En Portada – Las 100 caras de Israel – RTVE.es

En Portada – Las 100 caras de Israel – RTVE.es.

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En Portada – Las 100 caras de Israel

14-03-2010

Esta semana «En Portada» bucea en el interior de la sociedad israelí para analizar las claves de un estado que vive a caballo entre la tradición y la modernidad con el conflicto con sus vecinos como telón de fondo omnipresente. El reportaje da la palabra a estudiantes, empresarios, investigadores, religiosos, activistas y escritores como David Grossman para concluir que anhelan la paz pero parecen incapaces de encontrar el camino para llegar a ella.

Discurso de Shimon Peres en las Naciones Unidas

Su Excelencia, D. Shimon Peres,
Presidente del Estado de Israel,
Metas de la Cumbre de Desarrollo del Milenio
Naciones Unidas

Nueva York, 20 de septiembre, 2010

La historia fue escrita con sangre. La mayoría de las guerras se llevaron a cabo por territorios.
Hoy, la ciencia, la creatividad y el conocimiento reemplazaron la tierra, como fuente de riqueza. La tierra puede ser conquistada. La ciencia no. La ciencia es universal, sin fronteras. Los ejércitos no pueden conquistarla.

Sin embargo, aún hay terroristas, sin leyes, que despliegan violencia originada en diferencias ideológicas, brechas sociales y puro fanatismo. El nuevo milenio debe liberar al mundo del derramamiento de sangre, la discriminación, el hambre, la ignorancia, las enfermedades.

La ciencia moderna es capaz de brindar nuevas respuestas. En los próximos diez años habrá una explosión de conocimiento. El poder de la computación se incrementó en un millón de veces en los últimos 25 años. Los científicos están, ahora, incursionando en el cerebro.

Señor Presidente,

Hablo en nombre de un pueblo pequeño y una diminuta tierra. Conocimos el renacimiento, a pesar del asesinato de un tercio de nuestro pueblo. La Shoá. Estábamos solos. Nuestra tierra fue atacada 7 veces en 62 años. Otra vez. Estábamos solos.

Sin renunciar, nunca, a la esperanza desarrollamos ciencia. Descubrimos que el futuro está en nuestras manos. Aprendimos que, la gente, puede enriquecer la tierra, en la misma medida en que la tierra puede nutrir a las personas.

Israel es el producto de un espíritu humano pionero. No del apoyo financiero.

A pesar de las guerras, hicimos la paz con Egipto y Jordania. La disputa territorial con Líbano finalizó siendo reconocida por Naciones Unidas.

Abandonamos Gaza por nuestra propia iniciativa. Por completo. Estamos, ahora, negociando con los palestinos con el fin de lograr una solución de dos estados: un estado Judío, Israel. Un estado árabe, Palestina. No existe otra alternativa pacífica. Y creo que vamos a tener éxito. Estamos listos para entrar en negociaciones directas con Siria de inmediato.

Señor Presidente,

Estamos comprometidos con las metas de desarrollo del Milenio. Compartimos la carga de salvar al mundo de la guerra y el hambre. Sin paz, la pobreza continuará. Sin alimento – no reinará la paz.

Los estadistas deben movilizar el poder político para alcanzar la paz. Los científicos pueden hacer posible que la tierra produzca más alimento. Desarrollamos una agricultura basada en la ciencia.

Nuestros granjeros producen 8 veces más por acre, en comparación a los primeros días de la nación. La necesidad de agua se redujo a la mitad. Empleamos la desalinización, el reciclaje, irrigación electrónica y por goteo y la bioingeniería para crear nuevas semillas y cultivos más ricos.

Hace cinco décadas, un granjero israelí producía alimentos para 15 personas. Hoy, produce para 120. Su contribución al Producto Bruto Interno iguala a la del ingeniero de alta tecnología. Para cultivar la tierra hay que cultivar la educación y mejorar la salud.

De modo que introdujimos la educación libre obligatoria para todos, desde los 5 a los 18 años. Esto puso fin al analfabetismo y nos proveyó de la tasa más elevada de científicos por milla cuadrada del mundo. El sistema de salud nacional brinda tratamiento de nivel internacional a todos los ciudadanos.

También somos uno de los pocos países en el mundo que ingresó al siglo XXI con más árboles de los que tenía cuando comenzara el siglo XX.

