Hablar de la Ciudad de Monterrey

Por Larissa García

monterreyHablar de la Cd. de Monterrey en el estado de Nuevo León, ubicado al noreste de México, no es solamente reconocerla como una ciudad pujante, de gente trabajadora, que ha hecho de ésta la ciudad más competitiva de México y la sexta ciudad más importante en hacer negocios en América. No debemos olvidar que es sede de importantes grupos industriales, universidades de gran importancia en toda Latinoamérica y gran cantidad de museos que le dan un toque cosmopolita.

De caprichosa topografía, es una ciudad rodeada por montañas y cordilleras, que reciben de manera impresionante a quienes la visitan. De clima extremoso, muy caluroso en verano y frío en invierno.

Hablar de Monterrey y recordar su pasado es ligarlo de manera indiscutible con el judaísmo, aunque este dato sea de total desconocimiento para la gran mayoría.

Los hilos de la historia nos llevan a España, al 31 de Marzo de 1492, día que se decretó el edicto por orden de los reyes Don Fernando y Doña Isabel que habría de expulsar a los judíos del reino de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la corona.

“Ordenamos a todos los judíos y judías de cualquier edad, que viven, residen y existen en nuestros reinos y dominios … que para fines del mes de julio próximo del presente año, abandonen estos mencionados reinos y dominios … bajo pena de que si no realizan y aceptan este mandato y fueran encontrados en nuestros reinos y dominios viviendo de cualquier forma en ellos, incurrirán en la pena de muerte y la confiscación de todas sus posesiones.

Y hemos ordenado que ninguna persona en nuestro reinado sin importar su estado social incluyendo nobles que escondan o guarden a un judío o a una judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de Julio y meses subsiguientes en sus hogares o en otro sitio de nuestra región con riesgo de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones, privilegios y bienes hereditarios”.

Así pues este edicto habría de marcar el parte aguas en la historia de España y las nuevas colonias de ésta, forzando a miles de judíos a convertirse al cristianismo, y bajo el nombre de “cripto judíos”, “judíos conversos” o “marranos” buscar nuevos horizontes para huir de la persecución. El reciente descubrimiento de América habría de ser la puerta de entrada para los judíos conversos, que en los años subsecuentes esto representaría una oportunidad de vida. Inclusive se ha llegado a insinuar (sin ningún fundamento documentado) que Cristóbal Colón era judío y que llenó sus naves con judíos y conversos.

Para el año de 1522 la Inquisición Española se establece en el Nuevo Mundo y de manera inevitable su trabajo se centró en los conversos del judaísmo y en derrocar la religión autóctona entre los indígenas americanos, mejor conocido como “la extirpación de la idolatría”.

En esta desbandada de “nuevos cristianos”, el noreste de México no podía pasar desapercibido para quienes vieron en este territorio inhóspito el lugar ideal para huir de la Inquisición. De esta manera, Monterrey pasó por tres fundaciones: la primera fue realizada por Alberto del Canto (en 1577), de origen judío-sefardita, que durante la Conquista de América exploró la zona noreste de México. Fundó ciudades importantes como Saltillo (capital actual del estado de Coahuila), del cual fue el primer alcalde (1575) y Monterrey. Fue encarcelado por la Inquisición acusado de judaizante, pero escapó y vivió entre los nativos hasta que se retiraron los cargos. Sus hijos Diego y Miguel tomarían el apellido materno de Montemayor, perpetuándolo en el norte de México.

Unos años más tarde, los reyes de España estaban decididos a no pagar más viajes de exploración, pero dieron la libertad a quien quisiera hacerlo, siempre y cuando lo hicieran con sus fondos y por su propia cuenta.

Esta segunda fundación fue llevada a cabo por Don Luis de Carvajal y de la Cueva, nacido en Portugal de una familia de judíos conversos, quien viajó a España y negoció con el rey Felipe II la conquista, pacificación y población de lo que llamarían el Nuevo Reino de León.

En poco tiempo dominó todo el territorio y los pequeños poblados del sur y en 1582 fundó la villa de San Luis Rey de Francia, segundo nombre de Monterrey.

