ENTRE ERRORES Y HORRORES

Por Ana Jerozolimski para el Semanario Hebreo (Uruguay)

16/9/10

Quisiéramos comenzar con esperanza y cauteloso optimismo. A pesar del escepticismo inicial de israelíes y palestinos en las negociaciones y de las serias dudas aún existentes sobre las perspectivas de éxito, los contactos van avanzando en buen ambiente y con aparente firmeza de ambas partes de lograr un acuerdo.

Ver al Presidente palestino Mahmud Abbas reunido con el Premier Benjamin Netanyahu en Jerusalem, cuando una bandera israelí y una palestina adornan juntas el escenario de fondo, no es insignifcante.Años atrás, habría sido una verdadera revolución.

Eso no significa, que no haya puntos complejos que analizar a lo largo del camino. Por ejemplo, la exigencia del Primer Ministro Benjamin Netanyahu que los palestinos reconozcan a Israel como Estado del pueblo judío.

Personalmente lo consideramos un error ya que parecería que Israel- que es en efecto el estado judío y de aquellos miembros del pueblo judío que quieran sumarse a su vida y compartir su destino- necesita el visto bueno de los árabes en general y los palestinos en particular, para ser lo que es.

Pero al mismo tiempo, podemos entender por qué Netanyahu ha adoptado esta postura.

El reconocimiento de Israel como Estado del pueblo judío es una forma de recordar la legitimidad internacional de Israel, hoy tan disputada por no pocos.

En diversas resoluciones internacionales previas a la creación del Estado de Israel, la terminología era clara: se hablaba de un Estado judío.Ya que los palestinos suelen alegar que Israel “viola resoluciones de organismos internacionales”, vale la pena recordarles que fue el mundo árabe el que violó la resolución 181 de las Naciones Unidas, que recomendaba la partición de Palestina y la creación “de un estado judío y un estado árabe” en dicho territorio, y optaron por atacar a Israel.

Ya antes de aquella resolución de noviembre de 1947, se habló del hogar nacional judío. En abril de 1920, en la Conferencia de San Remo que se llevó a cabo terminada la Primera Guerra Mundial, el Consejo Supremo de los Principales Poderes Aliados, decidió incorporar al Mandato Británico tras la derrota del Imperio Otomano, al documento conocido como “la declaración Balfour” de 1917, en la que ya se hablaba de la creación de “un hogar nacional judío” en la tierra en cuestión.

El tema está relacionado también a la necesidad de que quede claro que cuando se cree el estado palestino, será allí que podrán instalarse los palestinos que quieran volver de sus diásporas, y no en lo que hoy es el estado soberano de Israel. Exigir lo contrario, o sea recalcar que debe crearse un estado palestino, pero exigir que los palestinos dispersos por el mundo y sus descendientes puedan instalarse en lo del vecino, Israel, y no en ese nuevo estado palestino, despierta sospechas.

Hablar de Israel como estado del pueblo judío, no es una forma de preparar el terreno para echar a los árabes ciudadanos de Israel . ¿Acaso la intención palestina y árabe en general al rechazar la exigencia israelí aquí planteada, es que el futuro estado palestino sea de los palestinos y que Israel sea definido como un estado binacional judeo-árabe?

Pues podrá parecernos que Netanyahu cometió un error al elevar ahora este tema como condición, pero nos parece un horror que los árabes se oponen y sostienen tan tajantemente que nunca reconocerán a Israel como estado del pueblo judío. No es una señal alentadora.

Si la intención es separar entre la situación política ya irreversible – la existencia de Israel- y el derecho histórico del pueblo judío a su tierra ancestral, es preocupante.

Los judíos no son colonizadores extranjeros en la tierra de Israel . Son sus hijos, desde siempre. Por algo antes de que el Imperio Romano cambie el nombre a su provincia y la denomine Palestina, la tierra hoy en disputa se llamaba Judea, la tierra de los judíos.

