Pero los hay que para prohibir la fiesta no necesitan ningún español vestido de payaso. Hace quince días un grupo de chavales de Gaza se disponía a dar un concierto. La verdad es que estos muchachos deben ser unos desafectos a la causa porque en vez de cantar marchas revolucionarias loando la sangre de los mártires a éstos les gusta el hip-hop. Tampoco deben frecuentar los campamentos de verano de Hamas. Los jóvenes han formado un grupo llamado B-Boy. Una ofensa. Un nombre en inglés y ni siquiera es Odio a América o Reventad Judíos.
El concierto iba a ser en un centro cultural de Gaza, porque aunque nosotros (los periodistas) digamos que Gaza está destruida (por los israelíes, of course) hay centros culturales. Pero apenas cantantes y espectadores habían comenzado a menear la cadera cuando aparecieron las fuerzas de Hamas atravesaron las filas del público y decretaron el fin del espectáculo. A joderse todos que ha llegado la democracia islámica.
En fin, estimados lectores, que en Gaza hay quien quiere hacer hip-hop. Como los hay que pueden hacer surf gracias precisamente a un judío llamado Dorian Paskowitz, conocido en el mundo del surf como Doc –un mito viviente en este deporte– quien se presentó en el paso de Eretz con 15 tablas y cuando los aduaneros le dijeron que no pasaba respondió “¿vais a hacer esto a un viejo judío?”. Y como una muestra más del bloqueo israelí le dejaron pasar con sus tablas y sus 89 años a cuestas.
Claro que Doc iba a hacer surf, no política. Pero nada, nosotros a lo del payaso, que lo otro no interesa.
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