Rezso Kasztner, ¿héroe o traidor?

El pasado domingo, 15.11.2009, dentro de la Semana de Cine Judío que se celebra cada año en Viena (http://www.jfw.at/2009/) se presentó la película documental «Killing Kasztner» (http://www.imdb.com/title/tt1038913/) de Gayle Ross. La película es la historia del asesinato del Dr.. Rész Kasztner, un judio húngaro, que durante la Segunda Guerra Mundial fue capaz de negociar con los nazis por la liberación de unos 1.600 Judios. Más tarde se radicó con su familia en Israel y, después de estar involucrado en una demanda por difamación, fue víctima de un ataque en marzo 15, 1957.

En «Killing Kasztner» se abordan puntos de vista muy diferentes en este caso. El director estaba reuniendo material para siete años, por lo tanto una gran parte de la película se forma por un lado, mediante entrevistas con los asesinos de Kasztner (los tres hombres fueron juzgados por la muerte de Kasztner y él perdonó a todos unos años más tarde) y, segundo, por las conversaciones con Kasztner con su propia hija, Zsuzsi, y las hijas de ésta. A continuación, tomaron la palabra en calidad de testigos, entre otros, Uri Avneri y Tombstone Tommy. A través de Kasztner caso, la película trata de seguir la huella del problema de cómo el estado de Israel se enfrenta con el Holocausto y que es tratado como un héroe para su uso oficial. Así, la película se enfrenta, por ejemplo, al destino de Rész Kasztner, con Hanna Szenes (http://en.wikipedia.org/wiki/Hannah_Szenes), que es considerado un héroe en Israel.

Como invitado especial asistió a la proyección de la película, el profesor. Ladislaus Lob, quien, junto con su padre, se salvó gracias a los arreglos de transporte Kasztner, escribiendo un libro titulado «Tratando con Satanás: audaz rescate de Rezso Kasztner» sobre esta dramática experiencia.

(Http: / / http://www.telegraph.co.uk/culture/books/non_fictionreviews/3671207/Saving-some-Hungarian-Jews.html)

En su sitio web oficial de la película se puede encontrar más información acerca de la historia:

http://www.killingkasztner.com/

Sabemos que es un complicado y controvertido tema que merece mucha atención y que sin duda dividirá a la opinión de una manera muy opuesta. En cualquier caso, y aprovechando la oportunidad que pudimos asistir al estreno del documental en Viena, hemos traído al foro a dar a conocer la historia y, si es necesario, leer sus opiniones.

Por último, adjunto la dirección del blog en español, donde aparece una entrada muy completa sobre:

http://neguevandme.blogspot.com/2008/06/heroe-o-traidor-la-historia-de-reszo.html

JUEVES 19 DE JUNIO DE 2008

¿Heroe o traidor? La historia de Reszo Kasztner

La historia de Rezso Kasztner un personaje controvertido que podría encarnar un personaje de novela, es una historia apasionante en la que el lector tarda en descubrir si se trata de un héroe o de un traidor. Estos días atrás hemos recogido los artículos sobre la Shoá de Eduardo Martín de Pozuelo para La Vanguardia a la luz de nuevos documentos recientemente desclasificados. En esa historia Kasztner, héroe o traidor, juega como Joel Brand un papel importante en el resacate de judíos desde su pertenencia a una pequeña cédula sionista [ “era un oscuro oficial de un pequeño comité sionista que tenía vínculos con grupos judíos de rescate en Estados Unidos”] llega a tratar con Adolf Eichmann para salvar la vida de judíos a cambio de efectivo, joyas y camiones

Anna Porter recoge su historia en una novela titulada Kasztner’s Train
esta reseña en español del libro Nos describe su accidentada historia, su triste final, asesinado por un extremista, un crimen con resonancias políticas.

Juzguen ustedes

Kasztner: «¿Un Schindler condenado por la historia?»

Los Angeles (Reuters) –

La historia no ha sido buena con Rezso Kasztner, el hombre que salvó más judíos de morir en el Holocausto que cualquier otro judío. Su recompensa fue ser acusado de vender su alma al diablo y ser asesinado por judíos extremistas. Pero la reputación de Kasztner podría ser restablecida, más de 60 años después de que negociara un trato de «sangre por dinero» con Adolf Eichmann, para salvar la vida de judíos a cambio de efectivo, joyas y camiones.

Fueron publicados dos nuevos libros sobre Kasztner y se prepara la distribución de un documental. Todos lo retratan como un héroe oculto del Holocausto, un hombre que arriesgó su vida en incontables negociaciones con los nazis. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kasztner acordó que un tren transportara a casi 1.700 judíos húngaros hacia Suiza, mientras él se quedaba para continuar las negociaciones.

También durante el conflicto acompañó a un oficial de las SS en visitas a campos de concentración para decirle a los comandantes que pusieran fin a las matanzas, salvando hasta 100.000 judíos según afirman algunos expertos. En ese momento, era claro que Alemania estaba a punto de perder la guerra y de que habría juicios tras el conflicto. El coronel de las SS Kurt Becher llevó a Kasztner seguramente porque quería un testigo judío de sus buenas acciones.

