonizante. Poco a poco, oscilando entre testimonio y testimonio, Llop deja que las sospechas vayan tomando forma. Para ello cita a Laurence Viola, viuda del artista Manuel Viola:

Cuando él [César González Ruano] llegó a París, ya se decía entre los españoles que había aprovechado su corresponsalía en Berlín para estafar a judíos alemanes en apuros. Ya sabe: qué alemán, siendo judío, no estaba en apuros en Berlín entonces. Llegó cargado de joyas y comportándose como un marqués.

O reproduce un extracto de las memorias de Caballero Bonald:

Manuel Viola me contó durante las erráticas confidencias de alguna noche culpable, cosas terribles a propósito de las actividades de CGR en el París de la Ocupación alemana. Algunas las he olvidado y de otras prefiero no acordarme.

Con todo, según su propia declaración, Llop no pretende hacer un ensayo histórico, sino una obra literaria. La gran laguna del Ruano parisino queda envuelta en una prudente neblina en la que todo se sugiere pero nada se afirma.

Sin embargo, como hemos visto, Llop también se ha documentado. Y hay al menos un testimonio que, ya sea por premeditación o por despiste, no aparece en la bibliografía de París: Suite 1940. En dicho testimonio la gran laguna de Ruano queda desvelada con profusión de datos y de la manera más atroz.

César González Ruano
Fue el historiador Xavier Casals quien llamó mi atención sobre Los senderos de la libertad (Europa 1940-1944), la interesante obra autobiográfica del sindicalista Eduardo Pons Prades que parece haber pasado bastante desapercibida.

Eduardo Pons PradesPons Prades, que fue miembro de la resistencia en la Francia ocupada, cuenta que en el puesto fronterizo de Bourg-Madame-Puigcerdá se habían recibido informes sobre misteriosas caravanas de camiones, nunca más de seis, que desde finales de 1942 transitaban de Perpiñán a Andorra. Eran del modelo Berliet, camiones militares franceses de 1936, matriculados en los Servicios de Obras Públicas, con documentación en regla y alimentados con gasolina, cuando por entonces casi todos los camiones funcionaban con gasógeno. Al merodear junto a ellos, un oficial de aduanas llamado Parent tuvo la sensación de que transportaban gente.

Poco después unos guerrilleros hallaron herido de bala en los Pirineos a un ingeniero alemán judío llamado Rosenthal que les reveló el misterio de los camiones. A fin de sacar a sus padres y a su hermana de la Francia ocupada, Rosenthal había entrado en contacto en París con el supuesto agregado cultural de la embajada franquista. El falso funcionario se hacía llamar Don Antonio y decía haber sido enviado desde Madrid a París expresamente para salvar judíos. Tras pagarle una fortuna a Don Antonio para financiar el pasaje, los Rosenthal fueron introducidos en un camión Berliet que iba a llevarlos a Andorra desde Perpiñán. Poco después se sumaron otros tres vehículos, formando una pequeña caravana.

Les dijeron que iban a entrar en Andorra a pie, por la montaña, acompañados por guías del país y que en menos de una hora estarían a salvo. Que no tardaría en hacerse de día y que todo iría bien… Pero, de pronto, estallaron varias ráfagas de metralleta y el griterío de las víctimas. Y en el acto dispararon también contra su grupo. Como el ingeniero caminaba detrás del todo –para ayudar a los rezagados-, sólo fue alcanzado en un hombro, cayendo entre espesos matorrales. Inmóvil y reteniendo su respiración, se quedaría allí, acurrucado, mientras la luz de las litnernas de los asesinos se pasebaa entre los moribundos, a los que desvalijaban, apresudaramente. Luego, tras repetidas blasfemias –en la muy católica lengua andorrana, sin duda-, oyó cómo abrían una zanja, en la que medio enterraron los cadáveres.