Señor Presidente,

Estoy seguro que nuestro sendero está disponible para todos. Nuestra experiencia es repetible. Estamos preparados para compartir nuestra experiencia como ya lo hemos hecho con muchos países; a través de agencias de Naciones Unidas y de manera bilateral.
Nuestro llamado incluye, también, a naciones que no mantienen lazos diplomáticos con nosotros.

Señor Presidente,

El otro día, el líder oficial de Irán declaró que no existe futuro para Israel en Medio Oriente. Yo creo que Medio Oriente tiene lugar para toda persona, toda nación, toda religión.

Creemos que cada persona fue creada a imagen de D’os – y hay un solo D’os que nos pide no odiar, no amenazar, no buscar la superioridad, y no matar. Hay suficiente lugar para la amistad en Medio Oriente.

Damas y Caballeros,

En mi juventud fui miembro de un kibutz cultivando una tierra pobre. Tenía, como todos los miembros, dos camisas y dos pares de pantalones. Había un tercer par de pantalones: hechos de franela, reservados sólo para novios.

Tuve la suerte de vestirlos durante dos días completos durante mi boda. El plato principal, en el kibutz, era la berenjena. Había carne sólo una vez a la semana, pero no todas las semanas. No existía dinero privado y había muy poco dinero colectivo.

Éramos pobres y felices. El tipo de felicidad que se siente cuando una persona convierte un desierto en un jardín. Hoy el kibutz tiene una agricultura próspera y una casa de huéspedes rentable. La comida es abundante. Es en el kibutz, en la escasez, donde aprendí a respetar a los pioneros. Y desarrollé una afinidad por las mentes creativas y manos laboriosas. En realidad, mi primer sueño era ver el mundo como un gran kibutz. Libre, pacífico, productivo.

Señor Presidente,
Convoco, en esta reunión, a tratar los dos desafíos más candentes: en primer lugar, aprovechar la ciencia y la tecnología para incrementar la producción de alimentos. Y, en segundo lugar, permanecer firmes y juntos contra el terror.
Un mundo hambriento nunca será pacífico.
Un mundo aterrorizado nunca será gobernable.
Debemos unirnos alrededor de una esperanza común. La cuna de nuestros niños será la cuna de nuestra visión.

Un Seder de Pesaj en el kibutz de hoy

Al estilo tradicional, con la conducción de un rabino

Hace un tiempo escribí sobre Iom Kipur en el kibutz; hoy relataré un Seder de Pesaj.
Nos referimos al kibutz a raíz de los cambios socioeconómicos operados de lo que fuera en su origen y, durante años, el símbolo del jalutzianismo, del patriotismo y del ideal de la colonización comunitaria en Eretz Israel.

La idealización del grupo social colectivo, los asentamientos lógicos, los jóvenes patriotas que se sacrificaban en aras del ideal sionista, orgullosos de su vida modesta, sin grandes pretensiones materiales, superfluas; sólo conquistar, marcar y defender los límites de la patria en marcha.

Así los pintaban desde las organizaciones juveniles, hasta su gradual evolución y transformación, hasta llegar hoy a la privatización, a los salarios diferenciales, a la nueva estructura económica, incluso a la nueva corriente ideológica, hasta llegar al momento en que en un programa televisivo se lo tituló “Sof Kibutz» (“Fin del kibutz»). Entonces yo reaccioné y dije no “sof kibutz», sino “kibutz ajer», diferente.

En la sociedad humana, como en la naturaleza, hay un gradual proceso de evolución, así como en la economía en general llegamos del ancestral trueque, el más primitivo comercio, a la macroeconomía actual, también en la sociedad y en el pensamiento kibutziano se operaron grandes transformaciones.
Pero felizmente hay valores permanentes, principios, sentimientos, que no cambian; se modernizan, pero su simiente, su “livá», como se dice en hebreo, su carozo diría yo en traducción libre, permanecen.

Mientras escribía se me ocurrió una disgresión linguística: livá viene de lev, ¿carozo vendrá de corazón? Los valores permanentes quedan incólumes, intocables.

Tuve el privilegio de participar en el Seder en el kibutz Yifat donde vive mi hijo con su familia, en el Emek. Y viví una agradable sorpresa, muy agradable para mí por la forma en que se ofició.
En muchos kibutzim ya no se celebra el Seder colectivo en el comedor, al que solían asistir todos sus miembros con sus familias, sus invitados, con un programa adecuado, donde se leía una Hagadá especialmente escrita, con modificaciones y agregados, de acuerdo con la ideología kibutziana y la vocación literaria en cada caso. Lo mismo las canciones; además de las tradicionales y números artísticos apropiados. Era la gran concentración de la familia kibutziana, del colectivismo, de estar juntos e iguales.