Anne Porter, cuyo libro «Kasztner’s Train» se basó en siete años de investigación, algunas entrevistas y documentos desconocidos, afirma de que es tiempo de honrar a Kasztner y de descartar las acusaciones en su contra. El segundo libro, «Dealing with Satan: Rezso Kasztner’s Daring Rescue Mission» del profesor de literatura alemán Ladislaus Lob, es en parte una segunda visión sobre Kasztner y en parte una memoria. Lob tenía 11 años cuando escapó con su padre en uno de los trenes de Kasztner que partían hacia Suiza desde el campo de concentración Bergen-Belsen.

En aquel momento, Kasztner era un oscuro oficial de un pequeño comité sionista que tenía vínculos con grupos judíos de rescate en Estados Unidos, Turquía y Suiza. «Era un don nadie que se introdujo en las negociaciones», dijo el director de cine Gaylen Ross.
«Era sólo un miembro de un pequeño grupo de sionistas», agregó. El próximo film de Ross lleva el título de «The Persecution and Assassination of Dr Israel Kasztner». Luego de la guerra, Kasztner y su familia emigraron a Israel. Las recriminaciones surgieron con un mordaz libro del guionista y periodista estadounidense Ben Hecht, quien mostró a Kasztner como un colaborador nazi que retuvo información clave a los aliados, llenó el tren con su familia y cobró por sus asientos. Kasztner salvó a 19 familiares al llevarlos al tren, pero otros 100 murieron en Auschwitz.

En cuanto a lo de hacer dinero con el tren, 150 personas pagaron sus boletos y eso fue suficiente para cubrir los costos de otros judíos más pobres. En 1952, Kasztner fue acusado por Machiel Grunwald, un anciano panfletista, de colaborar con los nazis. El Gobierno israelí demandó a Grunwald por difamación pero el juicio se transformó en un ataque colectivo a Kasztner, con un dictamen del juez que decía que el hombre había hecho un trato con el diablo.

El veredicto fue anulado en 1957, pero para entonces era muy tarde. Kasztner había sido asesinado fuera de su casa por tres extremistas. El autor de Holocausto y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel dijo sobre Kasztner: «seguí su juicio y creo que él quería ayudar pero eligió el método incorrecto».

Ross, el director de cine, comparó a Kasztner con el test Rorshach, una evaluación psicológica en la que a los pacientes se les pide que interpreten manchas de tinta. «Para mi, Kasztner es un test de Rorschach. La gente opina sobre él de acuerdo a cómo se sienten», dijo Ross. Primero está la culpa que sienten los sobrevivientes por haber vivido mientras otros murieron y luego las dudas morales sobre negociar con los nazis y comprar vidas judías por dinero, comentó Ross. Los judíos cuestionaron los motivos de otros judíos, olvidando que el Holocausto fue un crimen contra la humanidad perpetrado por los nazis, no los judíos, dijo Ross. Para Porter, la historia de Kasztner es cómo sus actos de valentía pueden ser debatidos ferozmente pese a que podrían ser comparados con los de los gentiles Oskar Schindler y Raoul Wallenberg. «El quería ser visto como un salvador de judíos y era esencialmente un buen hombre. Schindler lo calificó como la persona menos temerosa que conoció», comentó Porter»

Así reseñó la aparición del libro Haaretz

Muchos saludos a todos,

Ilana Steiner / Carlos Penela

Fobias y Mentiras Periodísticas

De ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión

Guido Maisuls
Kiriat Bialik, Israel, IL

A causa de la persistencia obsesiva de la mitificación de la autentica realidad de este conflicto casi eterno (en la que se ve permanentemente afectada la seguridad del Estado de Israel), los judeófobos y zionófobos actuales aportan ciertas pautas y pareceres que intentan deslegitimar los derechos elementales y básicos que posee nuestro Israel a defenderse de los espurios intereses del fundamentalismo islámico y de los antisemitas de siempre que intentan destruir la existencia y continuidad de nuestro hogar nacional en esta Tierra de Israel.

Ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión se han auto impuesto como meta el hacernos creer algunas mentiras fundamentales como:

  • Que los palestinos existieron como pueblo en otras épocas históricas.
  • Que son realmente los palestinos más nativos de estas tierras que los judeos.
  • Que los judeos nunca tuvimos nada que ver con la Tierra de Israel.
  • Que el regreso de los judeos a su patria ancestral es racismo e imperialismo.
  • Que el ejército israelí comete permanentemente el genocidio a la supuesta «victima» palestina.
  • Que la Franja de Gaza ha sido convertida en un gigantesco campo de concentración al estilo Auschwitz-Birkenau.
  • Que los judeos vinieron a robarles las tierras a los «sufrientes palestinos» y a las naciones árabes.
  • Que el Sionismo es sinónimo de imperialismo y racismo.

