España encarceló a siete terroristas sospechados de planear un atentado contra una librería judía

Un juez investigador encarceló hoy a siete sospechosos yidahistas en un caso que involucra supuestas discusiones sobre apuntar contra una librería judía en Barcelona. Otros objetivos potenciales del grupo incluían sinagogas y edificios públicos en la región de Cataluña, dijo el magistrado en un reporte luego de recibir información de los fiscales.

Las autoridades incautaron una granada, cuchillos, armas de fuego, municiones y químicos que podrían ser usados para la fabricación de bombas durante los allanamientos luego de once arrestos efectuados el miércoles en el noreste de la región, dijo el juez Santiago Pedraz en el reporte. La información se dio a conocer luego de que los siete aparecieran ante él en una sesión a puertas abiertas.
Los sospechosos, principalmente de la ciudad Terrasa, aproximadamente a 30 minutos de Barcelona, habían formado un grupo al que llamaban “Hermandad Islámica para la Predicación de la Jihad”, el cual estaba vinculado ideológicamente con el Estado Islámico.
Tres de los arrestados fueron puestos en libertad y un sospechoso de 17 años identificado como un paraguayo que estuvo viviendo en España por ocho años fue enviado a un centro de detención juvenil. Seis de los siete adultos detenidos tienen la ciudadanía española. La séptima es una mujer marroquí.
Uno de ellos supuestamente en conversaciones que mantuvo con los otros dijo estar listo para atacar una librería con la ayuda de un conocido neonazi. Se encontraron imágenes de un hotel ubicado en el centro de Barcelona, una estación policial y un centro comercial en el teléfono celular de uno de los hombres.
La policía regional de allí ha estado monitoreando a miembros del supuesto grupo durante más de un año. Por su parte, el ministerio del interior paraguayo, Francisco de Vargas, dijo hoy que estaban preocupados de que un joven de su país estuviera implicado en el caso.
Fuente: Itongadol

Después de 500 años, las ‘hagadot’ de Cataluña vuelven a casa

Todo brilla en la nueva exposición de manuscritos litúrgicos judíos que ha abierto en Barcelona

Por Ronit Treatman

haggadahcatalogneEn el siglo 14, Cataluña albergaba una de las comunidades judías más cultas del mundo. Aquí fue donde se hicieron algunas de las ‘hagadot’ más célebres.

Pero, cuando en 1492, los Reyes Católicos publicaron el decreto de la Alhambra, los judíos fueron oficialmente expulsados de los reinos de Castilla y Aragón y no tuvieron ante sí más que dos posibilidades: convertirse al catolicismo o huir.

Aunque las ‘hagadot’ de Cataluña se fueron con sus propietarios judíos en 1492, algunas de estas célebres obras litúrgicas se exhiben «en casa», del 26 de marzo al 5 de julio, en el marco de una exposición en el Museo de Historia de Barcelona.

Los manuscritos brillantes son textos escritos a mano, decorados con grandes letras, con bordes ornamentales e ilustraciones miniatura. Originalmente solo los manuscritos que estaban adornados con oro y plata eran considerados «ilustrados» o «iluminados» .

En la erudición moderna, todo manuscrito embellecido, que provenga de tradiciones islámicas u occidentales, es considerado «ilustrado».

Los manuscritos ilustrados más antiguos son de origen italiano y del Imperio Romano de Oriente en los años 400 de la era cristiana. Fueron conservados por órdenes monásticas donde los monjes los recopilaban.

La mayoría de los manuscritos ilustrados que han sobrevivido son de la Edad Media y creados inicialmente con fines religiosos.

Panel inicial con las palabras: Ha Lahma aniya (El pan de la aflicción), al principio del texto de la Hagadá. Origen: España, NE, Cataluña / Barcelona (Crédito: dominio público)

Panel inicial con las palabras: Ha Lahma aniya (El pan de la aflicción), al principio del texto de la Hagadá. Origen: España, NE, Cataluña / Barcelona (Crédito: dominio público)

En los años 1100, antiguos textos clásicos, así como textos científicos, eran igualmente producidos en la Península Ibérica. Era necesario acompañar dicho material escrito con ilustraciones precisas cuando estas obras eran utilizadas para enseñar en las primeras universidades de Europa occidental.

Desde el siglo 13, manuscritos profanos también fueron «ilustrados». Ricos mecenas pedían manuscritos para sus bibliotecas personales. Entre ellos algunos de los judíos más importantes de Cataluña.

Los manuscritos ilustrados medievales se escribían sobre papel vitela y la página entera se planificaba previamente en pergamino cortado a la medida deseada. Se trazaban líneas ligeramente, luego se añadían las palabras escritas con pluma de oca o de caña tallada y tinta. Se dejaba un espacio para las ilustraciones y las decoraciones. El diseño del dibujo se delimitaba en una tableta de cera, luego se trazaba sobre el papel vitela, a veces con la ayuda de alfileres.

Había un orden en la creación de las iluminarias: el contorno del dibujo se determinaba primero con hilo de plata, luego una hoja de oro colocada sobre el pergamino. El oro se aplicaba antes de pintar el dibujo porque se corría el riesgo de que el oro se pegase a la pintura, lo que habría estropeado la ilustración.

El proceso de pegar la hoja de oro incluía una fase de pulido del oro una vez pegado y cuando la cola se había secado. Esta acción vigorosa habría hecho correr la pintura si se hubiese aplicado ya. Una vez la hoja de oro estaba en su sitio, se pintaba con pinceles y pigmentos naturales fabricados con plantas, insectos y minerales. Finalmente se pintaba el contorno decorativo.

Hasta los años 1300, tanto la escritura como el dibujo minucioso de cada manuscrito eran hechos por monjes. En el siglo 14 el texto era realizado por un escribano y las ilustraciones eran obra de artistas laicos. Se crearon entonces talleres laicos, con artesanos igualmente cualificados a los que en el siglo 15 los monasterios dieron trabajo al exterior. En Francia, gran parte del trabajo artístico de los manuscritos era hecho por mujeres, en talleres de este tipo.

Los manuscritos ilustrados a pedido para los judíos catalanes eran en estilo gótico, un estilo que se desarrolló en los años 1100.

Era un estilo naturalista, que muestra emociones en las caras y los gestos, hojas en cascada a lo largo de los bordes de la página, croquis en los márgenes y «grotescos» (entonces llamados bufones). Las ‘hagadot’ que se exhiben en Barcelona son fruto de la colaboración de escribas judíos y artistas cristianos.

Detalle de una página: miniatura de una figura de cerdo levantando la primera copa de vino y una liebre poniendo un bastón sobre la cabeza de un perro. Origen: Cataluña / Barcelona (Crédito: dominio público)

Cuando la reconquista de Cataluña en el 1150, censores católicos empezaron a examinar los libros judíos. Habitualmente eran recientemente convertidos del judaísmo al catolicismo, estos censores sabían leer los libros y se encargaban de encontrar los pasajes «blasfematorios».

Ciertas ‘hagadot’ catalanas llevan la marca de los censores. Un ejemplo, que desgraciadamente no está incluido en esta exposición, es la hagadá de Barcelona, actualmente propiedad de la British Library. Luigi da Bologna, un judío convertido al catolicismo, que trabajó como censor para la Inquisición. Al final de una página de la ‘hagadá’ hay escrito: «Visto por mí, Hermano Luigi de la orden de San Domingo en 1599».

Esta exposición de Barcelona se inscribe en un movimiento llamado «Recuperación de la memoria», animado por unos catalanes. Algunos de ellos conocían vagamente los orígenes judíos de sus familias, a veces también un patronímico judío. Otros han descubierto pruebas de prácticas criptojudías en sus antepasados.

captura pantalla

Detalle de un panel inicial: Pesaj (el cordero de Pascua) representando un joven hombre cociendo el cordero pascual. Origen: Cataluña / Barcelona (Crédito: dominio público)

Hay en Cataluña una enorme ignorancia del judaísmo que ha sido considerado por muchos como un tema tabú hasta muy recientemente. De manera increíble, fue técnicamente ilegal para los judíos vivir en España hasta 1968, fecha en la cual el decreto de la Alhambra fue formalmente revocado.

Ahora se asiste a una vuelta de interés por el ilustre pasado de Cataluña, como lo prueba la ilustración de las ‘hagadot’. Esta exposición reúne la haggadah Rylands, actualmente en la universidad de Manchester, la haggadah Graziano del Jewish Theological Center de New York, la haggadah Mocatta de la University College London, la haggadah Bologna-Modena de la Universidad de Bologna y de la Biblioteca Estense en Modena, la hagadah catalana de Cambridge de la Universidad de Cambridge, la hagadah Kaufmann de la Academia húngara de ciencias y la hagadah Poblet del monasterio de Poblet en Cataluña.

La única ‘hagadá’ que se encuentra actualmente en Cataluña es la hagadah de Poblet. La historia de su retorno ha sido explicada en Times of Israel por Frai Xavier Guanter, bibliotecario del monasterio de Poblet.

La hagadá Poblet fue escrita en el siglo 14 en Cataluña y llevada a Italia por sus propietarios judíos, en 1492. En 1672, fue comprada en Italia por Pedro Antonio de Aragón, el virrey de Cataluña, quien la devolvió a Cataluña y la donó al monasterio de Poblet.

c11090-061Una página de un panel con letras de oro y hojas de decoración con la conclusión de la Hagadá: La-ha-Shana Baah bi-rushalayim, Amen (El año próximo en Jerusalem, Amen), Origen: Cataluña / Barcelona (Crédito: dominio público)

A lo largo de su historia, el monasterio de Poblet ha tenido siempre buena relación con los judíos que viven en la región. Los monjes, algunos de ellos eran judíos conversos, han conservado los preciosos manuscritos, a veces con peligro por sus vidas.