El resistente Manuel Huet Piera, del Grupo Ponzán, acompañó a Rosenthal a París para identificar al misterioso «Don Antonio». Era César González Ruano. Así lo revelaron las pesquisas efectuadas en Francia y detalladas con abundantes detalles en el libro de Pons Prades. Éstas serían, por tanto, las «cosas terribles» que Caballero Bonald le oyó contar a Manuel Viola. No se trataba sólo de aprovecharse de los desesperados judíos europeos, sino de engañarlos a centenares con falsas promesas de libertad para sacarles hasta el último céntimo y después masacrarlos, por obra de sicarios contratados, en la impunidad de la noche, una y otra vez, en caravanas perfectamente organizadas. Elegantemente, sin mancharse las manos, como le corresponde hacer a un dandy y hombre de cultura.

De ser cierto el relato de Pons Prades, en estos momentos varias fosas con cientos de huesos reposan en la frontera andorrana, perpetuamente selladas bajo un manto de vegetación, de silencio y de desmemoria. Quizá, ahora más que nunca, haya llegado el momento de ir a buscarlas.

 

http://rosasalarose.blogspot.com/2010/11/gonzalez-ruano-y-los-judios-masacrados.html

«De ninguna manera pongan un insecto en la portada!»

P�blico.es – «�De ninguna manera pongan un insecto en la portada!».

Acantilado publica los textos íntimos del editor que descubrió al autor de La metamorfosis’, que muestran a un tipo puntilloso

PEIO H. RIAÑO MADRID 12/05/2010 08:00

Contra toda creencia, Kafka cuidó mucho sus ediciones.

Contra toda creencia, Kafka cuidó mucho sus ediciones. PEIO H. RIAÑO

Franz Kafka no era el distraído autor que desatendía la edición de sus trabajos. Al contrario, a sus dudas habituales hay que añadirle sus preocupaciones por la correcta edición de ellos. Un año antes de que apareciese publicada La metamorfosis escribía, alertado y alterado, a su editor para evitar que pudiera caer en la ocurrencia de estampar cualquier insecto en la portada, ilustrando el relato.

Al joven Kafka le habían mandado un ejemplar de la misma colección en la que iba a aparecer su libro y sintió la amenaza. «Se me ha ocurrido, dado que Ottomark Starke en efecto ilustra las obras, que tal vez podría querer dibujar el insecto en cuestión. ¡Eso de ninguna manera, por favor!», escribe aterrado ante la posibilidad.

En agosto de 1912, cuando Franz Kafka no había publicado nada, aunque llevaba una década escribiendo, Max Brod presenta al autor a su editor Kurt Wolff, cuatro años menor que Kafka. Wolff, un hijo de buena familia de Bonn, estudiante de la Universidad de Leipzig que se convierte en editor a los 21 años, con una biblioteca que reúne unos 12.000 volúmenes y una editorial propia a los 25, queda impresionado con la estampa de Kafka allí sentado, en su despacho de la pequeña editorial que acababa de fundar: «¡Ay, cómo sufría! Callado, torpe, tierno, vulnerable, intimidado como un colegial examinándose del Bachillerato, convencido de la imposibilidad de cumplir jamás con las expectativas que los elogios del empresario despertaban», recoge el libro Autores, libros, aventuras, que publicará la editorial Acantilado, sobre las observaciones, los recuerdos y la correspondencia del gran editor europeo con Franz Kafka.

Kurt Wolff tuvo en cuenta todos los caprichos de aquel autor desconocido

En esta correspondencia los dos mantienen un trato exquisito. Kafka, extremadamente discreto, cordial y elegante, no pierde los papeles con el recién estrenado negocio editorial hasta que le tocan la tipografía, el cuerpo de la letra y las portadas. «No pretendo coartar su libertad de expresión sino que se lo pido desde mi condición de obviamente mejor conocedor de la historia. El insecto en sí no puede ser dibujado. Ahora bien, ni siquiera puede mostrarse desde cierta distancia», incide en la misma carta citada.

Minucioso con educación

El autor de El castillo hace sus propias sugerencias y escogería escenas como la de «los padres y el productor ante la puerta cerrada» o, mejor aún, cuenta, «los padres y la hermana en la estancia iluminada mientras se ve la puerta abierta que da al cuarto vecino, completamente a oscuras».