Los Psicólogos y Psiquiatras han llegado a la conclusión que uno de los elementos básicos de la fobia es el prejuicio, la tendencia a juzgar de antemano, a «pre-juzgar», a emitir juicio sobre un tema u objeto antes de analizar las evidencias o las experiencias previas.

Ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión están poseídos por dos fobias fundamentales:

  • La Judeofobia que es el temor y odio hacia lo judío.
  • La Zionofobia que es el miedo extremado e irracional a la existencia del Estado de Israel, que en lo superficial se manifiesta como rechazo y odio acentuado a la presencia de una nación judea en la tierra de Israel.

Podríamos pensar que es lo mismo hablar de antisionismo o de la negación al pueblo judío a tener su propia patria pero el verdadero significado de zionofobia es mucho más profundo e irracional de lo que aparenta.

¿Que es la zionofobia en ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión?

  • Es la actitud prejuiciosa de juzgar al Estado de Israel y a sus fuerzas de defensa, con parámetros inquisitorios y descalificativos que no utilizan con otras naciones y ejércitos del mundo en similares circunstancias.
  • Es la fijación obsesiva de centrarse en el conflicto árabe israelí y en las acciones de Israel como si fuera el único, el mas sangriento y el mas violador de los derechos humanos, ignorando o minimizando el genocidio ruso en Chechenia que ha exterminado alrededor de 100.000 ciudadanos o el reciente genocidio en Darfur en el que 750.000 sudaneses han fallecidos por el hambre y la masacre.
  • Es la motivación irracional para demostrar los supuestos propósitos racistas, genocidas e imperialistas del ideario sionista de seguir construyendo el hogar judío en la tierra de sus ancestros.
  • Es la expresión encubierta que se nutre de los prejuicios psicopatológicos de la judeofobia de todos los tiempos, de las ideologías nazifacistas tradicionales, de las elucubraciones retrogradas y medievales del actual islamofacismo fundamentalista, de los desvaríos intelectuales pseudo progresistas de la izquierda antisionista y del fenómeno del auto odio patológico de numerosos intelectuales judeos.
  • Es la necesidad justificatoria al servicio de los negadores de la Shoah, de los banalizadores del genocidio nazi de acusar al movimiento sionista de haber utilizado el evidente exterminio de millones de personas como un excelente pretexto para despojar de sus tierras a los supuestos auto sufrientes refugiados palestinos y a las naciones árabes.
  • Es la manifestación solapada del racismo globalizado. Así como el racismo blanco niega a los hombres de color sus derechos básicos. Así como el Islam fundamentalista niega a las demás creencias su razón de ser. Así como el nazismo niega el derecho a la vida a los judeos, gitanos, discapacitados y homosexuales. Los periodistas zionófobos le niegan al pueblo de Israel el derecho inalienable a existir, crecer y realizarse en su tierra ancestral.
  • La zionofobia de ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión es también racismo porque es una simple y burda expresión de la judeofobia internacional.

Este Estado de Israel tan injustamente demonizado por ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión tiene una cualidad extraordinaria que desgraciadamente hoy no la poseen los demás países de la región y es precisamente la elección de vivir en un sistema de completa democracia, de permitirles a sus ciudadanos poder desarrollar sus talentos en una forma completamente libre, permitiendo y potenciando la autorreflexión, la autocrítica, la capacidad de disenso y el pluralismo de ideas y sentimientos.

Felizmente hoy el ideal de paz y justicia de los israelíes goza de muy buena salud y se encuentra en su lugar habitual, siempre fue y será un atributo de nuestro pueblo y este conflicto se solucionaría mucho mas rápido si también fuera el elegido por ciertos medios de comunicación, periodistas y formadores de opinión.

Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?

(Hillel)


Publicado por Guido Maisuls para » Cartas desde Israel » el 11/26/2009 09:16:00 PM

http://cartasdesdeisrael.blogspot.com/

Israel en los ojos de una madrileña

Autor: Leticia Montero
24.11.09

Llegué a Tel Aviv un 20 Junio. Mi Familia y amigos se consolaban desde España pensando que la aventura no duraría más de seis meses, tiempo que mi novio Tomer y yo habíamos programado después de años de amistad y 4 años de noviazgo en Madrid. Seis meses para conocer su cultura, sus costumbres, su idioma, su vida. Ahora llevamos casi 2 años y medio viviendo en Tel Aviv y ésta es mi historia:

Mi nombre es Leticia, tengo 30 años, soy de Madrid, atea pero bautizada y nunca antes había conocido a alguien de Israel, ni siquiera a alguien hebreo, ya sea de religión o de costumbres, hasta que conocí a Tomer a la edad de 22 años.