Cuando en 1836 el gobierno español se comprometió en un programa de confiscación de tierras de la iglesia para poder financiarse, los monjes se vieron forzados a huir de Poblet y la biblioteca del monasterio fue dispersada. Finalmente la famosa hagadah Poblet fue comprada por Jaime Puigarnau Mans, un profesor de derecho canónigo en la Universidad de Barcelona. A su muerte en 1983 pidió que la ‘hagadá’ fuera restituida al monasterio, hace 20 años un religioso la llevó allá.

Esta exposición es una experiencia efímera, se acabará el 5 de julio. Pero muchos universitarios han lanzado el proyecto cuyo objetivo es recuperar la historia judía de las ‘hagadot’ de Cataluña para la posteridad, y han emprendido un documental que se remontará en el tiempo hasta la Barcelona del siglo 14.

Fuente: Enlace Judío México

Las cartas secretas del carnicero de Mauthausen · ELPAÍS.com

Las cartas secretas del carnicero de Mauthausen · ELPAÍS.com.

 

REPORTAJE: ATENTAMENTE, DOCTOR MUERTE

Las cartas secretas del carnicero de Mauthausen

El médico de las SS Aribert Heim, el nazi más buscado y odiado del planeta, se comunicó durante décadas con su familia desde su escondite en Egipto donde supuestamente murió. El PAÍS revela el contenido de su correspondencia íntima.

JOSÉ MARÍA IRUJO 21/11/2010

 

«Ponte en contacto con la familia Thyssen para que te confirmen que viví con ellos en el verano de 1942.»

«Se vive solo una vez y no hay que olvidar el humor. La salud es lo más importante», decía a su hermana.

«No entiendo a la madre de los niños. Debería tener más madurez para activar la autoestima de nuestros hijos.»

«Tengo tantas cosas que me interesan que si el día tuviese 28 horas no sería suficiente para hacer lo que quiero.»

Aribert Heim, el Carnicero de Mauthausen, escribió esta carta el 15 de octubre de 1982 desde su escondite en El Cairo (Egipto) donde se ocultó 20 años antes. La justicia alemana le acusaba de asesinar a 300 presos con inyecciones de benceno en el corazón durante su paso por el siniestro Revier, la enfermería del campo de concentración donde trabajó como Médico de las SS. El nazi quería demostrar que estuvo en Mauthausen en 1941 y no en 1942 como afirmaban algunos testigos.

ElDoctor Muerte, hijo de un policía y un ama de casa austriacos, fue detenido al terminar la guerra y sometido a un proceso de desnazificación en una mina de sal de los Aliados. En 1947 quedó libre y un año después conoció a Frield, médico perteneciente a una rica familia alemana, y se casó con ella. En 1955 los Heim se instalaron en el palacete de los padres de ella en Baden Baden (Alemania) y ejercieron de ginecólogos. Vivían en paz hasta que años más tarde aparecieron los primeros testigos que le señalaban como uno de los criminales de Mauthausen. La visita de un policía a su villa interesándose por su pasado provocó su fuga en 1962. En aquella época empezaron en Alemania los juicios de Auschwitz.

El clan de los Thyssen y la familia de Frield tenían casa en Lugano (Suiza) y, como otros apellidos influyentes, acogieron durante la guerra en sus domicilios a oficiales de las SS. «Entonces era un honor tener alojado a un soldado alemán en tu casa», afirma Rüdiger, el hijo del oficial de las SS, mientras prepara una taza de café en la mansión familiar de Baden Baden, ciudad de 55.000 habitantes donde reside con su madre, una anciana de 88 años.

El barón Hans Heinrich, el marido de Tita Cervera, ya fallecido, y sus primos eran probablemente los jóvenes Thyssen a los que se refiere el nazi en su carta. Tenía entonces 21 años. Su tío Fritz financió la llegada de Hitler al poder, aunque años después se enfrentó a él y acabó confinado junto a su esposa en Dachau, Buchewald y en un campo en el Tirol. Goering, antes su amigo, se quedó con su colección de obras de arte, y Fritz terminó condenado en un juicio de desnazificación en Núremberg donde le obligaron a dar el 15% de su fortuna a las víctimas del nazismo.

El Doctor Muerte escribió a su familia 21 cartas manuscritas a las que ha tenido acceso EL PAÍS y que han sido entregadas por su hijo Rüdiger al juez Neerforth de Baden Baden que investiga el paradero del criminal y su supuesto fallecimiento en 1992 en Egipto. Un misterio abierto, ya que su cadáver no ha aparecido. «Son otra prueba de que mi padre vivió allí», dice su hijo, que le visitó en secreto y negó hasta hace muy poco conocer su paradero.

Gerda, la persona que debía localizar a los Thyssen para que intercedieran por él, era en realidad su hermana Hertak, el familiar que más ayudó al fugitivo, una mujer atractiva y elegante, de vida social trepidante, que se movió en los círculos de la aristocracia alemana y frecuentó la mansión de los Thyssen en Múnich. «Sería suficiente una confirmación, me refiero a la de Von Thyssen porque sería la más fácil ya que tú también viviste allí, y ellos pueden confirmar que estuvimos en el verano de 1942 durante dos o tres meses… Si logras la confirmación de los Thyssen, podría incorporarla en el análisis de mis testimonios y enviarla».

Desde 1978 hasta 1985, Aribert Heim dirigió a Hertak la mayoría de sus misivas repletas de claves secretas, frases crípticas, guiños y mensajes en los que pedía dinero, criticaba a veces a su ex mujer e hijos y reclamaba que localizara a testigos o a judíos «no sionistas» para defenderse de «los horribles horrores» que relataron sobre él varios presos de Mauthausen. No hay en ninguna de ellas ni un ápice de autocrítica o arrepentimiento.

El Doctor Muerte preparaba sus cartas con la ayuda de un cuaderno comprado en Egipto de color burdeos donde apuntó los nombres en clave de 12 personas para evitar que la policía las identificara si los documentos caían en sus manos. Lyda era en realidad Hilda, su otra hermana; Dora, su ex esposa Frield; Gretl, su hijo pequeño Rüdiger; Rainer, su abogado Steineker; Lattle era Wiesenthal, el cazanazis judío preso en Mauthausen que dirigió su acusación y siguió su rastro hasta su muerte; Carola, una amiga.

Las misivas de Heim están escritas con pluma y tinta azul, en una letra pequeña e inclinada hacia la derecha. El médico acusado de extraer los órganos de sus víctimas y colocar sus cráneos como pisapapeles trufaba sus cartas con mensajes filosóficos sobre la vida, la salud y la felicidad: «La lucha de la vida hay que tomarla como un deporte pase lo que pase», «se vive solo una vez y no hay que olvidar el humor…». «Quedarse tranquilo ayuda a la salud, lo más importante en la vida», recomendaba a Hertak cuando se iba a separar de su marido, un mujeriego.

Las 21 cartas llegaron a su destino desde El Cairo gracias al sistema de seguridad que ideó el criminal nazi. Iban siempre a la dirección de un pequeño pueblo de Baviera donde vivía un matrimonio de amigos que se trasladaba hasta Fráncfort y las entregaba en mano a Hertak. Esta última respondía desde los países que visitaba para hacer turismo, esquiar o visitar amigos.

En la misma carta en la que el SS pidió a su hermana que localizara a los Thyssen, el fugitivo le rogó que contactara con los Bauersachs, otra saga alemana. «Tendrías que visitar a otra familia que conoces en Núremberg. Por supuesto, la vieja pareja habrá muerto, pero su única hija seguirá en la misma villa, en una colina de la periferia llamada Römer Berg (la montaña romana). A lo mejor se ha casado. Puedes encontrar la dirección en una vieja guía de teléfono… La hija se acordará de mí porque sobrevivimos a un bombardeo aéreo sobre Núremberg. Ella tenía mi edad».

El 26 de julio de 1979 Heim escribió una larga carta a Lothar Späth, ministro-presidente del land (Estado), en la que criticaba que las autoridades filtraran al semanario Der Spiegel los autos de un tribunal de Berlín. El nazi aseguraba que su estancia en Mauthausen duró siete semanas, entre octubre y noviembre de 1941, y que el proceso para embargarle un edificio de 34 apartamentos que tenía en Berlín se basaba en el testimonio de Otto Kleingünther, quien señaló que el doctor Krebsback dio en la enfermería del campo una orden, en abril o mayo de 1942, para que se pusieran a los presos inyecciones de bencina y se extrajeran órganos internos con o sin anestesia. «No puedo ser responsable de unos hechos que se produjeron en 1942… Los terribles horrores que yo habría hecho a los presos extirpando sus órganos solo pueden salir de la fantasía de un sionista fanático… La autojusticia de Wiesenthal está pagada por el lobby sionista de EE UU», decía.

La primera acusación contra Heim la formalizó este tribunal de Berlín, facultado para expropiar a viejos nazis y creado por los Aliados al terminar la Segunda Guerra Mundial. Le multaron con 510.000 marcos alemanes, el valor del edificio que fue embargado, y le acusaron de haber asesinado a 300 presos durante su paso por Mauthausen. A los administradores en ausencia de esta casa el fugitivo les definía en sus cartas como «una banda muy mala tipo Far West».