«Era un adolescente que no pasó a la edad adulta», dijo de Kafka

Kurt Wolff tenía en cuenta todas las consideraciones de aquel joven autor completamente desconocido. La historia confirma el talento del joven y desconocido editor, que apostó desde el principio por concederle a Kafka publicar los breves cuentos por separado. Todo para el escritor (preocupado por las reseñas que salían de sus libros en la prensa) a pesar de que las ventas no acompañaban: en el cierre de 1915-1916 se vendieron 258 ejemplares del libro Meditaciones, del que se habían publicado 800 ejemplares.

Un año más tarde, se vendieron 69 ejemplares más del mismo libro. La liquidación de las ventas de 1922-1923 era tan mínima que prefieren no comunicarle la ridícula cantidad. «La suma no sería siquiera digna de mención con el cambio de divisa», le dicen a Kafka que por entonces vivía en Checoslovaquia. Así que le compensan con más gesto que atención: «A modo de compensación, le haremos llegar un envío de libros en los próximos días». Entre ellos, le mandarán «cierta cantidad» de ejemplares de sus propias obras que «tal vez le resulten de utilidad para regalar». Para la venta dejaban claro que no. Kafka muere un año después, sin haber recibido la promesa postal.

Sabemos que a Kafka le faltaron los recursos, que estas liquidaciones por sus obras no le sacaron de la pobreza. Pero pudo remediarlo. Wolff le tentó con un premio amañado, por el que se embolsaría 800 marcos. El premio Fontane, a los mejores narradores modernos, había recaído en Carl Stern-heim por tres relatos. «Dado que Sternheim es millonario», le escribe Wolff, y que «no tiene sentido otorgar un premio con dotación económica a un millonario», Sternheim decide que Kafka podría disfrutar de esa cuantía. Kafka contesta que no, que o todo o nada, que «el dinero por sí solo sin ningún tipo de mención no podría aceptarlo».

De aquel sonado primer encuentro en 1912 con Kafka, Wolff recuerda que jamás olvidaría la sensación que le produjo Max Brod como el empresario que presenta a «la gran estrella que acaba de descubrir». Se lo mostraba como «mercancía». El editor cuenta que respiró aliviado al término de la visita: «Me despedí de los ojos más bellos y la expresión más conmovedora de un hombre sin edad, que tenía 30 años pero cuya apariencia lo dejó grabado en mi memoria como alguien que oscilaba entre enfermo y más enfermo todavía pero que no tenía edad. Podría decirse que se trataba de un adolescente que jamás había dado el paso a la edad adulta».

Fuck America

NARRATIVA
Por Leah Bonnín

Una de las tiendas atacadas en la Kristallnacht.

En carta fechada el 10 de noviembre de 1938, el día después de la Reichskristallnacht, Nathan Bronsky solicita visados para su familia al cónsul general de EEUU en Alemania. Se trata de una petición urgente, pero no recibe respuesta hasta pasados ocho meses, en una carta en que el burócrata le explica que, con suerte, podrá acceder a ellos en 1952.

¿Testimonio? ¿Biografía? ¿Ficción documental? Nada de eso. Por más que Edgar Hilsenrath se haya inspirado en su propia biografía y experiencia, por más que aparezcan situaciones teñidas de realismo («Es una novela basada en hechos reales, aunque de vez en cuando hay que distanciarse de los hechos para comprenderlos mejor»), por más que, con el Holocausto en el retrovisor, Fuck America rezuma verosimilitud, no hay respuesta afirmativa para ninguna de las tres preguntas.

Esta novela es básicamente un recuento de la experiencia neoyorquina de Jakob Bronsky, hijo de Natán, registrada en un diario que se inicia en marzo de 1953, en plena guerra de Corea, catorce años después de aquel espeluznante intercambio epistolar entre su padre y el cónsul general. Bronsky cuenta veintisiete años, pero aparenta cincuenta y lleva una vida vagabunda en la ciudad de Nueva York. Se reúne con otros inmigrantes y vagabundos en una cafetería situada en la esquina de Broadway con la 86. Encuentra trabajos temporales en la agencia de Leo, un emigrante con mejor fortuna, y hace de camarero en algún restaurante de la ciudad, de portero de noche y otra vez de camarero en un balneario de verano del que, junto con Pinky, otro desharrapado, huye con la recaudación de la jornada. Busca mujeres para unas horas y hasta es capaz de acudir a una agencia matrimonial para procurárselas. No tiene ni oficio ni beneficio, y lo que de verdad le interesa es terminar de escribir su novela autobiográfica, El Pajillero.