Cuando Tomer llego a Madrid para estudiar arquitectura en mi universidad, levantó mucha expectación. Ser de Israel nos parecía igual de raro que ser de Laponia o del Polo norte. Los primeros meses, profesores y alumnos, le bombardeábamos a preguntas de toda índole: política, cultura, historia. En muchos casos, Tomer no salía de su asombro ante tanto desconocimiento e incluso, a veces, ignorancia desvergonzada. Desvergonzada porque los españoles además de ser muy curiosos, no tenemos pelos en la lengua a la hora de exponer nuestras dudas, además se trata de un país donde la comunidad judía es de las más pequeñitas de Europa junto con Austria y Dinamarca, por lo que también su influencia es escasa, hablando desde un punto de vista moderno, de la sociedad de hoy, no de hace 500 años.

El tiempo de Tomer en Madrid discurrió con normalidad, salvo contadas excepciones verbales con personas ajenas a nuestro círculo. Se integró perfectamente. Jefes, amigos, profesores le decían: “tú ya eres español y te quedas aquí” , la gente le tomó mucho aprecio y le brindaban su ayuda ofreciéndole contratos que le permitirían seguir en España es decir, tomaban una actitud de protección como si Tomer fuera un refugiado o algo así, pero siempre con todo el cariño del mundo. Es cierto que existe cierto grado de antisemitismo lamentablemente creciente en mi país. A mi parecer, basado en la ignorancia. Los medios de comunicación que se vuelcan hacia una cara de la verdad pasando de puntillas por la otra en un conflicto complicadísimo y que a veces ciertos indeseables juzgan alegre e irresponsablemente mezclando conceptos políticos y culturales de forma absurda. Existe un conflicto, si, pero no debería ser la imagen de toda una sociedad, la israelí y una comunidad, la judía. En fin, como dice mi padre, la política para los políticos.

A mí me encantaban las historias que contaba Tomer sobre Israel: el mar muerto, el desierto, las cascadas de Ein Guedi, los peces del Mar Rojo, la imagen de Jordania desde Israel, la frontera con Egipto. Desde mi ignorancia, todo me parecía como sacado de una película, y pensaba que me encantaría ir a visitar todos esos lugares con un Jeep o con camellos, tipo safari en el corazón de África.

Poco a poco fui conociendo más cosas sobre Israel. A través de familiares y amigos que venían de visita a Madrid con fotos, videos caseros de cumpleaños, fiestas, excursiones, bodas. Descubrí entre otras cosas lo pequeñito que es el país, y que mi fantasía africana era un tanto exagerada. Sin embargo, a pesar de toda esa información y la normalidad de la misma, el miedo ante lo desconocido, me hacía preguntarme: ¿pero qué pintas tú en Israel?, ¿a ti qué se te ha perdido ahí? Pues, mi media naranja, nada más y nada menos.
Al cabo de 4 años de novios tomé la decisión. Si Tomer era el hombre de mi vida, entonces yo debía conocer su país y su cultura de primera mano. Así fue, un poco a lo loco, compramos el vuelo para la siguiente semana.

Los días previos al vuelo, me fue imposible disimular la excitación, pero también la ansiedad y el nerviosismo que este me producía. En el fondo, fondo, fondo, para mi Israel significaba lejos, arena y miedo, es decir, lo que veía en la tele. Mis amigos y familia se mostraban preocupados e intentaban hacernos cambiar de opinión y retrasar el viaje, ya que siempre les parecía mal momento. Tomer se partía de la risa ante el show surrealista de los preparativos y las despedidas y decía: ¡tranquilos que no va a ir a la guerra, se va a la playa con una cervecita a ponerse morena! Yo le miraba incrédula.

Cinco horas y 30 minutos separan una fresca mañana metropolitana en Madrid y un zumito de naranja con zanahoria en una húmeda tarde en Shenkin. Mi primera impresión, fue que nada se parecía a lo que me había imaginado. Era increíble, estaba fascinada, todo me parecía tan interesante, tan exótico. Caminando por las calles de Tel Aviv entre todas esas joyas de edificios bauhaus y eclécticos, a veces ruinosos y encantadores, a veces obscenamente deteriorados y pervertidos entre terrazas cerradas, aires acondicionados e instalaciones sanitarias que cruzan sus fachadas indiscriminadamente, pero en su conjunto, sin saber dónde estaba, perdida en Tel Aviv me pareció una ciudad mágica llena de porquería.

En las calles comerciales me parecía divertido sentirme una auténtica analfabeta por primera vez en la vida, letras ilegibles llenas de luces y colores, destartalados carteles por aquí y por allá. Un maniquí asomado en un balcón ruinoso encima de un kiosko multicolor, esa imagen me hizo pensar que debería llevar la cámara de fotos conmigo todo el tiempo. Cuántos contrastes, olores, sonidos, lo cosmopolita mezclado con lo cotidiano, que originalidad, chabolas y rascacielos ejecutivos y surferos esperando a cruzar el mismo paso de cebra.