La causa penal contra Heim la dirigió el comisario Aedtner, el sabueso que dedicó su vida a perseguirle. Buscó testigos en todo el mundo; entre ellos intentó localizar sin éxito a nueve ex presos españoles de los 26 que fueron operados por Heim en 1941, según consta en el libro de operaciones de la Cruz Roja. Ocho murieron en Mauthausen y Gusen, campo próximo, y cinco de ellos, en fechas próximas a la intervención. Creía que su testimonio era vital para la acusación.

El policía Aedtner localizó a los ex presos Lotter, Hohler, Kauffman, Sommer y Rieger, que describieron los crímenes de Heim sobre los que todavía se sustenta la acusación del nazi más buscado. Los cinco casos que recoge la acusación son estremecedores. El escrito del fiscal es demoledor: «Seleccionó para su liquidación física a presos incapaces de trabajar o enfermos graves. También a presos sanos, jóvenes y judíos para el tratamiento especial. Bajo la cooperación de funcionarios presos (kapos) y otros ayudantes del Revier (enfermería), los anestesió con éter para simular un examen médico. En este estado de indefensión, les aplicó con sus propias manos inyecciones de cloruro de magnesio en el ventrículo del corazón y provocó su muerte inmediata. El número exacto de asesinados no es conocido porque se evitó registrar a las víctimas». Según el fiscal, Heim actuaba por «libre decisión» y sus operaciones «sorprendieron al personal sanitario ya acostumbrado a la inhumanidad».

En sus cartas, Heim se describe a sí mismo como una persona diferente del terrible monstruo que retratan sus víctimas, incluso como un benefactor de los judíos y los enfermos a los que atendió después de la guerra. «En nuestro club de hockey Englamann había jugadores judíos, y también el contable fue judío. Yo mismo invité a un estudiante de medicina hebreo, el doctor Robert Braun, en el verano a mi casa… Cuando tenía 10 años tocaba el violín en un concierto de la escuela musical de mi pueblo junto a una alumna judía que tocaba el piano… En la guerra ayudé a conocidos judíos en el límite de lo que me fue posible como demuestra la carta de la doctora Pauline Kachelbacher presentada en el proceso de desnazificación en 1947».

En su carta al ministro Späth, el médico de las SS llama ex criminales a los presos que le denunciaron y da una peculiar explicación sobre su fuga: «En 1962 no solo me fui al extranjero por una lesión de columna, sino porque necesitaba probar mi inocencia en caso de un proceso, por los testigos presentados contra mí (ex criminales); también por mis hijos de 6 y 12 años. Su escuela estaba junto a la prisión y el tribunal, lo que habría impedido que siguieran allí si yo me hubiera quedado».

Y concluye su misiva presentándose como un benefactor. «He perdido ocho años por la guerra y la prisión al servicio del Estado, después trabajé por una miseria en clínicas y hospitales en turnos nocturnos de ginecología, así que puedo con todo derecho sostener que he practicado cristiandad toda mi vida por el bien del prójimo».

Aribert Heim escribió desde su refugio a su amigo judío y compañero de estudios el doctor Robert Braun para que intercediera por él. Lo hizo el 26 de octubre de 1979, y le explicó por qué entró en las SS. «Al principio de 1940 tomé la decisión, tras terminar mis estudios, de ir a las SS porque podía elegir yo mismo la fecha de entrada, y el 17 de abril de 1940 empecé mi servicio». El oficial nazi describió su paso por la clínica de Oranienburg, por el campo de Buchenwal y «al final siete semanas en Mauthausen, como médico de las tropas, pero tuve que trabajar en la enfermería con los presos lo que ahora ha llegado a ser el punto central de mi vida… Después llegaron los testimonios preferentemente por parte de comunistas».

El Doctor Muerte relató a su colega los horrores que le atribuían los testigos -extirpaciones de hígados, inyecciones letales en el corazón- y apostilló: «Comprenderás que algo así sin sentido y tan bestial jamás lo habría hecho un médico». En su misiva omitió que otros doctores de las SS perpetraron crímenes similares en Mauthausen.

Heim pidió a Braun que escribiera una carta sobre su etapa universitaria y deportiva (jugó en el equipo nacional de hockey) e incidió en que en 1938 y 1939 nunca le había visto con el uniforme negro de las SS. «A lo mejor tienes relación influyente en círculos judíos, no sionistas, que critican a Wiesenthal y me aconsejan algo que pueda serme útil. Quiero afrontarlo de modo deportivo y no rendirme. No quiero que estas acusaciones destruyan el final de mi vida. Gracias por tu ayuda. Pronto tendrás noticias de mi hermana». Braun envió una carta notarial, aunque años después matizó su apoyo a Heim.

Además de los Thyssen, el oficial de las SS pidió a su hermana Hertak que localizara al doctor Rieger, asistente sanitario en la enfermería de Mauthausen y uno de los cinco testigos que le señalaron. Lo hizo en una carta, con fecha de 26 de noviembre de 1979. «No le hagáis una oferta de dinero para no inducirle a un testimonio falso. Es el más decisivo en mi causa, decía cosas positivas, pero también negativas, especialmente las inyecciones, algo para mí totalmente nuevo y que a lo mejor pudo ser practicado después de mi estancia porque en la época de la eutanasia funcionó de manera distinta. Yo llegué a Mauthausen bien instruido desde Oranienburg, donde todo funcionaba normalmente. ¿Cómo podía yo haber hecho eso?», se preguntaba.

Las cartas del criminal nazi Heim reflejan, en ocasiones, ácidas críticas a su ex mujer e hijos por su falta de autoestima y tacañería. En especial, una de fecha 14 de agosto de 1982 que dice así: «Pido que me digas si mis cartas de otoño de 1980 han llegado o no porque te has permitido el lujo de no escribirme desde enero de 1980. Pedí también que mi familia me mandara anualmente 6.000 francos, 500 francos mensuales, y si cada miembro pusiera 125 francos cada mes, que no sería demasiado sacrificio, las transferencias anuales serían fáciles y no tendría esta preocupación… He ahorrado dinero toda mi vida para que mis hijos tengan una casa aquí (había comprado un terreno en Alejandría para construir cuatro apartamentos). No creo que sea pedir demasiado si por parte de mi familia recibo algo de lo que ahorré en Alemania».

O la misiva del 24 de diciembre de 1982: «No entiendo a la madre de los niños. Debería tener más madurez para activar la autoestima de nuestros hijos y para promover la independencia de alma y espíritu en su entorno. Sería difícil en una situación de pobreza, pero no es el caso. Al revés, la riqueza les ha seducido a vivir de manera privilegiada, ociosa, sin hacer nada. Tú decías que si hubieras sido su madre no les darías ni un céntimo… Me interesa el libro de Arthur Koestler The Thirteenth Tribe porque regalé el que tenía. Mi viejo amigo el húngaro Naghy agradecería veros. Le puedes llamar al número 8593… Feliz Año Nuevo». El libro que reclamó Heim cuestiona el origen de los judíos y asegura que descienden de los kazares, un pueblo del Cáucaso, una tesis que exponía el nazi en sus cartas.

En esa carta, el oficial de las SS preparaba la visita que su hermana Hertak le haría poco después en su refugio. El amigo Naghy no era húngaro, sino un egipcio con el que el nazi se había asociado para comprar un terreno en la playa de Alejandría. Su hijo Rüdiger lo había conocido durante las visitas secretas que había hecho a su padre en El Cairo en 1975 y en 1980. En la última, Heim había cambiado su identidad por la de Tarek Farid Husein, se había convertido al islam y trasladado a vivir al hotel Kasr el Madina de El Cairo, propiedad de la familia Doma. «Naghy te esperará. Cuando saludes, lleva un periódico en la mano derecha y así serás más visible. Sé discreta con él y no des detalles. El mejor tiempo es abril, no hay que luchar contra la nieve, el viento y el hielo» (se refería a que en otras fechas en Egipto hacía demasiado calor).

La vida de Heim en Egipto es un enigma. En sus misivas no aporta datos de sus actividades. «Lástima que no tengas una distracción que te mantenga ocupada. Yo aquí tengo tantas cosas que me interesan que si el día tuviese 28 horas no sería suficiente para hacer lo que tengo que hacer», explicaba a su hermana Hilda. «Mi padre hacía fotografías a deportistas, leía artículos de medicina, escuchaba la BBC, estudiaba árabe y reparaba las bicicletas de los Doma», asegura su hijo Rüdiger.

Las comunicaciones por carta de Heim terminaron en 1985. Desde entonces hasta 1992, fecha de su supuesta muerte, el fugitivo contactó con su hermana y su hijo a través del teléfono de Naghy, su socio egipcio. Cuando murió su hermana Hilda, los policías acudieron al cementerio. Creían que el fugitivo acudiría a despedirla. «Si quiere limpiar su conciencia, llámenos», espetó un agente a la hija de la fallecida en una llamada telefónica.

En una reciente declaración judicial, Rüdiger, el hijo menor de Heim, aseguró al juez Neerforth que su padre murió junto a él en el verano de 1992, a los 78 años, en la habitación de su hotel, en el número 414 de la calle Port Said, víctima de un cáncer de colon. Declaró que, a petición de su padre, entregó el cadáver a un hospital para donarlo a la ciencia, pero que años más tarde, al regresar a El Cairo, comprobó que ese deseo no había sido cumplido. Según su versión, no sabe en qué cementerio de anónimos fue enterrado. Rüdiger se negó a facilitar al juzgado una muestra de su propio ADN.