Junto a la de Jakob Bronsky se deslizan otras historias sobre el Holocausto, como de pasada, insinuadas en diálogos o incrustadas en las descripciones. Historias como la del señor Selig, de cuarenta años, cuya familia desapareció en Polonia sin dejar rastro («en su opinión en Treblinka. Pero no está seguro»). O la del señor Weinrot, cincuenta años más o menos («En el pasado: casado, seis hijos, abogado; actualmente soltero, mujer e hijos desaparecidos en la guerra sin dejar rastro. Ahora trabaja como embalador en el Garment Center»). Vidas rotas. No es necesario denunciar ni acusar explícitamente porque la experiencia del Holocausto está en la carne y en el alma de los personajes:

Tuve que tumbarme en el suelo y cruzar los brazos en la espalda. Es curioso, pero tenía menos miedo que durante la guerra, en el tren de mercancías, destino: solución final.

Fuck America presenta la visión de aquellos que no fueron capaces de reconstruir sus vidas, la de los inmigrantes que no se integraron a la vida americana, la de aquellos que, como los visitantes de la cafetería de la calle Broadway, «se cachondean de las putas, se cagan en América y en el sueño americano, se quejan de los coches grandes, la comida insípida, el mal café, los trabajos absurdos». Nada que ver con la experiencia de algunos parientes de Bronsky, cómodamente instalados en Brooklyn:

Que tienen niños, casa con jardín, un coche nuevo, un sueldo considerable y regular. Que el señor de la casa no es un lameculos porque no lo necesita. Que no hablan alemán sino inglés, incluso en casa.

El sarcasmo se desborda en la tercera parte de la novela, cuando Bronsky entabla un diálogo terapéutico con la psicóloga salida de los rayos catódicos de la televisión Mary Stone, la mujer que le intenta convencer de la bonanza de esa nueva tierra de promisión que es América. Y adquiere tintes esperpénticos cuando, en su fantasía de regresar a Alemania, es recibido por un tipo con pinta de nazi que, en calidad de secretario general de la Asociación Culpa y Tolerancia, le ofrece dinero, chicas y vivienda.

Como en El nazi y el peluquero (1971), sátira sobre un nazi que adopta la personalidad de un antiguo amigo judío, después de la liberación de uno de los campos de exterminio; como en Night. A Novel (1975), con la que debutó, basada en la deportación de su familia al entonces gueto rumano de Mogyliov-Podolski; como en The Adventures of Ruben Jablonski (1997), basada en su propia experiencia de fuga con una identidad falsa al final de la guerra; como en la novela sobre el genocidio de los armenios bajo el Imperio Otomano The Story of the Last Thought; una vez más, en Fuck America Edgar Hilsenrath (Leipzig, 1926) huye de los tópicos y se enfrenta a la experiencia del Holocausto sin prejuicios; con excesivo sarcasmo, según sus detractores.

Se ha comparado el estilo de Hilsenrath con el de autores tan dispares como Bukowski, John Fante, Céline –al que aquél dice no haber leído hasta después de haber publicado Fuck America– y Kafka. Quizás tenga un poco de cada –el sarcasmo, la inspiración biográfica, la dureza o la concisión–, pero su escritura es poderosamente personal y su estilo, incomparable, como también lo es su experiencia vital y literaria. Su prosa es punzante, auténtica y estremecedora porque sabemos que detrás de las palabras está el sufrimiento del Holocausto:

–Tienes la ropa llena de sangre, hijo mío. ¿Dónde te has metido?
–Debajo de los muertos.

–¿Y de verdad has regresado?
–Sí. He regresado de verdad.

Novela dura e imprescindible donde las haya.