Esta fundación fracasó porque Carvajal fue entregado a la Inquisición por una denuncia que hizo el fray Juan de la Magdalena y en 1590 fue acusado de herejía por la Inquisición Española, porque él y su familia aún practicaban ritos judíos, y fue condenado a 6 años de exilio de la Nueva España. Mientras esperaba la sentencia murió en prisión. La mayoría de su familia, que fueron fundadores de la ciudad de Monterrey, fue ejecutada en la Ciudad de México.

Algunos sobrinos de Luis de Carvajal, cambiaron su apellido por el de Lumbroso, uno de ellos se circuncidó en el desierto para seguir la ley hebraica mientras que otros dos se hicieron rabinos de cierta fama en Italia.

Esto nos lleva a una fuerte conjetura de que la fundación de Monterrey se llevó a cabo por familias criptojudías, por lo que podemos coincidir en que:

“Durante el tiempo en el cual el gobernador Carvajal estaba en el cargo, la ciudad de Monterrey se convirtió en el blanco de la migración de otros criptojudíos que sentían la presión de la Inquisición mexicana en el sur. Así, la historia de Nuevo León y la fundación de Monterrey se distingue de otras comunidades mexicanas por albergar abiertamente una comunidad criptojudía.”

La tercera y definitiva fundación de lo que hoy en día es la ciudad de Monterrey, fue llevada a cabo por Don Diego de Montemayor acompañado de 12 familias, la mayoría de origen judío (conversos) que escapaban de la persecución en España. Montemayor arribó a lo que era el Nuevo Reino de León y fundó el 20 de septiembre de 1596 la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.

Aun quedan reminiscencias de esas costumbres judías en Monterrey, la principal, el platillo regional, característico, tradicional y por supuesto excelso por su delicia gastronómica, el norteñísimo “Cabrito”, (que tiene un origen kosher) y dándole a la ciudad el nombre de “Capital del Cabrito”, las famosas tortillas de harina y los panes conocidos como “semitas” (pan sin levadura). Monterrey, a pesar de los cientos de años desde su fundación y del olvido del origen de quienes fueron sus fundadores, guarda en sus costumbres y de manera entrañable esa sangre judía que para algunos quizá pase desapercibida, mientras que para otros late con la añoranza de quienes fueron obligados a dejar en el olvido sus tradiciones.

Fuente: http://www.frumchat.com/vidfeeder.php?&tag=leyenda&p=2

18 respuestas

  1. Obras de los autores Wilke, Carsten Lorenz, París 2007, Histoire des Juifs Portugais y Cecil Roth, History of Marranos 4ª ed. 1974, NY, avalan informaciones en el sentido aquí reflejado y en base a rigurosas investigaciones, realizadas en marcos de ejercicio universitario. Saludos de Lisboa.

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  2. Me intereso muchísimo este dato histórico, si se puede leer mas mejor!

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    • He avisado a la autora del artículo por si quiere contactar contigo. Saludos

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      • Entiendo que lo interesante de Lisboa es que resulta un centro fundamental de atención para los investigadores, como punto de partida de la historia moderna de la diáspora sefardita. Los portugueses reconocen como plausible la conclusión de los estudios de Susan Adams de la American Journal of Human Genetics que demuestra que entre el 20 y el 30 por ciento de los portugueses, según la región, norte o sur, tienen ascendencia sefardí. Una vez se reconoce orgullosamente esta componente del origen lusitano, la idea vuelve a aquel subconsciente colectivo en el que esta circunstacia suele estar algo escondida, pues no se ve una gran voluntad por profundizar en este asunto y menos en términos del judaísmo religioso. Estaría encantado de intercambiar información al respecto. Gracias.

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  3. Carsten Lorenz Wilke, investigador univeristario de Estudios Judaícos en Alemania, nos cuenta como resultado de sus pesquisas, que la expedición del portugués Carvajal es un auténtico Mayflower de la historia de la Diáspora Sefardí. Así, este comentario, entre muchos otros, enfatiza lo significativo de este capítulo de la historia portuguesa sobre el devenir judío, situado, en el marco del noreste mexicano.