La justicia alemana aguarda que las autoridades egipcias respondan a una comisión rogatoria (ayuda judicial) y examina una maleta con documentos que Heim guardaba en el hotel donde vivió en El Cairo. Los Doma, dueños del establecimiento, han corroborado la versión de Rüdiger, pero el cuerpo no aparece y el misterio continúa.

«No quieren aceptar que ha muerto», se queja Rüdiger en el jardín de su casa de Baden Baden. La familia Heim, a través de un abogado, ha pedido que se cierre el caso, pero los jueces y la policía no están dispuestos a archivar la causa del nazi más buscado. Hoy tendría 95 años.

«Le abrió el vientre sin anestesia y sacó el hígado»

«Seleccionó para su liquidación física a presos incapaces de trabajar o enfermos graves», dice el escrito de acusación contra Aribert Heim del fiscal Wieser, de Baden Baden (Alemania), fechado el 11 de junio de 1979. Un documento plagado de horrores y de testimonios escalofriantes de testigos que trabajaban en la enfermería de Mauthausen: Lotter, Kaufmann, Kohler y Rieger.

La acusación fue redactada cuando el médico de las SS llevaba 17 años huido en Egipto y asegura que, entre el 8 de octubre y el 29 de noviembre de 1941, Heim ejerció como médico oficial de las SS en la enfermería del campo de concentración de Mauthausen, donde «seleccionó a presos sanos, jóvenes y judíos para tratamiento especial tanto en el campo como en la enfermería. Con la colaboración de otros funcionarios presos y ayudantes de la enfermería, los anestesió con éter y cloroformo para simular un examen médico. En este estado de desamparo les aplicó con sus propias manos una inyección de cloruro de magnesio en el ventrículo del corazón que tuvo el efecto esperado de la muerte inmediata de la víctima».

«Se desconoce el número exacto de los asesinados porque se evitó un registro de las víctimas… Las víctimas judías fueron holandeses en su mayoría, y su asesinato, decidido por los nazis. La capacidad corporal o una eventual enfermedad durante el trabajo no influyeron en la decisión de matarlos. El acusado habría tomado la decisión de matar presos judíos mediante inyecciones de veneno por libre decisión y bajo exclusión de cualquier obligación».

Caso número 1: «Tras la llegada de un transporte de judíos desde Holanda, el acusado eligió dos chicos jóvenes y, después de haber comprobado su dentadura perfecta, les prometió la libertad si se dejaban hacer una pequeña operación inofensiva. Fiándose de que un oficial de las SS sería fiel a su promesa, los citados se dejaron intervenir. En la sala de operaciones de la enfermería, el acusado los anestesió y abrió el tórax y el vientre para sacarles los órganos internos. Cuando la primera víctima, a la que extrajo el corazón, había muerto, hizo lo mismo con la segunda y la asesinó con una inyección letal. Después cortó la cabeza a los dos cadáveres y las quemó en el crematorio del campo para exhibirlas como pieza de exhibición».

Caso número 2: «Preso de 35 a 40 años, judío, sano… En la mesa de operaciones, el asistente sanitario colocó al joven. Cuando el preso comprendió cuál era su destino, le dijo al acusado: ‘Bueno, asesino de masas, haz lo que tengas que hacer’. El acusado le golpeó con el puño, después le puso la inyección letal en el corazón y abrió el cuerpo para extraer el hígado».

Caso número 3: «Un preso judío de Praga se presentó con una hinchazón en la pierna izquierda. El acusado le dijo que le iba a operar. Cuando el hombre desnudo estuvo sobre la mesa de operaciones, le abrió el vientre sin anestesia y sacó el hígado, el intestino y el bazo. La víctima murió sufriendo de modo atroz».

Caso número 4: «Un viejo preso judío se presentó en la enfermería con una hernia abdominal. En vez de operar la hernia, le abrió el vientre, hurgando en la cara intestinal y, mortalmente herido, lo asesinó con una inyección letal».

Caso número 5: «Un joven judío de 14 años. En la mesa de operaciones se despidió espiritualmente de su madre con las manos en posición de rezo. El acusado le había explicado por qué tenía que morir: ‘Los judíos son culpables de la guerra’. Tras un intercambio de palabras, le asesinó con una inyección letal, como a otros presos hebreos que se presentaron allí que fueron igualmente asesinados».

Objetivo principal de los cazanazis

Simon Wiesenthal, preso en Mauthausen y perseguidor implacable de Aribert Heim, fue una de las obsesiones del criminal nazi, según se desprende de la lectura de las 21 cartas que envió a su familia desde su refugio secreto en El Cairo (Egipto). El médico de las SS le define como un «sionista fanático» y se queja por la atención que prestan a sus denuncias la justicia y la prensa alemana. En varias de sus misivas, Heim critica al Estado alemán y plantea posturas revisionistas. «El pueblo, el soldado, el hombre común tiene que pagar si en la guerra ha obedecido al Estado», se queja en una de ellas.

La caza de Aribert Heim ha sido una de las principales misiones del Centro Simon Wiesenthal y tras la muerte de su fundador, Efraim Zuroff, tomó el relevo en la búsqueda del fugitivo. Heim y otros relevantes nazis desaparecidos son el objetivo de la campaña Última Oportunidad, impulsada por Zuroff.

La última pista del cazanazis fue Waltraut Böser, una química de 66 años, posible hija de Heim, nacida de una relación después de casado con una atractiva mujer ya fallecida y enterrada en un cementerio austriaco. En el cuaderno de notas donde el médico de las SS anotó los nombres secretos de las personas con las que se carteó aparecen algunas citas sobre esta relación sentimental.

La supuesta hija de Heim se casó con un empresario, tiene tres hijos y reside en Puerto Montt, una ciudad de unos 200.000 habitantes situada a 1.000 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Asegura no haber tenido ninguna relación con su padre.

La reciente revelación de que el criminal nazi murió en Egipto en 1992 ha dado un vuelco a la investigación policial y judicial que ahora intenta acreditar su fallecimiento. Zuroff duda del testimonio de Rüdiger, el hijo menor del médico de las SS, que durante años le visitó en secreto y negó conocer su paradero. «Si ha mentido durante tantos años, no deberíamos creerle ahora», sostiene el cazanazis.

Colaboró con revistas científicas españolas

Aribert Heim recomendó a su hijo pequeño, Rüdiger, que estudiara en España, un país que conocía bien, a juzgar por una carta enviada a este desde su refugio en El Cairo (Egipto), el 31 de diciembre de 1985. El joven había estudiado en Pisa (Italia), pero dejó sus estudios y se instaló en Copenhague en 1979, donde montó un restaurante de éxito. En 1984 dejó Dinamarca y pensó en instalarse en España. «Puedo facilitarte información sobre España y te aconsejo que compres allí una segunda vivienda porque puedes sentirte como en tu casa de verdad a causa de los turistas y por la hospitalidad del país, que sabe también apreciar el dinero. Las relaciones interesantes se hacen con personas de educación académica y por eso podrías estudiar en España para lograr ser apreciado como tal. No olvides los estudios de economía nacional que podrías también hacer en Berlín o en otra parte en caso de que encuentres dificultades en España para que te acepten. En verano podías empezar los estudios aunque solo sea para mejorar el idioma como ya hacías en Italia». Heim conocía España. Cuando se fugó en 1962 salió en coche de su casa en Baden Baden (Alemania), atravesó Francia y recaló en Barcelona, donde permaneció varios días. Frecuentaba el restaurante Los Caracoles, que recomendó a su hijo años después, y paseó por las Ramblas. El médico de las SS tuvo contactos profesionales durante su época de ginecólogo con el doctor español V. Salvatierra, profesor adjunto de la cátedra de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de Valencia, según se desprende de un tarjetón de agradecimiento enviado por este último en julio de 1954. Al parecer, Heim colaboró entonces con revistas científicas españolas. La carta del fugitivo a su hijo terminaba con consejos muy personales: «Lleva una vida higiénica, y en nuevos encuentros utiliza un preservativo porque el sida puede ser transmitido por todos. Mejor una buena cena que una alianza incierta. Buen fin de año y saludos a todos». «Fue la última carta que me escribió. A partir de entonces, los contactos fueron por teléfono y personales cuando acudí a verle y en los últimos días de su vida en el verano de 1992», asegura su hijo en su casa de Baden Baden.

Eduard Punset entrevista a Shlomo Breznitz

Entrevista de Eduard Punset con Shlomo Breznitz, psicólogo y ex-profesor de la Universidad de Haifa, en Israel. Barcelona, 23 de junio de 2010.

Mantener la lucidez es un ejercicio tan duro como mantener la línea.
Shlomo Breznitz

Eduard Punset: Estamos acostumbrados a manipular nuestro cerebro con fármacos. Por ejemplo, si tienes un dolor de cabeza, te tomas una aspirina y cosas así. Y ahora, científicos como tú, venís y nos decís: “Fijaos, estamos en una nueva era en la que enseñaremos a vuestros cerebros a corregirse, a que se corrijan ellos mismos…”

Shlomo Breznitz: ¡Qué bien lo has descrito! Creo que la diferencia entre los fármacos y lo que comentas es que los fármacos no son nada específicos. Tienen efectos parecidos sobre grandes áreas del cerebro.

Ver entrevista completa:

http://a60.video2.blip.tv/8660006851862/Smartplanet-redes69615.m4v?bri=28.5&brs=1246

UNAS PALABRAS – LIOR HAIAT, PORTAVOZ DE LA EMBAJADA DE ISRAEL

de Embajada de Israel en España, el jueves, 28 de octubre de 2010 a las 15:26.