Una ciudad que parece un pueblo grande y que no duerme, llena de vida y de gente joven e informal que hablan en distintos idiomas, con distintas culturas dando como resultado un conjunto social de lo más «indi» al margen de las tendencias y con espíritu cultural. Por fuerza debe de ser enriquecedor tanta mezcolanza tanto mix. Me sorprendió muy especialmente descubrir la armonía existente con la cultura árabe ya sean musulmanes, cristianos o judíos. La cercanía de ambas culturas, lo integrada que está la cultura árabe y su gastronomía. Desde España, es un concepto impensable, pues resulta extraño que en Israel viva gente árabe en general y musulmana en especial.

Durante un mes viajamos por todo el país de norte a sur, de hoteles y acampadas y siempre fui muy bien acogida, lo primero que me preguntaba la gente que encontrábamos era: ¿at yeudiá? Y yo contestaba “lo ani Leti mi sfarad” y seguido ¿at mi Real Madrid o Barça? “¡ aha! La pregunta del millón”, les contestaba yo.
Me quede encantada con todo Eretz Israel, especialmente con el yam hamelaj, parece un lugar atemporal, detenido en un instante. También me impresionó que tantos lugares tan especiales, tan diferentes e incluso climas tan cambiantes se dieran en un territorio tan pequeño, todo está cerca.

Volvimos a Tel Aviv y nos instalamos en nuestro pisito bauhaus auténtico en pleno centro de la ciudad. Tomer empezó a trabajar en un conocido estudio de arquitectura y yo decidí apuntarme al Ulpán. Fue toda una experiencia que recomiendo a todo el mundo que llegue a Israel por primera vez.

No se trata sólo de aprender hebreo, lo divertido es que conoces a gente de todos los rincones del mundo, de todas las culturas, edades y oficios, cada uno con sus historias, llegados hasta aquí algunos por amor, otros por trabajo, otros por creencias religiosas, lazos familiares o culturales y todos juntos en clase, recién llegados a un país donde no conocemos a nadie o a casi nadie y casi nada. Juntos compartimos como una piña nuestras primeras experiencias. En la playa, de cenas, partidos de volley, roof partys con nuestras parejas y nuestras muestras culinarias, orgullosos de compartir con los demás un trocito de lo que somos. Alegría y diversión non-stop.

Tomer estaba encantado con su trabajo, asíque decidimos alargar un año nuestra estancia, antes de volver a España y abrir nuestro propio estudio de arquitectura que era nuestro sueño compartido. Decidí tomarme un año sabático, como los chicos y chicas que terminan el servicio militar, terminar arquitectura en mi país es algo muy parecido a la mili, ya que la media nacional es de 9 años, justo el tiempo que me llevó acabar los estudios.

Los meses pasaron volando entre aviones a Madrid cada 3 meses para renovar el visado de turista, experiencia que no recomiendo a nadie, terrible sensación de saber que tengo que tomar un vuelo, sola, no judía y sin más relaciones con el judaísmo que mi novio que no estamos casados, ¡sospechosa seguro!, no ha fallado ni una vez. Me aprendí el protocolo de memoria: la entrevista, el registro, otra entrevista, llama a Tomer y me entretenía comparando los números que te pegan por todas partes y pensando oh!
La otra vez me pusieron un 3 y hoy un 5, ¿resulto hoy más sospechosa? e intentaba descifrar los códigos que escriben 735, 345, todo un misterio. Al menos, nunca me han puesto un número por debajo de 5, que conozco a quien sí, y es terrible. Lo del aeropuerto es lo que peor llevo, sin duda alguna. Se pasa fatal y advierto a mis amigos que vienen de visita, pero ni con esas, salen de la terminal con ganas de llorar, ¡muy fuerte!

Poco a poco, muchos amigos del Ulpán fueron regresando a sus países por diversos motivos: rupturas amorosas, por estudios o trabajo, por inadaptación en fin, fue muy triste pero a la vez fui integrándome más aun si cabe y de forma inconsciente. Tras un año, empecé a comprender más sobre la vida en Israel, por ejemplo, que los coches no paran en los pasos sino que aceleran, que lo de hacer cola en el autobús o en una tienda es de tontos o turistas, en las discos entra quien elige el portero entre un rebaño de personas aplastadas. Empecé a cansarme de la rutina e intenté buscar un trabajo, de lo que fuera, menos arquitectura,aún me sentía un poco empachada y absorbida por ella.
Fue imposible, pues no tenía permiso de trabajo y para conseguirlo tenía 3 opciones: convertirme al judaísmo, casarme con Tomer o hacernos pareja de hecho en el misrad apnim, ya que nadie te ofrece un contrato si no estás en una de esas condiciones. ¿Para qué empezar un proceso burocrático si voy a volver a Madrid?

Una mañana, mientras reflexionaba sobre la tercera opción, pareja de hecho, una conocida israelí recién casada me llamá para que les ayudara con un pisito que acababan de comprarse. Altruistamente y al tratarse de una reforma interior, para la que, en Israel, no se necesitan licencias, les ayude en el diseño de la redistribución interior, instalaciones y decoración. Acabamos todos muy contentos y muy buenos amigos, tras 3 meses de trabajo. Sin darme cuenta, acababa de empezar lo que ahora es mi vida en Israel.