Estando ahora en los umbrales de Iom Kipur, el día del Perdón, en el que según el Judaísmo Dios da a todo ser humano la oportunidad de rectificarse y comenzar de nuevo siempre y cuando tenga buena y sincera intención, abriguemos la esperanza de que la continuación de las negociaciones entre las partes disipen las dudas y abran caminos hacia un futuro mejor.

Pero esto funcionará sólo si se controla decididamente a los extremistas, que continúan intensificando en los últimos días el disparo de cohetes Qassam y morteros desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel e inclusive de misiles Grad hacia Ashkelon y proyectiles con fósforo blanco. Poco antes, transmitieron por la televisora “Al Aksa” de Hamas una película en la que prometen que “sólo la guerra santa liberará nuestra tierra”, “destruyen” el Banco Central de Israel y la Suprema Corte de Justicia, entran triunfalmente en la avenida central de Tel Aviv que aparece llena de banderas palestinas, y hasta ocupan el lugar del informativista central en el noticiero de mayor teleaudiencia, en el Canal 2 de la televisión israelí.

Por si todo ésto no alcanza para aclarar las intenciones de Hamas , la organización emite comunicados tajantes, de sus voceros “políticos” y militares. Ahmad Jaabari, el jefe del brazo armado de Hamas Izz al Din al-Qassam, aclaró que “sólo por las armas defenderemos nuestra causa”. Y Fawzi Barhum, portavoz de Hamas, no deja lugar a dudas acerca del enfoque general: “Las negociaciones son un pecado, un peligro para el consenso palestino”.

Afortunadamente, por más discrepancias que siga habiendo y por más desconfianza que Netanyahu y Abbas aún se tengan, cuando el Presidente palestino habla, su tono es distinto del adoptado por Hamas. Ayer, en Ramallah, dijo que “no hay alternativa al proceso de paz y continuaremos los esfuerzos por llegar a buenos resultados”.

La llegada a la meta, aún no es asegura. Pero el camino lo deben fijar, juntos, en ese tono, Netanyahu y Abbas. El otro, el que quiere determinar Hamas, no sube montañas sino que conduce a precipicios.

Israel es admitido en la OCDE en una victoria diplomática clave


A pesar de la oposición de la izquierda radical, los árabes, que arden de cólera, y los esfuerzos de Egipto por impedirlo…

Israel es admitido en la OCDE en una victoria diplomática clave

Por JOSEF FEDERMAN
Associated Press
05.10.2010 19:21

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos aceptó el lunes a Israel en sus filas, coronando un esfuerzo de larga duración por el Estado judío para unirse al club exclusivo frente a la dura oposición de los palestinos.

La OCDE de 31 miembros emitió un comunicado en su sede de París en el que dijo que había invitado a Israel, así como a Estonia y Eslovenia, para convertirse en miembros.

Los tres «contribuirán a una OCDE más plural y abierta que está jugando un papel cada vez más importante en la arquitectura económica global», dijo el Secretario General de la OCDE Angel Gurría. Dijo que los tres países han sido «receptivos a las recomendaciones de la OCDE» y las conversaciones de adhesión fueron «constructivas y abiertas».

El ministro de Finanzas israelí, Yuval Steinitz dijo que era un «logro histórico» para su país.

«La importancia es tremenda. Éste es el club internacional más respetable en el que un pequeño país como el Estado de Israel puede ser aceptado», dijo a Radio Israel.

El anuncio llega a la conclusión de más de tres años de esfuerzos israelíes para unirse a la OCDE, una agrupación de las economías más desarrolladas y prósperas del mundo.

Funcionarios israelíes dicen que unirse al grupo representa un sello importante de reconocimiento por los logros económicos del país. Se dijo que incrementará la calificación del crédito de Israel y preparará el camino para el comercio y las inversiones adicionales.