Queridos amigos,

El fin de semana pasado participé en la Marcha por la Liberación de Gilad Shalit y en apoyo del Estado de Israel organizada por la Comunidad Israelita de Barcelona, conjuntamente con todas las Comunidades Judías de España, Instituciones Sionistas, Asociaciones no Judías y miembros de la Iglesia Evangélica, Protestante y Católica. Participaron 1.500 personas, entre las que se contaron políticos, periodistas, amigos de Israel y de la libertad, todos ellos con un mismo mensaje de solidaridad con la familia de Gilad Shalit y con el deseo de verle sano, a salvo y libre junto a ellos.

Aquí os dejo las palabras que pronuncié en la Marcha y un vídeo con una canción que los cantantes israelíes le dedicaron a Gilad y que lleva su nombre.

Buen fin de semana a todos,

Lior Haiat

Portavoz

Marcha por Gilad Shalit

Barcelona, 23 de octubre de 2010

Gilad Shalit es mi hermano.

Gilad Shalit es el hermano, el hijo, el amigo, el vecino de cada uno de nosotros.

Si bien lleva más de 1500 días en cautiverio, no deja de estar presente en nuestras vidas ni un solo momento.

Está presente como un símbolo de nuestra lucha contra la maldad y la crueldad de sus secuestradores.

Está presente como un símbolo de nuestra fuerza como sociedad democrática; una sociedad que da un valor supremo a la vida humana, frente a una banda terrorista que sacraliza la muerte, tanto de sus enemigos como de sus hermanos.

Gilad Shalit es un símbolo de la hipocresía de muchos en las sociedades occidentales y en la sociedad española que llevan la bandera de los derechos humanos, pero que han olvidado los derechos de Gilad durante más de cuatro años. Y lo es también de la hipocresía de los activistas de la famosa flotilla a Gaza, que bajo el ropaje de una acción humanitaria llevaron a cabo un mero acto de provocación propagandística. ¿Dónde estaba el humanitarismo de los cooperantes cuando recibieron la solicitud de la familia Shalit de pasar una carta a Gilad? ¿Dónde estaba el humanitarismo de los cooperantes al servicio de Hamás de todo el mundo? ¿Dónde acaba su falsa lucha por los derechos humanos?

Pero Gilad no es sólo un símbolo, Gilad es un joven. Un joven que quiere vivir en libertad, que quiere salir de la oscuridad hacia la luz, conocer amigos, divertirse, estudiar, aportar a la sociedad.

Quiero leer unos párrafos de las palabras que pronunció Noam Shalit, su padre, en los últimos meses. Hace más o menos un año Noam Shalit se presentó ante la comisión Goldstone para poner en su agenda la situación de Gilad:

“No hay duda de que vosotros sabéis que el secuestro de mi hijo es contrario a la ley internacional;… sus secuestradores llevan a cabo crímenes de guerra y tratan de una forma inhumana a mi hijo al no permitir tan siquiera a los representantes de la Cruz Roja visitarle y verle.”

Shalit siguió y habló a la gente de la Franja de Gaza:

“Ciudadanos de Gaza, vuestros líderes cometen un crimen contra mi hijo al mantenerlo como rehén. A vosotros también os tienen como rehenes. Durante los últimos años, vosotros, habitantes de la Franja de Gaza, habéis sido rehenes de vuestro gobierno.”

Hace unos meses en un acto cultural en la frontera con la Franja de Gaza en conmemoración del cuarto aniversario del secuestro de Gilad por los terroristas de Hamás, Noam dijo:

“Desde hace ya cuatro años, nuestro querido Gilad está bajo un aislamiento total en los sótanos oscuros de Hamás, sin luz del día, sin luz de vida a unos pocos kilómetros de este lugar. Pido a los cientos de miles de personas que nos acompañan en este viaje que no olvidéis a Gilad. No olvidéis a Gilad que nos espera y nos grita su grito silencioso desde la oscuridad. Desconectado de su familia y de sus amigos. Desconectado del mundo.”

Noam Shalit continuó diciendo:

“Aprovecho esta oportunidad para hacer un llamamiento, desde la frontera entre Israel y Gaza, a la comunidad internacional, a la Unión Europea, al gobierno de Estados Unidos y al Cuarteto: de la misma manera que supieron presionar a Israel para dar pasos humanitarios destinados a aliviar el bloqueo para mejorar la situación en la franja de Gaza, y con la misma firmeza, deben presionar a Hamás y a sus líderes para que den pasos humanitarios pequeños y simples a favor de nuestro hijo Gilad.”

Estas son las palabras de Noam Shalit y son las palabras de cada uno de nosotros, porque Gilad es nuestro hijo.

Gilad Shalit es mi hermano.

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Manifestación por Guilad Shalit en Barcelona – 24.10.10

Más de 700 banderas de Israel ondearon por la Diagonal de Barcelona durante el recorrido de la manifestación más pacífica a la que he asistido o visto, desde la Plaza Francesc Macià hasta el Palacio de Pedralbes.

Ante la explanada de Pedralbes nos congregamos personas venidas de todos los puntos de la geografía española, algunos israelíes unos residentes, otros, por absoluta coincidencia en tiempo y lugar.

Emoiconante ver la imagen de golá organizada que ofrecimos. Y sin embargo, faltaron muchos… muchos que se niegan a aceptar que Israel es la única respuesta para los judíos de la golá, aún aquellos que niegan su derecho a existir.

El acto, organizado por la CIB, estuvo apoyado por las Comunidades Judías de España, miembros de las iglesias evangélicas, protestantes y católicos. Estuvieron presentes el Partido Popular, Convergència Democrática de Catalunya, Unió Democrática de Catalunya y Ciudadanos-Ciutadans, que lo apoyaron de forma explícita.

Tomaron la palabra Laurence Franks, como presidente de la CIB, Joel Shalit, el hermano de Guilad, Pilar Rahola… emocionaron con sus palabras. Se echaron en falta otros que en «petits comités» declaran su apoyo a Israel y el pueblo judío. Era una oportunidad de demostrarlo, y no estuvieron. Las elecciones están cerca…

Gracias a Michael de Castro, Simy Benarroch, Aviel Pérez y otros amigos de Facebook por permitirme compartir imágenes y artículos.

Para mí fue una ocasión más de vibrar junto a mis hermanos y amigos. En mi vida, la defensa de Israel es solo comparable a la seguridad que me proporciona su existencia.

AM ISRAEL JAI VEKAIAM

Del blog de Salvador Sostres
http://www.salvadorsostres.com/
Traducción libre

Lunes, 25 de octubre de 2010

Lamentable Carlos Llorens

Manifestación en Barcelona en favor de la liberación del soldado israelí Gilad que Hamás tiene secuestrado. Pacífica manifestación, ejemplar. Por no cortar no cortamos ni el carril bici. Pletóricas banderas de Israel desfilando por la Diagonal. Concentración ante el Palacio de Pedralbes. Parlamentos. La mancha negra de la jornada es la funesta intervención del representante de Convergencia en el acto, Carles Llorens. También es verdad que sólo hay representación de Convergencia, de Unió y de Ciudadanos. El representante del PP, Luna, fue antes de tiempo y cuando era la hora de hablar resultó que no estaba. Pero insisto en la lamentable intervención del representante convergente, que salió a decir que la vida es un valor sagrado y que del mismo modo que estaba en favor de la liberación del soldado secuestrado, los israelíes debían ser más cuidadosos con los palestinos. Para hacerse perdonar que era en un acto de afirmación del Estado de Israel, acusó al Estado de Israel de las mismas mentiras de siempre.

Es impresentable que un pobre hámster como Llorens, con su sonrisa de mofeta, ose dar lecciones al gobierno de Israel, y aún más lamentable que pretenda decirle al Mossad cómo debe actuar. Hay que ser una bestia. Es esta gentecilla que tiene tan clavada en el cerebro la corrección política y los cuatro tópicos de la izquierda, que cree que para ir a una concentración en favor de Israel debe disculparse. Qué lástima. Pilar Rahola toma la palabra y le dice que no hace falta que venga a disculparse ante el pueblo de la vida. Magnífica Pilar. Luego el pobre desgraciado de Llorens a Pilar le dice: «Oh, Pilar, es que yo hago mi papel y tú el tuyo».

No, Llorens, no. Tú haces el ridículo y Pilar lo dejó claro por si alguien no se había dado cuenta. Tú haces el ridículo y acabas tan ridículo como eres y Pilar llega y se va ovacionada.

Vamos, Llorens, pasa y calla. Qué vergüenza cuando tus fans te hacen bajar la mirada.

Juego de naipes para OCULTAR la identidad judía

Por Art Benveniste

Adaptado de un artículo en HaLapid, Verano de 1999

En su presentación ante la Conferencia SCJS de 1999, en Los Angeles, Seth Ward contó acerca de una mujer del norte de Nuevo México, a quien había entrevistado.

Ella estaba describiendo las prácticas criptojudías de su familia y relató su juego de naipes, cada mes de septiembre, con su abuela. Jugar a los naipes era un ritual anual de la familia que estaba relacionado, de alguna manera, con las Altas Fiestas Judías.