Tomer y yo somos hoy pareja de hecho, hemos abierto un pequeño estudio de arquitectura con el que estamos haciendo realidad nuestros sueños comunes. Nuestras perritas Nana y Mini viven aquí con nosotros con pasaporte español, mi madre viene cada año de vacaciones por que se ha enamorado del país y yo cada x tiempo que siento morriña, vuelo 4 horas y media que no es nada y me planto en Madrid. de visita.

Fuente: aurora-israel.co.il/

Las raíces del sionismo y Moisés Mendelssohn

Por Gustavo D. Perednik

En el marco de un viejo debate acerca de cuándo comenzó el sionismo, se menciona aquí un episodio poco recordado que tuvo como protagonista a Moisés Mendelssohn, el filósofo que durante el Siglo de las Luces encarnó la modernidad de los judíos.

La voz sionismo tiene fecha de nacimiento: el primero de abril de 1890, el periodista Natán Birnbaum la acuña en un artículo en el órgano Selbstemanzipation de Viena (el primer periódico sionista de Occidente, vocero de la agrupación estudiantil Kadima).

Como ocurre con todos los nombres, empero, el término viene a designar una idea y un movimiento que ya existían por mucho tiempo. No es fácil determinar con precisión cuánto tiempo, y las muchas respuestas al respecto se sitúan entre dos posibles extremos.

De un vértice, el rabino Judah Leib Maimon sostuvo que el sionismo nacía hace cuatro mil años, ya que el relato del Génesis define al patriarca Abraham siempre encaminado hacia la entonces tierra de Canaán. Esta lectura omite que la esencia del sionismo es eminentemente el retorno. No podría haber existido, ni siquiera como idea vaga, sin una tierra a la que regresar. Por lo tanto, aun si quisiéramos rastrearlo hasta su fuente primigenia, el momento más temprano posible para el sionismo no se ubicaría en la época patriarcal, sino en el nacimiento del anhelo de retorno a la Tierra de Israel por parte del pueblo hebreo.

El otro extremo para fijar el comienzo sionista, sería ubicar su génesis en la creación de la Organización Sionista Mundial en Basilea, Suiza, en 1897. Esta postura soslaya que cuando Teodoro Herzl convocó el célebre congreso, las grandes realizaciones sionistas, aun las más modernas, ya habían comenzado. Quince años habían transcurrido desde la denominada Primera Aliá, la pionera de las inmigraciones judías modernas que aspiraban a la restauración nacional de los israelitas en su tierra ancestral.

Incluso congresos sionistas, también hubo antes de Basilea. Dos notables fueron de Thorn, que se llevó a cabo en Alemania en 1860 y tuvo como fruto la fundación de la Sociedad para la Colonización de Palestina presidida por Jaim Lorje, y el de Kattowitz de 1884, que reunió a varios grupos de los jóvenes «amantes de Sión» bajo la presidencia de León Pinsker. No es ergo el congreso en sí la novedad de Herzl. Nos extenderemos sobre su obra innovadora en un artículo dedicado a Teodoro Herzl en julio de 2004, cuando se cumple su centenario.

Precursores del sionismo moderno

Distingamos por ahora entre el sionismo como añoranza, y el sionismo como movimiento político. El deseo colectivo de retorno a la tierra de Israel está presente en el pueblo judío, ininterrumpidamente, desde hace dos milenios y medio. Vio luz durante el Exilio en Babilonia y su primer documento escrito (la fuente de la idea sionista) puede leerse en la Biblia, en el salmo 137: «Junto a los ríos de Babilonia nos sentamos y lloramos recordando a Sión… si te olvidare, oh Jerusalén…»

Obviamente, el movimiento moderno tiene características que lo distinguen en mucho de la aspiración milenaria que le sirve de raíz. Pero no conviene olvidar la antigüedad de esta aspiración, a fin de que el sionismo no sea desfigurado en un fantoche advenedizo sin fundamento alguno.

Para discurrir sobre las características de la modernidad sionista, cabe dilucidar cuándo podría hablarse específicamente de precursores del movimiento político. En esto, las diversas ponencias se concentran respectivamente en los siglos XVII, XVIII y XIX.

Entre los que fijan a los precursores en el siglo XVII, el filósofo Martin Buber eleva al famoso rabino de Praga, el Maharal, al estatus de pionero. Son numerosas las exégesis en las que el Maharal se extiende sobre la necesidad de poner punto final al exilio impuesto a los judíos.

Por su parte, el primer gran historiador del sionismo, Najum Sokolow, corona como precursor al rabino Menashe Ben Israel de Ámsterdam, quien llevó la idea del retorno de los judíos a la negociación política, usándola como argumento ante la gente de Cromwell para que se readmitiera a los judíos en Inglaterra puritana.