Durante décadas, Israel ha pasado de ser una pequeña nación, la agricultura en una fuente inagotable de alta tecnología, conocida por sus numerosas empresas de nueva creación, la evolución de las comunicaciones, software y tecnología militar.

«Somos un miembro de una organización de prestigio, pero también una organización que tiene algo de credibilidad e influencia en la economía mundial», dijo Uri Gutman, director de la cancillería israelí sobre el proceso de acceso a la OCDE.

La aceptación le da a Israel, y el Primer Ministro Benjamin Netanyahu, una rara victoria en la escena diplomática internacional. Israel ha sido criticado por su conducta militar durante la guerra a principios del último año en la Franja de Gaza. En las últimas semanas, ha estado bajo presión para que confesara su capacidad nuclear.

Israel se niega a confirmar o desmentir la creencia casi universal de que posee armas nucleares.

Netanyahu también ha sido presionado para detener la construcción de asentamientos judíos en Cisjordania y el este de Jerusalén _ zonas reclamadas por los palestinos. Ha disminuido la actividad de asentamientos de mala gana en los últimos meses, despejando el camino la semana pasada para la reanudación de las conversaciones de paz con los palestinos después de un periodo de 17 meses. No estaba claro si la decisión de la OCDE era algún tipo de recompensa por los esfuerzos de paz renovada.

Hace apenas unos meses, la incorporación de Israel a la OCDE fue puesta en duda. Durante una visita a Israel, Gurría, el secretario general de la OCDE, expresó su preocupación por la pobreza y el desempleo, especialmente entre la minoría árabe de Israel.

Las autoridades palestinas habían instado a la OCDE a que rechazara la solicitud de Israel. Dijeron que la ocupación israelí de Cisjordania, y el trato discriminatorio de sus propios ciudadanos árabes, ponen al país en desacuerdo con el compromiso de la OCDE a los derechos humanos.

Los activistas pro-palestinos planeaban realizar protestas el lunes en París durante el anuncio de la OCDE.

«CON ISRAEL, CON LA RAZÓN»

Con Israel, con la razón: una respuesta a JCall

Queridos amigos,

en los últimos días, un grupo de intelectuales judíos franceses han lanzado un manifiesto JCall – («Llamado a la Razón»), que es básicamente un llamado a la rendición de Israel.

El recurso JCall es parte de la gran ola de deslegitimación de Israel y su política.

Hemos respondido con la fuerza de las verdaderas razones, los motivos de Israel, y queremos que el número y calidad de nuestros firmantes demuestren que existe un gran movimiento de opinión que defiende a Israel, Europa y todo el mundo.

Lo que sigue es nuestro llamamiento «Con Israel, con la razón»,  a por favor firmar y difundir lo más posible a través de sus contactos (el texto está en Italiano, Inglés y Francés). Para obtener instrucciones de conducción tan pronto como nuestro objetivo.

FIRME EL RECURSO DE CASACIÓN INTERPUESTO «CON ISRAEL, CON LA RAZÓN»

EN ESTE LINK: http://www.petitiononline.com/israel48/petition-sign.html

El ataque contra Israel por el documento JCall se inspira en una visión miope de la historia del conflicto árabe-israelí. De hecho, los firmantes de este llamamiento no tienen la clara percepción de la amenaza mundial física y moral a la que Israel se encuentra actualmente expuesto. De hecho, es increíble que gente inteligente y culta como Alain Finkelkraut y Bernard-Henri Levy – en lugar de tratar con Irán, que pronto va a mantener al mundo entero bajo la amenaza de la gama de su primera bomba atómica – jueguen con la idea de que Benjamin Netanyahu es el obstáculo a la paz verdadera, que el obstáculo fundamental para una solución del conflicto es una actitud reprochable de Israel. Los intelectuales que han firmado el documento francés ignoran la historia y no se preocupan por la ayuda que va a dar y ya está dando a la deslegitimación sin precedentes que amenaza la vida de Israel.