Me recordó una historia contada por el rabino Baruj Garzón, de España: Hace varios años, la comunidad judía de España quería comprar un terreno en la zona de Barcelona, para un campamento de verano judío. El rabino Garzón condujo hasta allí desde Madrid, para negociar con el propietario. Fue a finales de septiembre. El precio fue convenido y el rabino le dijo al propietario que iba a volver a Madrid para hablar con la Junta de Directores y que podrían firmar los papeles a la semana siguiente.
De vuelta en Madrid esa noche, Garzón recibió una llamada del hombre de Barcelona. El propietario le dijo que había ciertos días de la semana siguiente en los cuales no podría firmar los papeles. El rabino tomó nota de las fechas y se fue a la cama. Al día siguiente estaba a punto de poner las fechas en su calendario, cuando se dio cuenta de que coincidían con las Altas Fiestas Judías. Llamó a Barcelona y preguntó por qué el hombre no podía firmar en esas fechas. Se le dijo que la familia del hombre tenía un «extraño» calendario y que había algunos días de cada año cuando no trabajaban ni manejaban dinero. El rabino preguntó qué hacía la familia en esos días. Se le dijo que jugaban a los naipes. Al controlar el extraño calendario del hombre para los años siguientes, encontró que los días siempre caían en las Altas Fiestas. El hombre no tenía ninguna explicación para el juego de naipes.

El Juego de Naipes Disfraza la Oración
El rabino explicó que, durante la época de la Inquisición, los judíos secretos se reunían para orar sentándose alrededor de una mesa con naipes sobre la mesa y libros de oración sobre sus regazos. Cuando los extraños pasaban por ahí, jugaban a los naipes y cuando estaban solos, volvían a los libros de oración.
En abril pasado repetí esta historia en una charla que di en Tucson, Arizona. Mi presentación fue reseñada en el Tucson Jewish Chronicle.

Poco después el Chronicle recibió una carta de Emma Moya de La Herencia del Norte de Nueva Mexico.

Decía:
En Nuevo México los naipes se llaman Barajas y en otras zonas del suroeste los naipes se llaman Cartas. Nuestra Academia Hebraica de Albuquerque ha investigado y registró la siguiente información, que puede o no relacionarse con la declaración del Sr. Benveniste en la crónica: La palabra «baraja» alude a la palabra «Brajá», que significa «bendicion» en hebreo.

Además, recientemente recibí un correo electrónico de Judith Crystal Pirkle, quien describió sus costumbres familiares.

Decía:
Todas las historias que me fueron transmitidas por mi madre y su familia, todas verificadas. También la costumbre de jugar a los naipes en la víspera del sábado, (Erev Shabat) fue transmitida a través de nuestra familia. Cuando los soldados mexicanos inspeccionaban las casas en la noche del viernes, para asegurarse de que nadie estuviera observando el Shabat, los criptojudíos jugaban a los naipes y contaban historias de la Torá utilizando los naipes; se colocaba un grueso mantel sobre la mesa con una vela grande encendida; a la hora de acostarse, la vela se colocaba debajo la mesa, para que no fuera vista por las ventanas.
Desde entonces, he recibido varios otros ejemplos de criptojudíos que usaban el juego de naipes como una estratagema para ocultar una conmemoración de los rituales judíos.

El éxodo de un judío catalán

El periodista Moshé Yanai (Barcelona, 1930) rememora cómo él y otros judíos fueron expulsados secretamente de España en 1944 por decreto del Gobierno franquista

Javier Dale | Barcelona | 26/03/2010 | Actualizada a las 00:58h | Ciudadanos

Moshé Yanai de niño y en la actualidad

Hace 66 años, cuando arrancaba 1944, Moshé Yanai avistaba por primera vez la silueta de Haifa, entonces parte del protectorado palestino del Reino Unido. Cerraba así un trayecto que duró días a bordo del Nyassa, un buque portugués que era el primero en cruzar el Mediterráneo sin escolta desde el arranque de la Segunda Guerra Mundial. Su puerto de origen quedaba ya muy atrás. Y también una tierra, una ciudad, un idioma, una vida y una identidad: la suya propia. Hasta ese momento, Moshé Yanai había sido Mauricio Palomo, un niño cuya vida había transcurrido en el principal 1º de la calle Marques de Campo Sagrado 28 de Barcelona, la ciudad que le vio nacer. El por qué de su llegada a Haifa en aquel 1944 sólo encuentra una respuesta: Mauricio Palomo –Moshé Yanai- es judío.
La familia Palomo, en un paseo por Las Ramblas tras la Guerra Civil

Yanai, que hoy cuenta 79 años, ha dedicado gran parte de su vida a ejercer de traductor y periodista en Israel. Pero nunca ha olvidado Barcelona, Catalunya, ni el misterio de su salida de España. El pasado verano una nueva información le permitió arrojar luz sobre su propia existencia. Lo que le ocurrió a él, a su familia y al grupo de judíos que abandonaron España en enero de 1944 fue que fueron oficialmente expulsados.

La pesadilla de la familia de Moshé Yanai, hijo de dos turcos emigrados a Barcelona, empezó el 20 de diciembre de 1940. «Dos agentes secretos llamaron a la puerta de nuestro apartamento –recuerda- , y pidieron a mi padre acompañarlos a la comisaría para contestar algunas preguntas, pero le llevaron a la cárcel Modelo. No le preguntaron nada, nunca hubo una acusación contra él». Así, José Palomo, un hombre que había llegado a Catalunya dos décadas antes, donde se había establecido como comerciante y había fundado una familia pasaba de ser un ciudadano sin pasaporte pero libre a un recluso que fue trasladado de inmediato a un campo de concentración ubicado en Miranda de Ebro (Burgos). «Era judío y apátrida; en otras palabras, persona no grata», afirma con amargura Moshé Yanai, que recuerda cómo su padre mantuvo la esperanza de poder volver a Barcelona: «Durante los primeros años de nuestra permanencia en la Palestina Mandatoria, mi padre ansiaba que los aliados derrocasen el régimen de Franco y pudiera regresar. Después de tantos años en Barcelona, y tras haber dominado tanto el castellano como el catalán, se consideraba hijo de esa tierra que le había acogido, por la que realmente tenía un profundo cariño».

Franco y los judíos
La única suerte de la familia Yanai/Palomo fue que la detención del padre no implicó la del resto de la familia. «El régimen franquista era cruel, pero en ese sentido se portó en otra forma que los nazis –explica Moshé Yanai-. Las familias de los detenidos judíos no fueron tocadas». Sin una persecución organizada contra los judíos, pero sí atentos a las denuncias que se pudieran recibir, Yanai aún no tiene una explicación a porqué su padre resultó detenido, y no otros judíos de su familia. El único argumento que encuentra es el de la denuncia directa de algún comerciante que conociera la religión de su padre y que quisiera «ampliar mercado» en una época de carestía: «Suponemos que fue detenido por una denuncia de alguien a quien mi padre habría perjudicado comercialmente». La historia y los archivos ofrecen respuestas a algunas de las preguntas que han acompañado a Yanai a lo largo de su vida. Lamentablemente, la memoria histórica no puede responder a todas. Quizá la denuncia que supuso el éxodo de los Palomo aún exista entre algún legajo de papeles olvidados, quizá el tiempo amarillo ya la haya corroído. Pero ese papel, ese aparente trámite burocrático, rompió la vida de una familia por el delito de ser judía.

Mientras el niño Mauricio Palomo y su madre trataban de sobrevivir en la Barcelona de posguerra, su padre, José Palomo, languidecía en un campo de concentración en Miranda de Ebro. La primera vez que Moshé fue a visitarle se estremeció: «Nunca había visto un lugar de reclusión –rememora-. Los ennegrecidos muros coronados por alambres de espino eran tan amenazadores como los ceñudos rostros de los soldados de guardia». El encuentro familiar –el único en todos los años de reclusión de José Palomo- fue dramático, por mucho que el padre de Moshé quisiera, con sentido del humor, rebajar su padecimiento y evitar el sufrimiento de sus seres queridos: «Nos contó alguna que otra anécdota, enfocándola de modo tal que pareciera que todo era en broma. Pero no había nada cómico en lo que ocurría». Paradójicamente, el hecho de José hablara catalán le permitió obtener el favor de alguno de sus carceleros: «A los guardianes que procedían de Catalunya les encantaba hablar con él en el excelente catalán que conocía. Eso sí, con mucha discreción».

Entretanto, y sin la conciencia de si su padre saldría alguna vez de la cárcel –o con el temor de que pudiera morir allí-, Moshé y su madre seguían con su vida. Como parte de la comunidad judía de Barcelona –Yanai estima que serían «unos cuatro o cinco mil» antes de la Guerra Civil- seguían con sus ritos. «Si no me equivoco, la sinagoga de Barcelona estaba cerca o en El Paralelo, y constaba de una sala de oración sefardí y otra ashkenazi». A pesar de todo –el encarcelamiento de su padre, la observación discreta de la religión- Moshé y su madre pudieron seguir practicando su religión sin ser recriminados. «Afortunadamente, desconocía lo que era el antisemitismo. Por eso, y a pesar de todo, mantengo esa actitud tan positiva con respecto al país en donde nací. Pero con la guerra y las conmociones de aquella época, no llegué a obtener ninguna educación religiosa. Lo único que mi madre hizo cuando cumplí los 13 años fue realizar la ceremonia del Bar Mitzvá».

Poco imaginaba entonces que, poco después de la ceremonia, su vida iba a dar un giro de 180 grados.

La expulsión
Sólo había pasado un mes y medio desde que había cumplido con el rito del Bar Mitzvá cuando Moshé Yanai se vio paseando por Cádiz de la mano de su padre, puesto en libertad, y de su madre. En apenas 45 días la vida de este niño judío catalán había dado un vuelco: la familia volvía a estar unida, pero se veían obligados a abandonar Barcelona, Catalunya, España, sin una explicación.