Hoy prima el individualismo. Muchas familias o se reunieron en grupos o privadamente celebran el Seder en sus casas, a su manera. Aquí también rige la privatización.

Pero en Yifat, un grupo de familias, que sin duda extrañaban aquello de estar juntos, de conservar lo tradicional, decidieron seguir con la norma y organizaron el Seder como antes, en el comedor, todos unidos, sólo que en lugar de que asistieran dos mil personas, reunieron cuatrocientas. La mayoría familias jóvenes, de mediana edad, que sin duda extrañaban aquello de juntos. Pero lo más admirable y digno de señalar es la forma y el rito de la celebración, del oficio.

El comedor adornado con sus mejores galas, los cuadros y afiches alusivos, las flores, las mesas festivas, los niños con su marcha con las espigas y sobre todo, la lectura de la Hagadá tradicional, la Hagadá sin modificaciones ni innovaciones, pero un tanto reducida; se volvió al añejo texto consagrado. Sin duda se sintió la necesidad de respetar y vivir lo eterno.

Una nota interesante digna de comentario y que nos hizo pensar: el Kidush, la bendición del vino, lo hizo un joven jabadnik, fue javer kibutz, jozer betshuvá, con la vestimenta clásica, coreado por muchos del público. Lo ilustró con un relato jasídico, que resumo más o menos así:

“El alma humana está compuesta por dos almas, por dos elementos: el alma animal y el alma divina. La primera es la cáscara, del envoltorio de ella provienen todas las tentaciones y vicios derivados de la naturaleza. La segunda es la parte divina, santificada. Cada alma tiene una porción del soplo divino en mayor o menor proporción y esto establece las categorías humanas.»

Lo relató con devoción y emoción.

Se comentó que muchos jóvenes nacidos en los kibutzim, y no hablo de kibuzim religiosos, se volvieron creyentes, constituyeron sus familias, visitan a sus padres y viceversa, en armonía y respeto mutuo.

Es curioso el fenómeno de jóvenes nacidos, educados y formados en ambientes laicos, en hogares francamente anti religiosos, que no observaban los ritos, algunos, a lo mejor después de haber ido a “buscarse a sí mismos» a la India o a otras partes del mundo, vuelven a sus fuentes y hasta pasan al otro extremo.

Confieso que sin ser jaredit (ortodoxa) ni practicante estricta, prefiero el verbo jozer, vuelve, al verbo ozev, abandona. El joven jabadnik me hizo pensar y recordar que lo que citó figura en el Tania.

El Tania es la obra maestra del Rabí Shneur Zalman de Liadi, que es la expresión de síntesis del Rabinismo con el Jasidismo en las tres escalas del conocimiento: sabiduría, inteligencia y pensamiento (Jabad).

Al respecto dice Buber en su libro “Amor a Dios y amor al prójimo»: “Muchos librepensadores pueden aprender del Jasidismo que hay una cosa que es la Santidad; muchos piadosos pueden aprender en qué consiste la Santidad».

Y todo esto, gracias a un Seder en el kibutz, kibutz diferente, pero el mismo en su esencia en su judaísmo.

Fuente:
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Festividades/28399/

Notas:

Livá, en este contexto sería «esencia».
«Carozo», en versión argentina, «hueso» en versión española, efectivamente tiene relación con «lev», corazón, como se observa en francés coeur y en inglés core
Pocket Oxford Spanish Dictionary © 2005 Oxford University Press:
core1 /kɔ:r / || /kɔ:(r)/ sustantivo (of apple, pear) corazón m;
(of Earth) centro m;
(of nuclear reactor) núcleo;
(of problem) meollo m
core2 verbo transitivo ‹apple› quitarle el corazón a

Diccionario Espasa Grand: español-francés français-espagnol © 2000 Espasa-Calpe:
cœur
m
1. (órgano) corazón;
maladies du c. enfermedades del corazón;
c. artificiel corazón artificial;
à c. ouvert fig a corazón abierto.
2. (cartas) corazones.
3. (parte central) corazón, cogollo;
c. de palmier palmito;
au c. de en medio de.