Empujar a Israel a concesiones sin recompensas, simplemente significa rendirse al enemigo sin ninguna garantía: la retirada unilateral de Gaza ha producido consecuencias desastrosas,  la tierra de la cual los habitantes de Gush Katif han sido expulsados es desde entonces una plataforma de lanzamiento de misiles y terroristas; las concesiones de Ehud Barak en Camp David, diseñadas para dar a Arafat prácticamente todo lo que estaba pidiendo, condujo a los horrores de la segunda Intifada, con sus dos mil personas muertas por ataques suicidas, la evacuación del sur del Líbano en 2000 fortaleció a Hezbolá, suministrado con 40.000 misiles y llevó a la guerra de 2006.

Finkelkraut, Henri Levy y sus colegas firmantes afirman que están preocupados por el futuro y la seguridad de Israel. Pero en realidad ignoran el elemento básico que ha impedido el éxito de cualquier proceso de paz, a saber, el rechazo árabe y palestino a reconocer la existencia misma del Estado de Israel como una nación-estado permanente en el Medio Oriente. Este rechazo que todo lo abarca del derecho de Israel a existir se refleja día a día en los territorios palestinos y los medios de comunicación pan-árabe.

El ataque contra Netanyahu aspira a romper su coalición de derecha. Pero en realidad nunca importó si un gobierno israelí era de derecha o izquierda: de todos modos los palestinos rechazaron toda propuesta de paz.

Concesiones israelíes de tierra como las del defensor de los intelectuales franceses nunca traerán la paz. Sólo una revolución cultural en el mundo árabe puede alcanzar, pero nadie la pide, ni siquiera Obama, que dedica gran fuerza de EE.UU. para presionar a Israel solamente.

Esta es la moda actual.

La paz no vendrá porque Israel se haga más pequeño. Lo que nos acercará a la paz es si la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, deja de nombrar plazas públicas con nombres de asesinos masivos como el fabricante de bombas de Hamas Yehiya Ayash, si los palestinos dejan de repartir caramelos cuando familias judías son asesinadas por terroristas suicidas en restaurantes;
y cuando el mundo árabe acepte el discreto pedido de Netanyahu a reconocer al Estado de Israel como Estado del pueblo judío.

Esta realidad es también ignorada por los intelectuales israelíes que han firmado un documento contra el premio Nobel de la Paz Elie Wiesel, que escribió una carta muy noble en apoyo del centro espiritual y de Jerusalén patria histórica del pueblo judío.

Esta epidemia tristemente políticamente correcta está, probablemente, diseñada para dar un poco de oxígeno a los movimientos pacifistas derrotados que en realidad es poder sólo para estrellarse contra la roca de la cultura islámica y el odio para difamar a Israel. Pero en este enfoque no hay contribución a un futuro mejor para el Oriente Medio: el mundo debe encontrar el valor para enfrentar la nuevalocura islamista que brota de Irán, Siria, Hezbolá y Hamas y apunta a la destrucción de Israel. Irán y sus aliados están, por supuesto, armándose con armas letales, no con palabras vanas, como los que firmaron «El llamado a la razón». Pero incluso las palabras pueden matar y destruir.

Los firmantes del manifiesto JCall muestran una ignorancia flagrante de la política de mano extendida, aprobada por Netanyahu desde  su discurso
en Bar Ilan  en junio de 2009, los diez meses de congelación de asentamientos, la eliminación de muchos puestos de control y la adopción de medidas importantes para facilitar la economía palestina. Y se puede ver claramente que el «documento Finkelkraut» tiene sabor a Obama, los intelectuales de moda remilgada y respetable actitud a menudo no pueden decir que no. Esto hace posible hoy en día a que el número cada vez mayor de enemigos de Israel deslegitimen al Estado judío regocijándose de que «incluso los Judios están con nosotros». Si éste era el objetivo de los  signatarios, lo han logrado.