EDGAR HILSENRATH: FUCK AMERICA. Errata Naturae (Madrid), 2010, 262 páginas. Traducción: Iván de los Ríos.

http://libros.libertaddigital.com/fuck-america-1276237735.html

La banalidad del bien

La Banalidad del BienDEAGLIO, Enrico La banalidad del bien.
Historia de Giorgio Perlasca
Barcelona: Editorial Herder. 1997. 213 p.
Por: Camila Herrera Pardo. Estudiante Facultad de Derecho.

Tema: El italiano Giorgio Perlasca, quien, sin ser diplomático, arriesgó su vida salvando de una muerte segura a miles de judíos refugiados en las ocho «casas de protección» de la legación española.

«La banalidad del bien» de Enrico Deaglio es, como el autor mismo lo señala desde la introducción, un esfuerzo por salvar la historia de un simple comerciante italiano que, sin estar obligado a ello, se convierte en salvador de la comunidad judía de Budapest entre 1944 y 1945, del deliberado olvido impuesto por un acuerdo tácito de sepultar los recuerdos de los horrores de la segunda guerra mundial y, muy especialmente, del cruento exterminio de la población hebrea durante esa época.

Se trata por lo tanto de una obra que primariamente es una reivindicación, en justicia, de la memoria que merece el heroísmo, y la exaltación la una cierta «banalización del bien», es decir, cierta connaturalización con la grandeza y el heroísmo, que contrastaría abiertamente con la trivialización de lo perverso y la
convivencia con lo inaceptable, que Hannah Arendt llama «banalidad del mal».

La historia de Perlasca, que Deaglio narra de modo ameno e interesante, tiene dos peculiaridades que el autor se esfuerza en resaltar a lo largo de toda la obra. En primer lugar, es una gesta de heroísmo en la que el personaje principal no está en una posición que le obligue –al menos institucionalmente- a asumir los riesgos que tuvo que afrontar para proteger a la población judía de la persecución llevada a cabo por el gobiernos filonazis de Horthy y Szálasi. En segundo lugar, la historia en cuestión llegó a ser realmente conocida solamente hasta los años noventa, casi
cincuenta años después de los acontecimientos y dos años antes de la muerte del protagonista en 1992.

De modo muy sucinto los hechos que se relatan en el libro son los siguientes: Giorgio (Jorge) Perlasca, un comerciante italiano establecido en Budapest desde 1942, se ve repentinamente obligado a acudir a la legación española ante el gobierno húngaro,
después de que la situación de los ciudadanos italianos en ese país quedara en el limbo tras la incursión de los aliados en el Sur de Italia.

A raíz de este problema, Perlasca tuvo la oportunidad de involucrarse en las actividades que los países neutrales (Portugal, España, Suiza, Suecia y la Santa Sede) realizaban para intentar proteger a la comunidad judía de Budapest contra la inclemencia de las leyes y políticas antisemitas vigentes en Hungría.

Concretamente, la labor que Perlasca desempeñaba bajo la dirección del Cónsul español Ángel Sanz del Briz, consistía en otorgar tantos pasaportes españoles como fuera posible a los judíos que lo solicitaran, valiéndose de la ley Rivera, que en 1928 concedió la ciudadanía española a todos los descendientes de los judíos sefarditas.

El punto central del relato, en el que la figura de Perlasca adquiere real protagonismo, tiene lugar a finales de 1944 cuando, tras la caíd a del gobierno de Horthy, el gobierno español decide retirar su representación diplomática en Budapest, con lo que los numerosos judíos que estaban bajo la protección española quedaban totalmente desprotegidos. En este momento, que por el cambio de gobierno coincide con la agudización del antisemitismo en Hungría, Perlasca

Sangre judía 2. La brillante estela de los españoles expulsados

Por fin, el libro de Pere Bonnín Sangre judía 2. La brillante estela de los españoles expulsados, con prólogo de Michael Freund, (Flor del Viento, Barcelona 2010) se está distribuyendo a las librerías. Resérvenlo antes de que se agote.

También lo encontrarán por Internet en la distribuidora http://www.punxes.es, en http://www.casadellibro.com y en cualquier otro portal de librerías.

Saludos.
Humberto Vera Medina