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  4. «,,,A imigração pioneira, verdadeiro Mayflower judaico na memória judeo-mexicana, chegou a Tampico em 1580, atrás do almirante Luís de Carvajal y de la Cueva, (1539-1591), um cristão-novo de Mogadouro, encarregado por Filipe II (I de Portugal) de conquistar e colonizar a província do Nuevo Reino de León, no nordeste do vice-reino. Governador desses vastos territórios, Carvajal pedira uma dispensa legal para poder trazer a esses territórios uma centena de famílias neo-cristãs…» Página, 135, Wilke, Carsten, Histoire des juifs portugais.

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  5. Soy de Monterrey, mis padres, ambos provienen de una comunidad llamada Los Ramones, en Nuevo León.
    Desde que era niño siempre note que nuestras costumbres eran diferentes a las de muchos Mexicanos. Monterrey es famoso por el Cabrito, que se cocina aquí a las brasas a la manera judía, nuestras tortillas de harina y algunos otros rasgos característicos de nuestra gente.

    La historia judía de Nuevo León había sido un tabú hace muchos años, pero recientemente se han escrito libros rescatando algo del valioso legado que poseemos en esta tierra.

    Gracias por este articulo. Saludos

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    • Amigo José Ángel. Un amigo judío argentino que actualmente vive en España me comenta que ni en Portugal ni mucho menos en España, ha tenido oportunidad de comer un cabrito tan coherente con los principios del Kasherut como en Saltillo. Esta región del noreste mexicano, bajo mi punto de vista, debería de ser tan digna de estudio como lo está siendo la comunidad xueta de Mallorca y como en su día lo fue la comunidad de Belmonte en Portugal. Saludos de Portugal.

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      • Pues ojala de veras se haga un estudio bien hecho, seria muy interesante ver todo lo que arrojaria ese estudio,

        saludos de Monterrey Nuevo Leon

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  6. Tal vez resulte útil añadir la siguiente información, al respecto:

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  7. Conrado,

    Mil gracias por el vídeo. El Árbol de Limón en el patio es una tradición en mi familia y en muchas mas de Monterrey.

    Hermoso vídeo. Saludos

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  8. Muchas gracias Conrado, el arbol de limon, el arbol de Granada, los juegos de cartas en las casas los viernes y sabados, el cabrito, las tortillas de harina, el ahorro inculcado desde niño hay tantas costumbres que entre mas leo mas me doy cuenta del pasado de nuestra sangre, al igual los rasgos fisicos, muchas costumbres. saludos de Monterrey nuevo leon.

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    • Hola amigo Antonio Alanís
      Una vez he visto que te interesa el tema, he buscado tu apellido en un catálogo sefardí, porque le supongo una cierta peculiaridad, y esto es lo más afín que he encontrado. Espero que te resulte útil en el caso que desees profundizar en la pesquisa. Gracias por tus comentarios. Conrado, Lisboa.
      Alani
      (29) «Sangre Judia» («Jewish Blood») by Pere Bonnin. A list of 3,500 names used by Jews, or assigned to Jews by the Holy Office (la Santo Oficio) of Spain. The list is a result of a census of Jewish communities of Spain by the Catholic Church and as found in inquisition records. Los Apellidos estan sacados de las listas de penitenciados por el Santo Oficio, de los censos de las juderias y de otras fuentes que indican claramente que la persona portadora del apellido es judia o judeoconversa. Tiene Vd. sangre judia? (~)
      http://www.sephardim.com/namelist.shtml?mode=form&from=A&to=C&Search=Search

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  9. Muchas gracias Conrado, por mandarme ese sitio es interesante ver que apellidos comunes de regiomontanos estan en la lista.