En Cádiz, alojados en el Hotel Playa, más de 500 judíos de distintas nacionalidades esperan a embarcar en el buque portugués Nyassa, con destino a Haifa. Saben dónde están y a dónde irán, e intuyen lo que les espera. Pero aun no saben por qué están allí. Por qué les obligan a irse.

El pasado verano, un reportaje publicado por Diario de Cádiz resolvió al fin el enigma: fueron expulsados. Cuando el Nyassa partió, la Delegación del Gobierno de Cádiz recibió varios telegramas. Entre ellos, el que decía: «Prohíbase la entrada en España, aunque traigan documentación en regla, a los súbditos extranjeros Josef Palomo Sagues, de 37 años, hijo de Mauricio y Sara, natural de Bruyrquía, y Rudolf Heymann, de 42 años, hijo de Luis y Betty, natural de Hamburgo (Alemania). Expulsados del territorio nacional».

La orden nunca se hizo pública, ni fue comunicada a los expulsados. Como tampoco, en las breves noticias publicadas en los medios de entonces, figura que el Nyassa hiciera escala en España. Sólo Diario de Cádiz publicó algo al respecto: «En tren especial ha llegado la expedición que se esperaba, integrada por 550 israelitas de distintas nacionalidades que se hallaban refugiados en España. Se hará cargo de ellos la Cruz Roja, que los trasladará a Palestina en un barco portugués que es esperado el próximo lunes». Pero no concreta –no podía concretar- que entre los israelitas se encontraba un grupo de judíos expulsados del país.

«No estaba loco»
Pilar Vera, la periodista que encontró el telegrama que confirmaba la expulsión de los judíos españoles, comenta que el hallazgo fue casual, casi una fábula. «El Archivo Histórico de Cádiz no guarda las causas por su nombre. Es decir, uno no puede buscar masones’ o ‘prostitución’ y encontrarse con todos los expedientes, sino que tiene que saber lo que busca`, o a quién busca». Indagando sobre documentos vinculados a un hombre apellidado Palomo halló el telegrama «relativos a órdenes de expulsión. Entre ellas, por supuesto, estaba la familia de Moshé». El 22 de Enero, la Dirección General envió un primer telegrama informando de una lista de apátridas –»Eufemismo para judíos en tiempos de Franco», concreta Vera- que embarcarían en el Nyassa. Pero las autoridades franquistas esperaron a que el barco arribara a Haifa para emitir la orden de expulsión.

Cuando Vera contactó con Moshé Yanai para confirmarle que, en efecto, tanto él como su familia como el resto de los judíos que viajaron en el Nyassa habían sido expulsados, el anciano judío catalán sintió «una gran emoción, la sensación de que, al fin, se había cerrado un capítulo… y de que, sobre todo, no estaba loco», explica la periodista, que añade: «dado que el régimen franquista mostró, por comparación, una actitud más tolerante hacia los judíos que los otros fascismos en Europa, sonaba muy extraño que se hubiera llevado a cabo la expulsión de un grupo de judíos del territorio nacional».

Una nueva vida
En Haifa, y ya con Barcelona como el recuerdo de un imposible obligado a la nostalgia, la familia Palomo pronto fue la familia Yanai. Fueron años duros: Israel no existía –Palestina era un protectorado británico-, y la familia tuvo que adaptarse a nuevas circunstancias. La primera –al menos para Moshé- aprender hebreo: «Había que dar un giro completo: escribir a la inversa, de izquierda a derecha. Y luego puntos y rayas en lugar de vocales… Y eso que todavía no sabía que en el hebreo moderno, que mi padre todavía no conocía, habían desaparecido tales adiciones que hacen las veces de vocales. Pronto se instaló en una aldea agrícola –Ben Shemen- donde conoció a un tal Shimón, que con el tiempo sería Shimón Peres. Fueron tiempos de carencias, en los que Moshé aprendió a sacarse las castañas del fuego: como muchos judíos, ante las dificultades de su situación, pretendían viajar a Latinoamérica, el joven Yanai pudo empezar a ganarse la vida como profesor de castellano. Al poco, se establecieron en un arrabal de Tel Aviv junto a la mayoría de judíos que llegaron de España.

La paz llegó a Europa, y al cabo de tres años nació el estado de Israel, y en paralelo Moshé Yanai empezó a hacerse una vida: su dominio de varios idiomas le permitió establecerse como traductor, más tarde como periodista. Para su padre, el expulsado Jose Palomo, preso durante tres años en un campo de concentración, la vida no fue tan fácil: «Ansiaba que terminara la guerra para que los aliados derrocasen el régimen de Franco, y pudiera regresar. En Israel siempre tuvo una condición modesta. Pero no dejó nunca de trabajar. Para él, fue una amarga decepción no haber conseguido regresar a Barcelona».

Moshé tuvo la suerte que le faltó a su padre. Ha podido visitar Barcelona, la ciudad en la que nació, aunque sólo sea para comprobar que el edificio en el que transcurrió su infancia, el de la calle Marqués del Campo Sagrado 28, fue derruido. Pero sí sobrevive el Mercat de Sant Antoni, que tantas veces visitó. A sus 79 años, aún planea un nuevo viaje que también le llevará a Cádiz. Aunque esta vez será distinto. Esta vez sí sabrá por qué tuvo que partir su vida en dos a los 13 años: porque fue expulsado. Al fin, el círculo se ha cerrado.

Fuente: http://www.lavanguardia.es/

Ceremonia en el Parlamento CATALUNYA el Día de la Shoah

El Parlamento de Cataluña organiza un año más la celebración del Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas del Holocausto. El acto, presidido por Ernest Benach, y al que asistieron, entre otros, el vicepresidente del Gobierno, Josep-Lluís Carod-Rovira, el Consejo de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, el consejero de Justicia, Montserrat Tura, el embajador de Israel en España, Raphael Schutz, representantes de diferentes grupos de víctimas de los nazis, el vicepresidente primero-presidente de la Junta, Higinio Clot, secretarios Lidia Santos, Antonio español, Jordi Miralles y Rafael Luna, presidente del grupo parlamentario del ERC, Joan Puigcercós, y varios diputados Presidente del Consejo del Audiovisual de Cataluña, Ramón Font. El acto fue dirigido y presentado por la periodista Nuria adoptar.

El presidente del Parlamento, Benach señaló que la celebración no es sólo un recordatorio, sino la expresión del compromiso con la vida y la dignidad humana, la libertad, la «lucha contra el horror humano» y «Presente y futuro de la humanidad». «Todo el mundo, todas las edades, de todas partes, deben mantener viva la memoria de lo que el Holocausto no fue» por alimentos «el odio o rencor», dijo, pero «para preservar la paz y la convivencia». «No debemos olvidar nunca que la pesadilla era real. No podemos aceptar o negar si esos hechos son cuestiones. No podemos ignorar ni olvidar o reducir la escala de lo que pasó. Decimos «genocidio», decimos «Shoá», decimos «Holocausto» insistió, y también lamentó que el uso del término «genocidio» y «nazismo» por los hechos triviales o de una manera trivial.

Además, destacó la importancia vital de la memoria histórica y las razones de que el contexto histórico actual, es necesario que recuerde estos hechos, como él dijo, «el nazismo creció en tiempos de crisis económica, la privación, frustración, marcó el Judios como culpable de todo, y al mismo tiempo que defiende la superioridad de unos hombres sobre otros, algunos tenían sobre los demás. » Por último, recordó a los otros colectivos también son víctimas de los nazis por motivos raciales, religiosas, sexuales o políticas, como la rendeunos republicanos catalán y «nuestro humilde homenaje», y elogió que «no dejó ningún testimonio directo», que «episodio de la humanidad» como Francisco Boix, Joaquim Amat-Piniella y Montserrat Roig, «los nombres que tienen que ser parte de la cultura catalán pendientes.

Carod-Rovira también recomienda no utilizar erróneamente el término «nazi» y «nazismo» y se quejó de que es el uso, o en el discurso político o de los medios de comunicación porque, según él, no hay nada siquiera comparable al «ensañamiento el nazismo feroz contra los gitanos, Testigos de Jehová, homosexuales y los discapacitados, o con el industrial y el genocidio planificado del pueblo judío «. «Fueron crímenes contra la condición humana y la caída en la condición humana», dijo.

Embajador de Israel, Raphael Schutz, comenzó su discurso señalando que cada año son menos los supervivientes de la barbarie nazi y, por tanto, actúa como el Parlamento es muy importante. Por este motivo, defendió la necesidad de hacer todos los años sobre el Holocausto, sin interferir en los aspectos internacionales de la época, o la idiolóxicas diferencias. También advirtió que no se puede excluir que factores como el Holocausto vuelva a ocurrir, porque, dijo, «los hombres malos no desaparecen con la derrota del nazismo».

Velas en memoria de la depredación y «Canciones del Holocausto»

Durante el acto acendéronse seis velas conmemorativas: Prosper Bensadou Pinto, presidente de la Comunidad Judía de Barcelona, realizado por Judios exterminados por los nazis, Julio Brenner, un sobreviviente del Holocausto, los niños que murieron en las cámaras de gas, Edmon Gimeno , sobrevivió a los campos de concentración de Buchenwald, Douro y Bergen-Belsen, las víctimas catalán y el resto de España asesinados en los campos de concentración; Cristóbal Laso, en representación de los romaníes, para todos los otros grupos perseguidos por el Nacional, Denisse Papo, la hija de de los refugiados, los justos entre las naciones, hombres y mujeres que arriscaron su vida para salvar a los perseguidos, y Raphael Schutz, los supervivientes del Holocausto que encontraron refugio que permitió reconstruir la vida y mantener la identidad.