Abraham Kariv, proclama a Baruj Spinoza como primer sionista moderno, debido a su desacralización de la historia judía y su previsión de que los judíos reconstruirían su comunidad estatal «cuando las circunstancias estuvieran maduras para ello».

Una cuarta opinión de quienes ven el nacimiento del sionismo moderno en el siglo XVII es la de Ioav Gelber, quien en su historia del sionismo atribuye a un no-judío, el danés Holger Paulli, la paternidad del movimiento.

Quienes optan por el siglo XVIII para reconocer las raíces del sionismo moderno, citan al pastor francés Pierre Jurieux, que propuso restablecer la república judía, o al marqués Felipe de Langallerie, que con el mismo objetivo, en 1714 inició tratativas con el embajador turco en La Haya y firmó con él un acuerdo sobre los derechos judíos.

Una tercera voz que opta por el Siglo de las Luces, fue uno de los más renombrados historiadores del sionismo, Walter Laqueur, quien señaló al filósofo Moisés Mendelssohn (1729-1786) como iniciador.

Mendelssohn fue un ardiente defensor del otorgamiento de derechos civiles para los judíos. Su amistad con el dramaturgo Gotthold Ephraim Lessing, nacida frente al tablero de ajedrez, fue pivote en el proceso emancipatorial de los judíos alemanes.

Lessing publicó los Discursos Filosóficos (1755) de Mendelssohn, y moldeó en base de éste al protagonista de su obra Natán el Sabio (1779).

Desde que Mendelssohn publicara su Fedón (1767) acerca de la inmortalidad del alma (ensayo estructurado como el diálogo homónimo de Platón) se conoció al filósofo judío como «el Sócrates alemán». Sus escritos judaicos no fueron menos importantes que los filosóficos, comenzando por la traducción de la Biblia al alemán, obra que abrió ante los judíos las compuertas de la lengua y literatura germanas.

Su tratado Jerusalén (1783) fue piedra angular de un novedoso análisis del judaísmo en su carácter de legislación y ya no de credo. Mendelssohn no fue en rigor el padre del sionismo, sino de la modernidad judía, en la que su aportación fue menos literaria que pragmática. Mendelssohn innovó al mostrar, con su propio ejemplo, que un judío podía tener un acabado conocimiento de la cultura moderna y hablar en términos de igualdad con las luces brillantes de su Europa, sin perder su fidelidad al judaísmo tradicional.En cuanto al sionismo, cabe citar un evento poco conocido de la vida de Mendelssohn, que roza la teoría del retorno a la tierra ancestral, a la que el filósofo pareciera no suscribir.

Los tres escollos del sionismo

Jerusalén, el libro judaico de Mendelssohn, se subtitula Acerca de la autoridad religiosa y el judaísmo. La génesis del proceso intelectual que llevó a Mendelssohn a escribirlo había comenzado unos quince años antes de la publicación, cuando su amigo de toda la vida John Caspar Lavater lo invita públicamente a convertirse al cristianismo, y Mendelssohn reacciona airado ante el hecho de que los intelectuales europeos, aun los más liberales de entre ellos, pudieran con tanta soltura sugerirle a los judíos que abandonaran su identidad a fin de «solucionar sus problemas».

Por esa época, un terrateniente sajón de nombre Rochus Friedrich Conde de Zu Lynar (que había sido diplomático danés) le presentó a Mendelssohn un proyecto de establecer un estado judío en Palestina. Se trata de un intercambio epistolar poco conocido. Lynar escribe el 23 de enero de 1770 y Mendelssohn responde a los tres días rechazando la idea, por tres motivos. Algunos resumen el argumento de Mendelssohn para negar en el siglo XVIII la posibilidad de un Estado, en que éste habría podido nacer solamente después de una guerra europea. La guerra era el resultado de que las potencias europeas iban a oponerse al proyecto. Valga agregar que efectivamente estalló una guerra europea para que el mundo reconociera la irreversibilidad del Estado judío, pero lo que Mendelssohn no previó es que dicha guerra tendría como eje la destrucción de la tercera parte de la judería mundial.

Con todo, la síntesis es insuficiente, ya que en el rechazo de Mendelssohn hay dos argumentos más muy elocuentes. Uno, es que los judíos, debido a su prolongada servidumbre, no serían capaces del espíritu de libertad que requería la empresa. Otro, que el proyecto demandaría una vasta fortuna y los judíos eran mayormente pobres. Un siglo después, Teodoro Herzl coincidió en que los judíos no contaban con las riquezas necesarias como para llevar a cabo la empresa, y propuso la creación de la Compañía Judía, «encargada de la liquidación de las pertenencias de los judíos emigrantes y de la organización de la vida económica en el nuevo país».En suma, había un obstáculo económico, que imponía la mentada solución de una especie de banco del pueblo judío, y un escollo político, que se traduciría en una guerra no deseada. Ambos reparos de Mendelssohn probaron ser ciertos, y de algún modo el Estado de Israel fue moldeado por sus necesidades de defensa militar y ayuda exterior.