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  10. Hola señora Silvia Schnessel, deseo felicitarla por este sitio tan bien organizado e interesante. Ojalá que contemos con el por muchos años.
    Leí el artículo sobre Monterrey y me pareció que a la autora no le fue tan difícil (en apariencia) conseguir pistas para seguir la huella de tales personajes. Qué bueno que haya logrado tan excelente información.
    Para muchos investigadores no sería tan fácil encontrar rastros de muchas familias que debido a la artera persecución del tribunal del Santo oficio hicieron todo lo posible por perderse en el basto territorio de México en la época colonial. Y creo que uno de esos singulares casos es el de mis antepasados.
    Cuando empecé a tener uso de razón allá por el año de 1956 (yo nací en 1953), fui descubriendo que mi familia no era algo común. Todos los viernes en el transcurso de la tarde mi madre nos bañaba, nos ponía nuestras mejores galas y con ella, también bien arreglada, cruzábamos nuestro pueblo hasta la casa de mi abuelo Benjamín en donde realizábamos la Oración, misma que él presidía.
    Era algo tan hermoso como único, sobre todo cuando con la mano del abuelo en nuestras cabezas, sobre la kipá, recibíamos la bendición, niños y niñas.
    La familia de mi abuelo era, en todo el pueblo, la única con esta religión que denominabamos orgullosamente Israelitas. Desconocía que el término judíos lo ocultábamos porque en el pasado, en tiempos de cuaresma o semana santa, a los católicos, que eran la mayoría de los habitantes del pueblo, les daba por apedrear las casas de mis familiares. Pero claro, eran sólo impulsos temporales pues, cuando se trataba de que se ayudara a alguien o que se diera un trabajo en favor de la población, eran los de mi familia los primeros que estaban al frente de ello.
    Conforme crecimos la situación se atenuó mucho. Sin embargo, crecimos en un aislamiento caso total, salvo dos o tres veces que pudimos visitar una Sinagoga que se encontraba a mucha distancia de mi pueblo, en otro estado. Yo nací y crecí en el estado de Guerrero, México y nuestra (digo nuestra porque allí me presentaron) estaba en Pachuca, Hidalgo.
    El contacto más amplio que he tenido con el mundo judío ha sido hasta la era de la Internet. Gracias a este medio he podido intercambiar mis pocos conocimientos de mi tradición y la de otros grupos.
    Lo que si creo es que a pesar de la persecución del pasado, mis antepasados nunca dejaron de practicar el judaísmo pues tenemos tan arraigados los ordenamientos que difícilmente hubieran podido sobrevivir en caso de que los antepasados de mi madre, hubieran vivido encriptado practicando alguna otra religión.
    Por tradición nosotros nos identificamos como benjaminitas, que procedemos de una región de Andalucía España y que nuestro apellido, Bahena, en alguna parte de nuestra historia, lo adoptó como un toponímico algún antepasado para ocultar el patronímico judío que quizá estuvo boletinado entre los familiares del santo oficio. También pudiera ser que en ese apellido se quiso que tuvieramos conciencia de procedencia. Algo debe de significar.
    Por pláticas de mi abuela y de mi madre, tenemos referencias de muchas cosas interesantes y bellas.
    Ojalá y que alguna vez, haya alguien que se decida a descubrir por medio de algún trabajo de investigación etnográfica, qué tan profundas son las raíces sefaraditas de muchas regiones de México, como esa de Monterrey y la de Los Altos de Jalisco.

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    • Estimado Teódulo,
      su emocionante testimonio se repite en numerosos hogares hoy en día, se calcula que habrá unos 40 millones en el mundo de descendientes de aquellos sefardim que un día fueron expulsados de Sefarad. Me siento orgullosa de pertenecer a un pueblo tan fiel a sus orígenes y tradiciones y que ha conseguido sobrevivir a todas sus vicisitudes.
      El sentimiento de pertenencia al pueblo judío es algo que se hereda de forma inconsciente. Comprobarlo, siempre resulta emocionante.
      Un saludo desde Israel.

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  11. Hola me gustaria saber si los siguientes apellidos son judios: Aguirre, Hernandez, Vigil, Barron, DeLeon.

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  12. en el norte de nuevo leon la mayoria de los apellidos son de origen sefardta anusim.

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