Los kibutz israelíes abandonan el socialismo

ABRAZAN EL CAPITALISMO

Piscina del Kibutz Najshon

Las comunidades kibutz israelíes, una combinación de socialismo y sionismo basado en la agricultura, ya no son lo que eran. En las últimas dos décadas la mayoría han dejado atrás la vida comunal y sus principios igualitaristas, privatizando su actividad y abrazando varias prácticas capitalistas.

Por Albert Esplugas

El Financial Times, en un artículo sobre la transformación de los kibutz en Israel (The rise of the capitalist kibbutz), relata la experiencia de Jane Ozeri y el kibutz Nachshon, una comunidad de granjas colectivas. Ozeri emigró de su nativa Inglaterra para unirse a Nachshon, atraída por la ideología comunal del movimiento.

Trabajó allí donde la comunidad decidía: en la cocina, en el campo o en la escuela. Ningún miembro del colectivo recibía un salario. La comunidad proporcionaba alojamiento, comida, educación, ropa, medicina, transporte e incluso cigarrillos. Estos bienes eran propiedad de todos, no de los individuos. Si Ozeri quería visitar a su familia en Inglaterra, la asamblea del kibutz debía discutir la petición y votar a favor de pagarle o no el billete.
Hoy Ozeri lleva una tarjeta que la identifica como “coordinadora global de ventas” de Aran Packaging, una empresa que produce packs para líquidos para la industria alimenticia. Ubicado en el kibutz y propiedad de sus miembros, el negocio tiene un volumen de ventas de 28 millones de euros anuales y sirve a 35 países. Ozeri recibe un salario (una parte del cual tiene que compartir) que está a la par con el que se paga en otras compañías del sector.
La mayoría de kibutz se han ido convirtiendo en empresas cooperativas privadas, dejando atrás varias prácticas colectivistas e igualitaristas como la negativa a contratar gente de fuera, el pago del mismo salario a cada trabajador con independencia de su labor, o la separación de los hijos de sus padres porque debían ser cuidados en común.

Un total de 22 kibutz están listados en las bolsas de Tel Aviv, Nueva York y Londres, con ventas anuales por valor de 7.000 millones de euros, un 10% de la producción industrial israelí. La agricultura sigue siendo importante en muchos kibutz, pero ha habido un importante giro hacia la industria.
El artículo en el Financial Times señala que la transformación de los kibutz en cooperativas capitalistas es un reflejo del desarrollo de la sociedad israelí en los 80. Muchos miembros del kibutz, apunta Shlomo Getz, profesor especializado en kibutz, empezaron a querer el mismo tipo de cosas que los demás israelíes. En palabra de Ozeri: “La gente quería más control sobre su propia vida y economía. Es muy difícil vivir de forma estrictamente comunal”.
En los 80 los kibutz habían entrado en crisis y el gobierno tuvo que rescatarlos. La ineficiencia de su modelo forzó a las comunidades a replantear su filosofía económica. La ola de privatizaciones en los 90 fue una respuesta a esta crisis. Las privatizaciones afectaron sobre todo a los servicios.
La propiedad colectiva de residencias, tierra y fábricas frecuentemente se mantuvo, aunque se han dado pasos en la dirección de permitir la propiedad individual de algunos activos como las casas donde viven los miembros y una suerte de “acciones” sobre los medios de producción. Pueden enajenar ambos con ciertas limitaciones. En total, 65 kibutz aún operan al modo tradicional.
Al contrario que otros experimentos sociales, señala el Financial Times, los kibutz israelíes no tienen una filosofía dogmática o muy teórica detrás, lo que les permite estar abiertos al cambio. Aunque los kibutz practicaran una vida comunal, casi comunista, los partidos políticos que representaban al movimiento nunca han pedido la abolición de la propiedad privada. Las comunidades kibutz aceptaron su rol de empresas colectivas en el marco de un libre mercado.

© Libertad Digital SA Juan Esplandiu 13 – 28007 Madrid

El movimiento Kibutziano: sembrando esperanza de futuro

El kibutz

Sembrando esperanza para las generaciones futuras.

El Kibbutz es una creación original israelí, un poblado rural multigeneracional, caracterizado por la vida en comunidad, por su administración democrática, responsabilidad por el bienestar de cada uno de sus miembros, niños y adultos, por la salud y la educación, y por la copropiedad de los medios de producción y de consumo.

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