Lo que permanece en el terreno de la especulación es el tercer punto. Mendelssohn consideraba que la empresa sionista estaría indisolublemente ligada al espíritu de libertad que animara a los judíos. Quizá también Herzl alude a este aspecto cuando con optimismo, al final de su obra El Estado Judío (1895) anuncia que «el mundo se liberta con nuestra libertad, se enriquece con nuestra riqueza y se engrandece con nuestra grandeza». Se necesitaba de capacidad para hacer la guerra, y de recursos económicos, pero la columna central en la que se apoyaría el Estado hebreo era su innegociable vocación de libertad.Es posible rechazar la condición de sionista de Mendelssohn, ya que, aunque colaboró en llevar al judío hacia la modernidad, la inmadurez de las condiciones históricas en las que vivió, le impidió la realización concreta de ninguna de las ideas que planteara en relación al sionismo.Así, Iaakov Katz, de la Universidad Hebrea, no considera que haya sionismo hasta tanto la idea no fuera traducida en fuerza social. Por ello, la mayor parte de los estudiosos establece el siglo XIX como catapulta, y ningún momento previo.

Shlomo Avineri, en La idea sionista, propone como padres de la innovación a dos historiadores que estructuraron la historia judía como la orgánica evolución de un pueblo-nación: Najman Krojmal y Heinrich Graetz. El primero en los años 1840 y el segundo en los años 1850, delinearon una historia judía cuyo corolario es el sionismo.

Los tres grandes precursores que explicitaron por primera vez ese corolario, lo hicieron en los años de 1860. Judá Alkalai, Zeví Kalisher y Moisés Hess fue el que trío planteó la necesidad de que los judíos tomaran la iniciativa en su retorno organizado a Sión. Cada uno de ellos merece referencias individuales que excederían el marco de este artículo.

Fuente: http://www.nodulo.org/ec/2004/n026p05.htm
El Catoblepas

Todo Israel celebra la tradición etíope judía (español e inglés)

Por Sara Sorcher
November 24, 2009

Durante 1.500 años, los Judíos de Etiopia se aferraron a sus tradiciones Judías, rezando el día festivo de Sigd para volver a Jerusalem. Ahora en Israel, continúan celebrando, pero este año, todo Israel lo celebra también.

Pueden estar en Israel, pero los Judíos ‘perdidos’ de Etiopía continúan celebrando sigd, un día de fiesta para celebrar su añoranza por Israel y honrar a quienes murieron tratando de llegar. Ahora ha sido declarada fiesta nacional, y los israelíes de todos los orígenes, celebran el día especial.

La comunidad etíope de Israel también es conocida como la comunidad de Beta Israel. Descendientes de una de las tribus «perdidas» de Israel, durante miles de años se aferraron a su tradición judía en Etiopía, la celebración de sigd, una fiesta que simboliza la aceptación del pacto judío en el Monte Sinaí. Cada año en el día de sigd subieron la montaña Amburver en Etiopía, donde oraron a Dios para que los trajera a Jerusalén.

En los años 80 y 90, sus oraciones fueron respondidas. Una serie de operaciones de alto secreto coordinadas por Israel y la CIA transportó por vía aérea a miles de Judios de Etiopía a Israel lejos de los peligros de la guerra civil y la hambruna.

Aunque la mayoría de los Judios de Etiopía han regresado a lo que ven como su hogar bíblico en Israel, continúan celebrando el sigd, y este año, todo Israel lo celebró con ellos.

La Asociación Israelí para los Judios de Etiopía (IAEJ) presionó con éxito para que la fiesta afro-judío fuera adoptada como un día de fiesta nacional israelí. Este año, por primera vez, el presidente Peres acogió una celebración especial en su casa para marcar el el día de fiesta y las escuelas tuvieron programas de enseñanza obligatorios.

Ha sido un largo viaje para los Judíos etíopes de Israel, por vía aérea de Etiopía a Israel en 1984 y 1991, pero esta semana, muchos deben haber sentido que sus viajes verdaderamente habían acabado.

Miles de Judios etíopes descendieron a Jerusalén el lunes para participar en la oración de la sigd en una colina con vistas al Monte de los Olivos.

Los Judios de Etiopía, se cree que son descendientes de una de las tribus perdidas de Israel, celebran esta fiesta todos los años. De regreso a Etiopía, escalaban una montaña llamada Amburver para orar y pedirle a Dios que los trajera a Tierra Santa.

Ahora en Israel, el 80,000 de una población fuerte sigue celebrando la fiesta. Este año, sin embargo, la totalidad de Israel celebró con ellos. Sigd de la fiesta ha sido declarada fiesta nacional y se pondrá en marcha programas obligatorios de educación para enseñar a los niños esta celebración.

Es un paso adelante significativo para un pueblo al que no siempre le resultó fácil adaptarse a su nueva vida, y que todavía se enfrentan a los prejuicios de algunos sectores.