Luego se guarda un minuto de silencio, luego «cuarteto de cuerda Brossa, acompañado por el acordeón Gregori Ferrer y Elie Barberà de la voz, jugar ‘Canciones del Holocausto’, una obra con música y texto realizado a partir de material artístico creado en los campos de concentración nazis por las víctimas.

En nombre de los diferentes grupos de víctimas de los nazis han hablado Josep Miquel García, jefe adjunto de Cataluña Sección de Información Pública de los Testigos Cristianos de Jehová, Elisabet Vendrell, vicepresidente segundo del Consejo Nacional de las mujeres homosexuales, lesbianas y bisexuales y transexuales y los hombres; Anna Collado, en representación del Comité Catalán de representantes de personas con discapacidad; Antoni Giménez, en representación del Consell gitana y agente territorial de la Federación de Asociaciones de gitanos de Cataluña en Girona, Carles esquina, un estudiante del IES Puig Cadafalch y el asesinato y participante de la Mauthausen 2010-Amical de Mauthausen, que habló en nombre de los perseguidos por razones políticas, y David Libersohn, Rage Jabad Lubavitch de Barcelona, en representación del pueblo judío.

PERO ÉSTA TAMBIÉN ES UNA FOTO DE LA CEREMONIA POR LA SHOÁ!

El impresentable Saura parece aburrirse mucho en la ceremonia...

Para ver aquí vídeo de la ceremonia, copia y pega:

Concert de Januca a Barcelona

El dissabte 12 de desembre (o 25 de Kislev), al voltant de les 18:00 va tenir lloc, a la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona, un meravellós espectacle de cant, veu i tradició a parts iguals. Desprès de mes de mitja hora esperant (jo sempre arribo als llocs amb massa antelació) finalment vam anar accedint al petit peró acollidor auditori unes dues-centes persones aproximadament (mitja mes, mitja menys). Desprès de que un rabí el nom del qual no recordo (com sempre amb els noms) encengués la segona vela del canelobre janukià van ser presentades les artífex de l’elegant vall que a continuació van realitzar les delicades notes del pentagrama. La vocal, Romina Reisin, una jove cordovesa (d’Argentina) de passió i empenta envejables anava acompanyada de la dolça pianista Mercè Escarrà i Caudet que pel nom, imagino que és catalana.

Un cop realitzades les pertinents benediccions i rituals va començar el recital pròpiament dit amb la cançó Yiemei Januca (de la que no he trobat cap arxiu sonor) i la lletra del qual podeu trobar en aquesta web. Aquesta es una cançó que no va aconseguir despertar gran cosa dins meu, al igual que a la resta de la sala. Per mi, tenia més un caràcter de preludi que de res. Va ser com una especie de anticipi, com una simfonia d’acomodació.

Seguidament va ser cantada la melodía Ma’oz Tzur (Lletra), una cançó premedieval, els melancòlics acords de la qual sonaven llunyans i afligits. Els espectadors seguíem com adormits, potser perquè encara ens estàvem habituant, potser perquè estàvem més pendents dels nouvinguts que de la cantant. Sigui com sigui, els homes i dones allí congregats es van encendre com si fossin una vela quan la sefardita “Ocho kandelikas” va trencar totalment amb el ritme nostàlgic de l’anterior cançó, oferint-nos un ritme molt viu i alegre, amb un estil que recorda molt als balls típics asquenazites. La lletra en ladí, molt simple, és com segueix:

Hanukah linda sta aki, ocho kandelas para mi,
Hanukah linda sta aki, ocho kandelas para mi. Oh…

Una kandelika, dos kandelikas, tres kandelikas,
kuatro kandelikas, sintyu kandelikas, sej kandelikas, siete kandelikas,
ocho kandelas para mi.

Muchas fiestas vo fazer, con alegrias i plazer,
Muchas fiestas vo fazer, con alegrias i plazer. Oh…

(tornada)

Los pastelikos vo kumer, con almendrikas i la myel
Los pastelikos vo kumer, con almendrikas i la myel. Oh…

(tornada adagio)

Un cop havia començat la descarrega de serotonina en les nostres ments expectants, Mi Imalel, composta a la meitat del segle XX per Menashe Ravina, va lloar el component humà en la victòria contra l’imperi selèucida per part dels macabeus. La balada, amb aspecte de cançó de bressol, recorda a una nana d’origen alemany: “Ein Männlein Steht Im Walde“. Mi Imalel diu:

Mi iemalel gvurot Israel
otan mi imne?
Hen bejol dor iajum hagibor,
goel haam.

Shma! Bayamimhahem bazman hazeh,
Makabi moshia ufodeh,
uvyameinu kol am Israel,
itaked, iakum veigael.

La següent, Haleluia (Lletra), és una cançó israeliana que va guanyar el Concurs d’Eurovisió el 1979 i que reflexa una actitud optimista molt necessària per a la societat israeliana d’aquella època (i d’aquesta). El seu ritme recorda a les típiques sonates de “saloon” de les pel·lícules de l’oest dels anys 50 i 60. El seu mencionat optimisme es va contagiar a la sala, on fins i tot els més gran i els més joves (excepte jo i un parell d’asocials més) van acompanyar el ritme picant de mans i cantant entusiasmats.

Desprès d’una petita pausa va ser anunciada la següent melodia, el nom de la qual em va fer tremolar: Yerushalaim Shel Zahav (Jerusalem d’Or), una de les poques cançons que aconsegueix emocionar-me un cop darrere l’altre. Ja us vaig parlar d’aquesta cançó amb anterioritat, així que per consultar la lletra només cal que us adreceu al post corresponent. Desprès de reviure l’historia dels jueus en uns cinc minuts i pocs segons, havent tornat de nou als temps presents, Romina ens va oferir una cançó molt especial, sobretot pel seu significat històric. Shir la Shalom (Lletra) va ser l’himne a la pau escollit per Isaac Rabin per ser cantat en la seva ultima aparició publica abans de ser assassinat per Ygal Amir. La cançó parla de anar a buscar la pau i no pas esperar-la. Per desgracia, no tothom va en busca de la pau, sinó que espera a la mort i la desgràcia. No recordo haver gaudit gaire d’aquesta cançó, ja sigui perquè simplement no m’agradava la seva melodia o perquè estava massa centrat en el meu record a aquest líder israelià.

El temps passava volant, com podeu imaginar, i de cop i volta ja estàvem a la recta final de l’espectacle amb Tumbalalaika (Lletra), una “enganxifosa” cançó en jiddisch. La repetitiva melodia del la composició s’et clava al cervell i no marxa en tot un dia. Desprès de l’actuació, quan tornava en metro al meu refugi, va venir-me de cop i volta la cançó a la ment i ja em veus a mi, entre tots aquells passatgers, seguint el ritme amb els peus, tot i intentant dissimular.

Seguidament, quan aquesta encara ressonava dins el meu cap, La Rosa Enflorece, del segle XVI, em va ensenyar una bona mostra de la riquesa del romancer espanyol en ladí. La cançó te un aire trist i oriental, com si hagués estat composta en les llunyanes corts dels emperadors àrabs d’Al-Àndalus per algú enamorat de la persona “equivocada”. La lletra del poema és la següent:

Los biblicos cantan
Con sospiros de amor
Mi neshama mi ventura
Estan en tu poder

La rosa enflorese
En el mes de mai
Mi neshama s’escurese,
Sufriendo del amor

Mas presto ven palomba
Mas presto ven con mi
Mas presto ven querida,
Corre y salvame

.

Desprès d’aquesta última interpretació, Mario Zareceansky, president de l’Institut de Musica Jueva de Barcelona (entitat organitzadora del event) va fer un petit incís per demanar, emocionat i cohibit, una aportació per tal de poder seguir oferint aquestes magnífiques activitats. Era evident, al menys per mi, que Mario no és un home a qui li agradi això de demanar diners a la gent. Fins i tot li tremolava la veu! a ell! un home de grans habilitats socials. Si va fer aquest esforç va ser per que l’institut realment necessita aquesta inestimable ajuda.

Finalment, el concert va acabar amb un altre poema musical en judeo-espanyol, la cançó “Cuando el Rey Nimrod / Avraham Avinu” (Lletra), una melodia que a mi, personalment, em va recordar a una mescla entre gospel i tango, no em pregunteu perquè. Desprès d’una gran ovació i clamorós aplaudiment les artistes van tornar per repetir Ocho Kandelikas, aquest cop amb tots els nens de la sala, que tímids i retrets, no van gosar més que pronunciar un parell de paraules. Coses de nens, sens dubte.

Un cop a la cafeteria, on ens esperaven els deliciosos sufganiots i bunyols de sabors variats, vaig revolotegar entre la multitud, estrany, picant d’aquí i picant d’allí. Al final, com que aquest no és precisament el meu ambient (funciono millor amb poca gent), vaig esfumar-me entre la penombra del tren soterrani, feliç d’haver presenciat tan meravellós espectacle.

Gràcies Mario per invitar-me. Gràcies Romina i Mercè per delectar-me. Gràcies jueus, per crear tals obres mestres.

Fuente: http://yadbeyadcat.wordpress.com/