Firma la petición «CON ISRAEL, CON LA RAZÓN»
Pincha en este enlace:

http://www.petitiononline.com/israel48/petition-sign.html

Fecha Jueves, 06 de mayo 2010
Cynthia, Milán
Publicado Jueves, 06 de mayo 2010 a las 21:50:15

Firmé el recurso de casación, espero que haya muchas adhesiones, por el bien de Israel y la Paz verdadera

Daniel Coppin, Nápoles
Publicado Jueves, 06 de mayo 2010 a las 13:58:25
Una iniciativa importante a la  que me incorporé con convicción. Gracias por haberla tomado.
El texto y las imágenes son copyright 2010
Fiamma Nirenstein – Contactos:
info@fiammanirenstein.com

Fiamma Nirenstein (periodista y diputado),
Giuliano Ferrara (Director de Il Foglio),
Paolo Mieli (presidente Rcs Libri, ex Direttore del Corriere della Sera), Angelo Pezzana (periodista, informazionecorretta.com e Líbero),
Ugo Volli (semiólogo, Università di Torino),
Shmuel Trigano (professore, Universités à Paris X-Nanterre),
Israel Giorgio (Università La Sapienza),
Giulio Meotti (periodista, Il Foglio),
Raffaele La Capria (scrittore),
Evgeny Kissin (pianista),
Gianni Vernetti (deputato, ex Sottosegretario agli Esteri),
Susanna Nirenstein (giornalista),
Peppino Caldarola (giornalista),
Alain Elkann (scrittore, consigliere Ministero Beni Culturali),
Carlo Panella (giornalista, Il Foglio),
Emanuele Ottolenghi (Senior Fellow de la Fundación para la Defensa de las Democracias),
Daniele Scalise (giornalista),
Giancarlo Loquenzi (Direttore, l’Occidentale),
Edoardo Tabasso (professore, Università di Firenze),
Leonardo Tirabassi (Circolo dei Liberi presidente Firenze,
Fundación Carta Magna),
Moscati Angelo (Presidente Bene Berith Giovani Italia),
Arbib Johanna (Consejo Mundial de Administración Presidente del Keren Hayesod),
Giacomo Kahn (Direttore mensile Shalom),
Magdi Allam (parlamentare Europeo),
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David Cassuto (ex di Gerusalemme vicesindaco),
Riccardo Pacifici (presidente Ebraica Comunità di Roma),
Anita Friedman (Associazione appuntamento un Gerusalemme),
Nizza Cecilia (consigliere Comunità Ebraica Italiana, Gerusalemme),
Leona Paserman (Presidente della Fondazione Museo della Shoah di Roma),
Massimo Polledri (deputato),
Enrico Pianetta (deputato, Presidente Associazione di parlamentare amicizia Italia-Israele),
Alessandro Pagano (deputato),
Renato Farina (deputato),
Marco Zacchera (deputato),
Gennaro Malgieri (deputato),
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Norman Podhoretz (Escritor, Editor-en-Grande, la revista Commentary), Michael Ledeen (Académico Libertad, Fundación para la Defensa de las Democracias),
Barbara Ledeen (asesor principal de The Israel Project),
Phyllis Chesler (profesora emérita de Psicología y Estudios de la Mujer, Universidad de la Ciudad de Nueva York),
Nina Rosenwald (Redactor en Jefe, http://www.hudson-ny.org),
Harold Rhode (Esperto di Medioriente, ex Pentagono),
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Rafael Bardají (director de Política Exterior, la Fundación FAES),
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Número máximo de Singer (fundador y Senior Fellow del Hudson Institute),
George Weidenfeld y Annabelle (Presidente del Instituto para el Diálogo Estratégico),
Anna Borioni, (Associazione appuntamento un Gerusalemme),
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Zvi Mazel (ex Embajador de Israel a Egipto y Suecia),
George Jochnowitz (profesor emérito de Lingüística de la Facultad de Staten Island)